Los gigantes de Europa que se enfrentarán este domingo en la final de la Champions League
mantienen similitudes pero también diferencias, principalmente en las estructuras en las cuales están basadas ambas instituciones.
Los alemanes del Bayern Múnich, con el respaldo de su historia deportiva detrás, son conducidos por gente vinculada al fútbol, no sólo de la entidad sino inclusive del seleccionado de ese país. Del otro lado, los franceses del París Saint Germain son controlados por fondos extranjeros, con la firma Qatar Investment Authority como mayor accionista.
El Bayern posee un Consejo de Supervisión, presidido por Herbert Hainer, un hombre vinculado a los negocios y que fue presidente de Adidas hasta el 2016, la marca que mantiene lazos estrechos con el club. El que ocupaba ese lugar hasta hace un año atrás era el ex delantero Uli Hoeness, quien ahora se ubica en la vicrepresidencia.
Hoeness anunció su salida en agosto de 2019 y Hainer fue señalado como la mejor opción para reemplazarlo, una propuesta compartida por los socios del Bayern que asistieron a la Asamblea General anual organizada por el club, donde se hace la rendición de cuentas, como así también los anuncios de mayor peso en relación a la entidad. Hainer fue elegido oficialmente con 6.091 votos a favor, 79 en contra y 36 abstenciones.
El Consejo está integrado por los empresarios que representan a las compañías que tienen porcentajes en el Bayern: Adidas, Audi y Allianz.
Lo futbolístico es conducido estrictamente por la Junta Ejecutiva, cuyo presidente es Karl-Heinz Rummenigge, uno de los que convirtió un gol en la final del Mundial de 1986 ante Argentina. El director deportivo es el bosnio nacionalizado alemán Hasan Salihamidzic; ex jugador de la entidad; y entre los miembros de la Junta se encuentra el ex arquero Oliver Kahn, conocido por su fuerte vehemencia cuando estaba en el campo de juego.
El presidente honorario es el legendario Franz Beckenbauer, campeón del mundo como jugador en 1974, y luego como entrenador en 1990. Ese privilegio lo comparte sólo con el brasileño Mario Zagallo y con el francés Didier Deschamps.
El 75,1% del Bayern Múnich es propiedad del club, y Adidas, Audi y Allianz poseen 8,33 % cada uno.
Por su parte, Qatar Investment Authority se convirtió en el dueño absoluto del París Saint Germain en 2012, luego de comprar el 30 % restante que estaba en poder de Colony Capital y de Butler Capital Partners. Los qataríes habían adquirido el 70 % de participación de control de Colony durante 2011.
El precio total de la transferencia de acciones fue de 100 millones de euros, y el presidente es Nasser Al-Khelaifi.
La institución parisina no cuenta con Asamblea de socios, ni ninguna Junta Directiva, y las decisiones pasan exclusivamente por Al-Khelaifi. Según informó la revista France Football, el presidente le prometió al plantel 500 mil euros para cada uno si logran obtener la Champions League, una cifra que se sumaría a lo que ya cobraron por los títulos de la Ligue 1, la Copa de Francia y la Copa de la liga. En total, el monto alcanzaría el millón de euros como recompensa para los jugadores en esta temporada.
El poder del dinero con el que cuenta este grupo, que se abastece del petróleo asiático, se utilizó para sumar refuerzos y algunos de mucho renombre: Zlatan Ibrahimovic, David Luiz, Edinson Cavani, Javier Pastore, Ezequiel Lavezzi, Neymar, Kylian Mbappé, Gianluigi Buffon y Dani Alves, entre otros. En total, son cerca de 1.300 millones de euros que se llevan invertidos.
Los títulos locales llegaron: siete Ligue 1, cinco Copas de Francia, seis Copas de La Liga y siete Supercopas de Francia. Pero la deuda con Europa sigue pendiente. Por ese motivo, la chance que se le presenta este año no la quiere dejar pasar.
El vínculo entre ellos se asemeja a través de los euros, pero en la conducción del club parece haber una brecha sideral.