Desde Rosario
Absueltos “por el beneficio de la duda”. Esa fue la decisión unánime del tribunal que juzgó durante dos semanas a Luis “Pollo” Bassi, Facundo “Macaco” Muñoz y Milton Damario, por el crimen del ex líder de la banda de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero. Osvaldo “Popito” Zalazar fue penado a 3 años y 3 meses por tenencia de armas. Para los jueces no hubo las certezas suficientes para condenar. Quizás, el elemento que faltó fue el testimonio del principal testigo, Lisandro Mena, amigo de Cantero que resultó herido aquella madrugada y fue asesinado siete meses después. Durante la investigación, no fue citado a declarar. Si bien en su testimonio ante la policía dijo que no había visto nada, es una incógnita qué hubiera podido decir en sede judicial. Cuando la fiscal Cristina Herrera tomó el caso, en diciembre pasado, citó a la hermana de Mena y a la ex esposa de Cantero, quienes declararon que Lisandro les contó que habían sido Macaco y Damario. Ayer, Herrera se manifestó “sorprendida” y adelantó que apelará. Para las defensas se trató de “una teoría armada”. Afuera, Lorena Verdún, ex de Cantero, dijo que el fallo fue “injusto”. Si bien los jueces Julio Kesuani, Ismael Manfrín y María Isabel Mas Varela ordenaron la inmediata libertad de los acusados, todos tienen otras causas en trámite y seguirán presos.
En la previa hubo un operativo excepcional, tras la emboscada contra los acusados, que fueron atacados a tiros en la autopista a Santa Fe, la semana pasada. La semana que viene se conocen los fundamentos.
Es imposible recorrer la historia de la causa sin mencionar una saga de hechos de sangre, que comenzó con el crimen de Martín “Fantasma” Paz, en septiembre de 2012. Paz era el cuñado de Cantero. “Siempre se dijo que Los Monos tuvieron que ver con esa muerte, pero (en la Justicia) no se encontró al culpable”, resumió Verdún a mediados de este mes, cuando acusó, ante los jueces, a Luis Paz (padre del Fantasma) de “poner la plata” para que el Pájaro fuera asesinado. También apuntó a Bassi, como quien instigó el hecho. Luis Paz estaba citado como testigo al juicio, pero nunca se presentó. Desde Migraciones indicaron que viajó a Chile un día después del inicio del debate. Tras el atentado en la autopista, el diputado provincial Carlos del Frade pidió informes por conocer versiones sobre las conexiones de Paz con “Quique” Leiva, un barra de Colón preso en Coronda, y la posibilidad de que el padre del Fantasma haya “encargado” la emboscada.
Ocho meses después del homicidio del Fantasma, Cantero fue atacado a tiros en Colectora al 1600, de Villa Gobernador Gálvez, a metros del boliche Infinity Night. Los relatos hablaron de dos hombres que bajaron de una camioneta a tirar y que también disparaban desde el vehículo en movimiento. Mena también fue alcanzado por las balas. Una le perforó la mandíbula y apenas podía hablar. Sin embargo, el miedo hizo que firmara el alta voluntaria en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Verdún contó que después del entierro de Cantero fue a verlo y que, delante de su hermana, éste les contó que habían sido Macaco y Damario. Ante la policía, el joven dijo no haber visto nada. Verdún también se quejó en la audiencia porque “nunca se lo llamó a declarar”, cuando el fiscal Enrique Paz tenía la causa. En diciembre de 2013 Mena fue asesinado.
En los días siguientes a la muerte de Cantero hubo una seguidilla de hechos que la justicia considera venganzas. Asesinaron al dueño del boliche al que iba a entrar cuando lo ultimaron, Diego Demarre. Los Monos creían que fue el entregador. También fueron atacados familiares de Milton César, quien en las primeras horas fue mencionado como uno de los verdugos del Pájaro.
Los indicios llevaron a otro Milton: Damario, que fue detenido a principios de septiembre de 2013. Días después, Bassi se entregó a la Justicia. Quedó preso por las causas de Cantero y por el crimen de Juan Pablo Colaso, perpetrado en 2012, en Villa Gobernador Gálvez (esa causa sigue en trámite). En ese hecho también llega a juicio (escrito) con Damario y Muñoz.
La saga de sangre continuó: entre fines de 2013 y principios de 2014 mataron a dos hermanos de Bassi, en la puerta de su remisería de Villa Gobernador Gálvez. Diez meses después, asesinaron a su padre. A fines de 2014 fue ultimado el padre de Milton Damario y en abril de 2015, mataron al papá de Muñoz. Ninguno de esos hechos tiene imputados.
En el juicio que terminó ayer, los fiscales Herrera y Paz hablaron de una disputa de bandas por la venta de estupefacientes, con el poder de fuego como única solución a los conflictos. Durante las audiencias, la Fiscalía mostró fotos, escuchas y cruce de llamadas entre los imputados, antes y después del crimen. Sin embargo, para los jueces, las pruebas no arrojaron certeza, factor necesario para llegar a una condena.
Tras el fallo, Verdún manifestó su enojo: “Por algo, el juez no nos dejó entrar. Nunca tomó en cuenta todo lo que se dijo en el juicio. Es injusto. Hubo demasiada prueba, yo conté directamente lo que me dijo Mena, que fue asesinado después. Con esto, para Luis Paz ya no espero nada. No sé que esperan, ¿que maten a otro más?”, lanzó.
En tanto, el abogado de Bassi, Fernando Sirio, criticó la investigación: “Fue una teoría del caso armada por el Estado; pero no es la realidad”.
Herrera adelantó que apelará tras ver los fundamentos. La fiscal tomó la causa para ir a juicio, después de tres años de investigación de Enrique Paz. “Podría haber alguna cuestión que no ha quedado probada para los jueces”, dijo ayer. “Pusimos todas las pruebas sobre la mesa. Incluso las validó el tribunal que no hizo lugar al pedido de nulidad de pruebas pedidas por las defensas”, señaló.
Presos
Los cuatro acusados seguirán presos por otras causas: Bassi espera la sentencia por el crimen de Colaso, al igual que Muñoz y Damario. En tanto, Damario tiene una condena por el crimen de Lucas Espina y es investigado por el homicidio de Germán Armanino. Muñoz tiene una causa por venta de estupefacientes, en la Justicia Federal; y Zalazar tiene una condena de febrero pasado, a 12 años de prisión, por el crimen de Aldo Acosta.
Seguridad
Tras el atentado de la semana pasada en la autopista a Santa Fe, la jornada de ayer comenzó con varios móviles apostados al costado de la calzada. El operativo en Tribunales empezó a las 13, cuando un auto de civil y cuatro motos policiales se cruzaron en calle Pellegrini y Moreno, para detener el tránsito. Al avanzar, varios móviles escoltaron la Trafic de traslados donde iban los presos, que se detuvo en la esquina de Moreno y Montevideo. Un helicóptero controló la cuadra. El personal policial rodeó la esquina; mientras las sirenas retumbaban. Al entrar a la sala se advirtió que Macaco Muñoz, el único herido en la emboscada, no estaba. Al parecer, no fue el estado de salud del muchacho lo que motivó que se haya corrido la fecha de la sentencia tres veces, ya que de todos modos no podía asistir; sino el delineamiento de las medidas de seguridad extremas que debía adoptar el Servicio Penitenciario.
Paz
La fiscal Herrera dijo que hay una segunda parte de la investigación en la que pidió la citación de Luis Paz para una declaración informativa. Según dijo, la jueza Delia Paleari lo citó, pero no lo encontró. Ante ello, se podría pedir la captura.