El impacto económico que generó la pandemia de Covid-19 se muestra con los números de un estudio sobre la dimensión económica de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, realizado por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC). Más de quinientos catorce millones de pesos vendió la Feria Internacional del Libro de Buenos en 2019: 480 millones, según una encuesta que realizó la Fundación El Libro (FEL) entre los expositores que venden libros, editoriales comerciales, universitarias y librerías. A esta cifra hay que sumar las ventas durante las Jornadas Profesionales (al interior y exterior del país), que fue de 34.136.100. Si se proyecta una inflación estimada del 40 por ciento anual, la Feria perdió por no haberse realizado la edición 2020 de manera presencial casi 720 millones de pesos solo en ventas.
La FEL le encargó una investigación al IMFC para comprender mejor la dimensión económica que tiene la Feria del Libro, que emplea de manera directa o indirecta a casi 8 mil personas; convoca a más de 10 mil profesionales, y un público general que supera el millón de personas. Como dura veintiún días, es la feria internacional del libro de mayor extensión del mundo; y ocupa la totalidad del predio de La Rural por mayor tiempo (casi un mes, al incluir armado y desarmado). La construcción de instalaciones y stands en casi 14 mil metros cuadrados, sobre una superficie total de más de 45 mil, la realizan más de 70 empresas o estudios, por encargo de más de 500 expositores y de la propia FEL. Los expositores gastaron 291.969.108 en la construcción de stands el año pasado. La Fundación El Libro invirtió 93.375.032 en el alquiler del predio, instalaciones e infraestructura, logística y servicios, personal (120 entre fijo y temporario), organización de actos, viáticos de invitados, hotelería de invitados, publicidad y prensa.
El principal sostén económico de la FEL lo constituyen las inversiones de los propios expositores, que en un 80 por ciento son empresas editoriales comerciales. Un porcentaje menor de los ingresos lo producen la boletería y los sponsors. La feria también moviliza empleos en servicios de limpieza, seguridad, salud, refrigerio, energía y telefonía. En cuanto al consumo gastronómico dentro del predio, el informe del IMFC precisa que al cruzarse la cantidad de entradas pagas permite estimar un gasto, en el total de los días, entre 11.250.000 y 15.000.000. Oche Califa, director de la Feria del Libro, advierte que el informe quiere visibilizar todo lo que moviliza en recursos materiales y humanos la feria, más allá del libro. “No trabajaron las ocho mil personas o más que trabajan todos los años; los más de 70 estudios de arquitectura; los de higiene y seguridad; la gastronomía y el transporte dentro y fuera de la feria; los servicios bancarios; la hotelería; el turismo; la publicidad. También la industria gráfica, que imprime o reimprime para la feria, novedades o éxitos. Todo esto lo perdió la economía de la ciudad y del país”, explica Califa a Página/12.
La crisis económica provocada por la pandemia “debiera obligar al Estado local y nacional a establecer políticas de Estado para la propia industria editorial”, se señala en la síntesis y reflexiones del informe. María Teresa Carbano, presidenta de la FEL, cuenta que la Fundación acordó con las autoridades de La Rural la realización de la Feria en abril del 2021. “Vamos avanzando con mucha cautela en lo que hace a decir qué va a pasar, cuándo y cómo porque no hay precisiones sobre cómo será la realidad en relación con la pandemia en abril del año que viene. La Fundación El Libro no renuncia a realizar la Feria presencial y, por el momento, la fecha sigue siendo abril del 2021”.