En Alemania, como acto de protesta contra la comercialización del deporte, dos equipos jugaron un partido de fútbol completamente desnudos. En Peligro de Wolf quisimos indagar sobre en el tema, para no quedar, precisamente, en pelotas.
Ni bien surgió la posibilidad de que en estos tiempos los 22 jugadores salgan al campo de juego sin ninguna otra prenda que las medias y los botines, gran parte de la afición alemana se escandalizó. Decían que era un disparate, una barbaridad: “¿Cómo van a jugar sin barbijo?”, se preguntaban.
Nuestro corresponsal en Berlín, Hans Kindergarten, nos aportó algunos detalles de este particular encuentro:
- Para diferenciar a los equipos, el partido lo jugaron Peludos versus Lampiños.
- El encuentro se disputó en el estadio Olympisch Strudel, debiendo taparse los carteles publicitarios de “Pelotas Müller” y “Huevos San Beckenbauer”, para que no se prestaran a dobles intenciones.
- Dirigió el partido, el árbitro internacional Helmut Panzer. Su silbato, evidentemente, no fue el único pito colgando que se vio en el campo de juego.
- Adhirieron a la convocatoria, varios ex futbolistas: el italiano Vergassola, el brasileño Elano, el checo Mikola y el búlgaro Penev.
- Fue la primera vez en la historia del fútbol mundial que la pelota y los futbolistas coincidieron en el aspecto físico: todos jugaron “en cueros”.
- El cántico más repetido en el estadio fue aquél que dice: “Hay que poner un poco más de huevos”, propósito éste que –saltaba a la vista- se cumplió.
- La hinchada local entonó también canciones que aludían al tamaño de los miembros… de la Comisión Directiva del Club.
- Los más pudorosos, además de papelitos y globos, arrojaban taparrabos.
- Según el programa radial voyeur “Mit allem in der Luft” ( “Con todo al aire”), después del partido, el futbolista Klaus Bunker pasó a ser llamado por la afición alemana “Chizito” Bunker.
- De acuerdo a los testimonios de los vendedores ambulantes consultados que trabajaron durante el partido, lo más vendido durante la jornada, fueron vasos de cerveza (los hombres) y largavistas (las mujeres).
- Al finalizar el partido, a falta de camisetas, hubo intercambio de calcetines.