“Schiaretti va a hacer lo de siempre con respecto a las alianzas hacia las legislativas el año que viene: no definirse hasta el final. Va a dilatar lo que más pueda su apoyo o no hacia Alberto u otro candidato. Sabe que entre los intendentes tiene a muchos a su favor; pero también a muchos otros que le desobedecieron en su apoyo a (Mauricio) Macri en las últimas elecciones”, le dijo a Página/12 una referente del Frente de Todos de la capital mediterránea.
La dirigente observó que el gobernador cordobés está retomando “su estrategia de equilibrista”: recibe la ayuda económica que envía Alberto Fernández para las obras públicas de la provincia, como hizo esta semana; “se las agradece; pero a la hora de poner a sus cuatro diputados para acompañar la Reforma Judicial, nada. No hay apoyo”.
Plantado en su histórico 57 por ciento, Juan Schiaretti además de equilibrista, va de parco a silencioso: no dijo ni mú sobre qué harán sus legisladores, pero fueron éstos quienes salieron a confirmar que no votarán el proyecto de reforma judicial que baje del Senado el próximo jueves.
Alberto Fernández le anunció que financiará el total de la obra de ampliación de la depuradora de Bajo Grande con nada menos que 7.777 millones de pesos. El cordobés le devuelve la gentileza con cuatro negativas de parte de los diputados Carlos Gutiérrez, Alejandra Vigo (quien además es la esposa del mandatario); Paulo Cassinerio y Claudia Márquez. Y si bien se especulaba con la posibilidad de que no dieran quórum para la sesión en la Cámara Baja, de ese “voto negativo” que adelantan, también se infiere que darían quórum, ya que para votar esos “no” deben estar presentes en sus bancas virtuales.
Y allí otra vez el equilibrio y lo no dicho en su totalidad: daremos quórum, pero no nuestro voto. Ese péndulo que le viene dando réditos a Schiaretti desde que se convirtió en el hombre fuerte del PJ local y tuvo más afinidades con Macri, su ex jefe de la Fiat, que con el actual piloto de tormentas en que se ha convertido Alberto Fernández desde que asumió la presidencia de un país que a la pandemia del neoliberalismo sumó la que actualmente arrasa al mundo.
"No sabés lo contento que me pone, Gringo, que lo podamos hacer juntos y que terminemos de una vez por todas con esta historia de que Córdoba era una cosa aislada del resto del país. Somos lo mismo", se alegró el presidente en la videoconferencia en la que que hizo el anuncio, ante un gobernador que se mostró tan cordial como parco.
Según la referente que dialogó con este diario, la reticencia para opinar con nombre y apellido sobre la marcha de los posible acoples con vistas al 2021 tiene que ver con que “aún no se tiene idea de qué rumbo se va a tomar. Nadie quiere desmarcarse. Sí se sabe que Caserio volvería a ser crucial en cuanto a la territorialidad que tiene, y que hay gente como Gabriela Estévez y (Martín) Fresneda que estarían dispuestos a entrar al PJ si en Córdoba se abren las afiliaciones y la participación real. Pero la territorialidad que manejen es fundamental. En palabras de Santiago Cafiero –citó la militante del Frente de Todos– “el territorio es lo que define. Y Caserio tiene territorio”.
Say no more
Mientras, Schiaretti ha preferido el silencio. Desde su cordobesista “ningún covid podrá detener a Córdoba”, y el aumento de contagios y muertos que escaló en los meses de julio y agosto; no ha dicho ni una palabra sobre casos como el del asesinato del adolescente Valentino Blas Correas, cuya madre se lo reprochó en una carta abierta; ni tampoco sobre el de Solange Musse: la chica que el viernes murió de cáncer en Alta Gracia y a cuyo padre que viajó desde Neuquén para acompañarla, un retén del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), no le permitió acudir luego de que dos pruebas rápidas le dieran positivo.
“Mire, ahora el Gringo va a preferir quedarse lo más silencioso posible”, apuntó un ex funcionario nacional. “Hablará a través de sus representantes y esperará a que todo pase lo más rápido posible. En esta pandemia una realidad vertiginosa tapa todos los días lo que pasó el día anterior y él lo sabe. Además, lo que dijo (el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio) Massa, le bajó los decibeles a lo de la Reforma Judicial, en el sentido que le da aire y tiempo. Massa dijo que no tiene apuro, que nadie los corre, que se puede tratar más adelante, y eso descomprime”.
Lo que ha quedado claro en estos días, es que el gobernador cordobés sigue “ladeado para el lado de la opo”, dice el ex dirigente. Y razona que “no apoya la Reforma Judicial, al menos así como está, tal vez lo haga si se desglosa y algunos juristas de acá de Córdoba también acuerden; y recibe (del gobierno de Alberto Fernández) ayuda económica y sumas completas para obra necesarias como la depuradora cloacal (que beneficiará a más de 600 mil cordobeses), pero no está dispuesto a ceder ni un tranco de pollo”.
En criollo y por lo menos hasta ahora, Schiaretti con un ojo puesto en su propia territorialidad, recibe pero no da.