Mauricio Macri recibió dardos de todos lados cuando se apoltronó en su escritorio de la FIFA, y se sacó una foto en modo zen el martes pasado. Pero nadie reparó en un detalle. El ex presidente tiene experiencia en fundaciones, un mérito que con cierta maledicencia se le restó en estos días de agobio que vive en Suiza, después de hacer escalas en París y Saint Tropez.
Es esa experiencia la que ahora podrá aplicar cuando revise a qué ONGs o instituciones sin fines de lucro se les sigue aportando dinero, desde la corporación de la pelota que preside Gianni Infantino. Para ello dispondrá de un presupuesto de mil millones de dólares, que no vendría mal para pagar un porcentaje de los intereses de la deuda externa que dejó en la Argentina.
El año pasado algunas organizaciones que sostuvo la FIFA también recibieron dinero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la USAID, un ente del gobierno de Estados Unidos que nació para “disminuir la amenaza del comunismo ayudando a los países a prosperar bajo el capitalismo”. En total hubo 112 asociaciones de 63 países que cobraron de la federación con sede en Zurich, por medio de su fundación. Todas con nobles propósitos declarados y el financiamiento garantizado.
Una de ellas, Colombianitos, es presidida por la periodista Patricia Janiot, famosa ex conductora de la CNN y hoy en Univisión. Otra es el exclusivo colegio privado de Asunción, Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI). También percibió un aporte el Centro Peres por la Paz, y la Innovación de Israel. Los nombres surgen -entre otros- de un listado publicado por la propia FIFA.
La trayectoria pública de Macri da cuenta de vínculos con fundaciones desde su paso por Boca. En 1996, cuando transcurría el primer año en la presidencia del club, comenzó a darle dinero a la Fundación Social para el Bienestar de la Gente, a cuyo frente se encontraban la ex esposa del periodista deportivo Fernando Niembro, Mirta Regina Brizuela, y Mariana, la hija de aquel, en los cargos más importantes. Roberto Digón, vicepresidente en ese momento y ahora también, recordó en 2015 que la ONG recibía entre “diez mil o 20 mil dólares mensuales de aquella época”.
El ingeniero que ahora atiende desde la strasse (calle) 20, en el distrito suburbano ecológico de Fluntern, muy próximo al zoológico de Zurich, no perdió la costumbre de asistir a la fundación de la ex pareja de Niembro, cuando llegó a la Presidencia de la Nación. El 17 de abril de 2018 Brizuela recibió 150 mil pesos del gobierno nacional, a través de un convenio firmado por el ex secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj. El dinero se pagó en tres cuotas de 50 mil pesos.
Macri tiene cierta obstinación con las fundaciones. Desde la más conocida Pensar -el think tank del PRO- que se relanzó este año a Cambiar es Posible en LatinoAmérica (CEPLA), otro sello de goma con el cual el macrismo intentará reflotar a su líder hoy refugiado en Suiza, el ingeniero es capaz de convertir un propósito filantrópico en un claro objetivo político. En la fundación donde lo nombró Infantino se lo ve muy cómodo, porque recuperó protagonismo después de su derrota electoral en octubre pasado, y además puede interactuar en el ambiente que le permitió proyectarse hasta la Casa Rosada: el fútbol. Con el hasta ahora inconfesable propósito de su rentrée en la arena política.
El objetivo de la fundación que ahora maneja es “contribuir a la promoción de un cambio social positivo, y recaudar fondos para la rehabilitación y reconstrucción de infraestructuras deportivas dañadas o destruidas alrededor del mundo”. Macri decidirá a qué organizaciones les dará respaldo económico, junto a Infantino y dos mujeres que completan la conducción: son Sonia Fulford, miembro del Consejo de la FIFA, y Lydia Nsekera, quien ocupa el mismo puesto en la federación.
La periodista Janiot, célebre por sus ácidas críticas a ex presidentes de Latinoamérica como Hugo Chávez, Lula y Cristina Kirchner preside Colombianitos, una ONG de la que dijo “utilizamos el poder del fútbol para mantener a los niños en los salones de clase, con buenos rendimientos académicos, involucrados en actividades recreativas y fuera de las calles”. La organización es una de las que ya había empezado a recibir dinero de la fundación FIFA en 2018, cuando empezó a operar.
Otro de los beneficiarios fue el Centro Peres para la Paz y la Innovación, fundado en 1996 por el ex presidente de Israel, Shimon Peres, ya fallecido. La fundación FIFA también colocó en su lista de instituciones subvencionadas a un colegio privado de Asunción, Paraguay, el Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI), que enseña a sus alumnos con una novedosa metodología pedagógica y realiza actividades futbolísticas, como invitar cada sábado a sus mejores estudiantes a jugar al fútbol con jugadores consagrados en las barriadas más pobres de la capital.
Otras ONGs como el Comité de Socios de las Américas o el Instituto Compañeros de las Américas, con sede en Brasil, la Fundación de las Américas para el Desarrollo (FUDELA) de Ecuador, o algunas de las restantes 112 que recibieron apoyos de la FIFA, también están suscriptas a programas de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), fundada en 1961 por el ex presidente John F. Kennedy o del BID.
Uno de esos programas se llama "A Ganar" y ofrece capacitación laboral integral basada en los deportes, a miles de jóvenes en situación de riesgo en América Latina y el Caribe. Son socios en esta iniciativa compañías como PepsiCo, Microsoft, Coca Cola, Chevrolet, la fundación Nike, y la del empresario multimillonario mexicano Carlos Slim. A Ganar ha sido promocionado en videos de la FIFA y del Departamento de Estado de EEUU. Tales las conexiones políticas de estas ONGs a las que evaluará Macri, para determinar si la fundación que preside les seguirá bajando fondos como hasta ahora.
El poder que le otorga su sillón en la FIFA no puede ser subestimado aunque parezca un cargo menor, después de haber alcanzado el más alto del país. Los mil millones de dólares que manejará también explican porque aceptó ocupar el despacho de la strasse 20 en Zurich, uno de los principales centros financieros de Europa.