Este domingo se cumplen 208 años del Éxodo Jujeño, una "hazaña épica" en el camino hacia la independencia, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, lo recordó como un "ejemplo" de unidad para los argentinos.
A través de su cuenta de Twitter, Cafiero se refirió al suceso histórico del 23 de agosto de 1812, cuando el Ejército patriota, bajo las órdenes de Manuel Belgrano , inició el éxodo del pueblo jujeño hacia Tucumán, ante el inminente avance de los españoles.
"El Éxodo Jujeño fue una hazaña épica, encabezada por el General Belgrano, que tuvo como protagonista al pueblo de Jujuy en la lucha por la independencia. Es un ejemplo de que los argentinos y las argentinas, cuando estamos unidos, logramos ponernos de pie", escribió el jefe de Gabinete.
También, por esa misma vía, el funcionario nacional resaltó que el Éxodo Jujeño "simboliza el sacrificio, el heroísmo y la determinación del pueblo argentino en la lucha por la independencia".
¿Qué fue el Éxodo Jujueño?
Tal como había narrado Eduardo Videla para Página|12 , podría decirse que el Exódo Jujeño fue la primera pueblada de historia argentina: todo un pueblo dejó lo poco o mucho que tenía para marchar con el ejército y dejar tierra arrasada al enemigo. Habría que decir también que se hizo bajo amenaza de pasar por las armas a quien se negara.
Lo cierto es que el llamado Exodo Jujeño, del cual se cumplen un nuevo aniversario este domingo, fue clave en la guerra por la independencia. Como lo fue la rebeldía de Manuel Belgrano, que desobedeció las órdenes de Buenos Aires de retroceder hasta Córdoba, y se impuso en Tucumán a las tropas de la corona.
El éxodo comenzó la noche del 22 de agosto de 1812 y finalizó al día siguiente, cuando se fue de la ciudad el último hombre: el propio Belgrano.
El Ejército del Norte estaba debilitado, carente de recursos por la mezquindad de Buenos Aires, y Belgrano decide justamente hacer una guerra de recursos y dejar sin provisiones al enemigo. Es así que ordenó a los pobladores irse con todo y quemar lo que no podían llevar. Y la orden no deja lugar para dudas: el pueblo se sumó entonces a las fuerzas patriotas y acompañó la marcha hacia el sur, un poco de manera voluntaria y otro poco forzado. Los más reticentes fueron las clases dominantes, los comerciantes que intercambiaban con las zonas mineras del Alto Perú, que se veían perjudicados por la guerra y no tenían intención de sumarse.
Belgrano no sabía si había ganado o perdido hasta que José María Paz le informó que el que se había retirado, ahora, era el enemigo. Fue un verdadero movimiento de masas y un hecho trascendental en la lucha por la independencia.