La deuda externa ascendió a 192.462 millones de dólares en el último trimestre de 2016, cuando era de 170.414 millones en igual período de 2015. Los pasivos del país con acreedores del exterior subieron 22.048 millones de dólares en un año y permitieron financiar la política económica del Gobierno, en la cual se desarmaron los controles cambiarios y se avanzó en la apertura de las importaciones. Las cifras fueron publicadas ayer en el informe de Balance de Pagos del Indec, un documento en el que se registra los movimientos de entrada y salida de divisas del mercado interno. La cuenta corriente, en la que se computa el resultado entre las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios, anotó un déficit de 3 puntos del PIB en 2016. Esto se suma al rojo de las cuentas fiscales del 4,6 por ciento del año pasado e implica cerrar el balance económico de 2016 con déficits gemelos, inflación del 41 por ciento, aumento del desempleo y caída de la industria, la construcción y el consumo.
El documento del Indec precisó que la mayor parte de la deuda externa se explicó por las colocaciones de bonos del Tesoro a acreedores privados en la plaza de capitales internacional. Los títulos públicos pasaron de 42.650 millones a 78.252 millones de dólares entre el cuarto trimestre de 2015 y el mismo período de este año. La deuda con organismos internacionales, en contraste, disminuyó de 33.726 a 32.578 millones y con bancos comerciales aumentó de 1451 a 1596 millones.
Además de la deuda del sector público, se precisó que “el sector privado no financiero (empresas) registró en diciembre de 2016 un saldo de deuda de 61.012 millones, de los cuales el principal componente corresponde a pasivos con firmas vinculadas (43 por ciento), seguido por deuda en obligaciones negociables y deuda con proveedores”. A su vez, el sector financiero (bancos), sin incluir al Banco Central, mostró un saldo de deuda por 3973 millones. Los principales pasivos externos de los bancos son líneas de crédito y obligaciones negociables.
El Indec precisó que del total de la deuda externa, que alcanza casi 200 mil millones de dólares, una cifra que equivale al 40 por ciento del Producto Interno Bruto, el 66 por ciento se explica por el sector público, el 32 por ciento por las empresas privadas no financieras y el 2 por ciento por las entidades bancarias.
El documento del centro de estadísticas oficial informó que el déficit de la cuenta corriente se ubicó en 4400 millones de dólares en el último trimestre del 2016, cuando había sido de 4934 millones en igual período de 2015. En todo el año pasado, en tanto, se acumuló un déficit de cuenta corriente de 15.024 millones de dólares, contra 16.806 millones registrados el año anterior. El resultado comercial, es decir el balance entre exportaciones e importaciones de bienes, arrojó superávit de 4490 millones de dólares en 2016 contra los 1801 del 2015. Esta mejora no se explicó por un incremento de las ventas al exterior sino por una disminución de las importaciones, lo que se asoció con la caída del 2,3 por ciento de la actividad del mercado interno. En lo que refiere al balance de las exportaciones e importaciones de servicios, se anotó un déficit de 7010 millones el año pasado, cuando había sido de 3925 millones en 2015. Esto se debió en gran parte al desequilibrio de la cuenta turismo. El año pasado los argentinos gastaron 10.000 millones de dólares en el extranjero, una cifra equivalente a 2 puntos del PIB que se dejaron de consumir en el mercado interno.
Los desequilibrios de la cuenta corriente se compensaron con el ingreso de deuda. La cuenta capital y financiera del Balance de Pagos arrojó en el cuarto trimestre de 2016 un superávit de 13.618 millones de dólares, cuando había anotado un rojo de 2449 millones en igual período del 2015. Para todo el año pasado, se acumuló un superávit de 29.131 millones, contra los 13.203 del año anterior. El endeudamiento del sector público, con una importante emisión de bonos en el extranjero fue central para impulsar la entrada de estas divisas y financiar el desbalance de la cuenta corriente.
El resultado final del balance de pago arrojó un aumento de reservas internacionales de 13.725 millones de dólares para todo 2016, cuando habían caído 4933 millones en igual período del 2015. Estas divisas que se acumularon en el Banco Central no fueron por el ingreso de divisas del superávit comercial ni entrada de inversiones extranjeras directas destinadas a producción. Al ser divisas de deuda, el país deberá devolverlas más temprano que tarde a los acreedores internacionales y pagar además una tasa de interés de alrededor del 7 por ciento. Esto explica que en el mercado empieza a haber cada vez más nerviosismo y consideran que en el mediano plazo el país se expone a una nueva crisis de deuda.