La Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle (APPSC) se conformó en mayo de 2019, luego de que dos hombres, que vivían en Mataderos bajo el puente de General Paz y Alberdi, terminaran con serias heridas tras ser quemados por dos personas que además filmaron la escena. Desde entonces, los hechos de violencia comenzaron a sucederse y desde la Asamblea aseguran que la cuarentena recrudeció las expresiones de odio: "Da la sensación de que toda esta situación de miedo al contagio en la calle habilitó a las personas a erigirse en policías de la moral. Dio la excusa para que se produzcan estas situaciones de violencia que ya existían pero que ahora aparecen legitimadas", sostuvo Yamila Abal, de la Asamblea Plaza Dorrego, una de las organizaciones que componen la APPSC.
El caso más emblemático por lo aberrante es el que ocurrió el pasado 4 de julio, cuando una mujer que vivía en el bajo autopista de Virrey Cevallos y San Juan falleció tras ser prendida fuego. En aquella ocasión fue Sopa de Letras quien intervino al encontrarse con que la ranchada de la mujer, por la que pasaban cotidianamente, había desaparecido de un día para el otro y en la pared solo quedaba la marca del fuego. "En 2019 hubo muchas situaciones así y con la pandemia no dejaron de suceder, la gente replica los discursos de odio que bajan de las grandes esferas", afirma ahora Bárbara Alegre, coordinadora de Sopa de Letras, que también forma parte de la APPSC.
Al recorrer la ciudad, los manchones negros en las paredes, huellas del fuego, se observan a simple vista. Anabela Ávalos, encargada de uno de los recorridos de Sopa de Letras, señala las marcas y contabiliza los lugares que fueron "limpiados". Es que es habitual que, cuando vuelven de trabajar, las personas se encuentren con que ya no hay nada en el lugar donde tenían la ranchada. Muchas veces los propios vecinos, guiados por discursos de odio, se llevan las cosas y prenden fuego el lugar. Otras veces, "los camiones del Gobierno de la Ciudad, de Espacio Público, se llevan las cosas y dejan a la gente sin nada", explica Ávalos.
Por su parte, Abal asegura que en San Telmo también se dieron casos de abusos de las fuerzas de seguridad: "Varios compañeros relataron situaciones de este tipo y a nosotros en las ollas nos ha caído la Policía. Las fuerzas de seguridad son selectivas y todo esto opera como excusa para reprimir a los sectores de siempre, se profundiza lo que ya funcionaba", señala la mujer y agrega que, cuando se decretó la obligación de usar tapabocas en la ciudad, lo primero que hicieron desde su organización fue distribuir barbijos, no solo para evitar los contagios, sino también para "no dar excusas a la policía para reprimir".