El rubro de comunicaciones aumentó por encima del nivel general de inflación durante los últimos tres años. El principal motivo tiene que ver con la falta de competencia en distintas zonas del país, según expertos consultados por PáginaI12. El costo de una canasta tecnológica (telefonía, cable e internet) puede alcanzar los 10 mil pesos para una familia tipo en la Ciudad de Buenos Aires. Por el decreto del gobierno, los precios quedan congelados hasta 2021 y a partir del año que viene las empresas deberán acordar con el Estado antes de aplicar una suba.

Subas

En los últimos dos años, 2018 y 2019, la inflación alcanzó las subas más altas desde 1991. En esos años, el rubro comunicación estuvo entre los dos que más escalaron, incluso por encima del nivel general. Comunicación aumentó 326,3 por ciento entre mayo de 2016 y diciembre de 2019. En el mismo período, la inflación fue de 231,4 por ciento, según el Centro de Economía Política (Cepa).

El último aumento lo habían aplicado en marzo de este año, cuando más que duplicó al nivel general. El rubro comunicación subió 8,3 por ciento, contra una inflación del 3,6 por ciento. Durante la pandemia, habían acordado con el Enacom congelar los precios. Pero para septiembre ya habían anunciado a los clientes subas que en algunos casos llegaban hasta el 18 por ciento.

El Gobierno les había pedido posponer este aumento hasta febrero del año que viene. "No quisieron aunque era absolutamente necesario", aseguró Alberto Fernández. Ese fue uno de los motivos del congelamiento en el DNU que establece a las TIC como servicio público.

Así, la suba anunciada quedó suspendida y las próximas deberán ser previamente autorizadas por el Enacom, que será la autoridad de aplicación. “En todos estos años nunca tuvieron que rendir cuentas cuando aumentaron”, explicó a este diario Ezequiel Rivero, investigador de políticas de comunicación y becario doctoral del Conicet. Una situación similar ya existe con las empresas de medicina prepaga.

Motivos

Existen diversas explicaciones sobre la suba en los servicios de comunicación. “Una parte de los aumentos puede ser razonable, porque tiene que ver con componentes de funcionamiento de esas industriales que dependen de la variación del dólar”, aseguró Rivero. En el período analizado, se produjo una megadevaluación del peso.

Sin embargo, para Rivero el principal motivo es la falta de competencia y la concentración del sector. Como ejemplo, menciona que un combo de internet y televisión (de Fibertel y Cablevisión) cuesta 1323 pesos en La Pampa, Santa Rosa, y 2515 pesos en la Ciudad de Buenos Aires. “Las subas son mucho mayores donde no hay competencia. Ante la alternativa, bajan el precio. En Santa Rosa tenés la única capital de una provincia que tiene una cooperativa de comunicaciones”, detalló Rivero.

Además, en las grandes capitales el mercado es oligopólico, y en la práctica las empresas terminan cartelizándose. “Abusan de su posición dominante”, afirmó Daniela Monje, investigadora de Políticas de Comunicación. “En ciudades como Córdoba hay un prestador monopólico que es Fibertel y no podés contratar a otro”, agregó.

Canasta

Para calcular una canasta tecnológica, se puede tomar un actor preponderante del mercado como puede ser Telecom. Para una familia tipo, dos planes de 3GB para los hijos cuestan 990 pesos cada uno, y dos de 5GB para los padres, 1400 cada uno. Serían 4.780 pesos sólo de telefonía móvil. En tanto, un plan clásico de televisión cuesta 1075 pesos, mientras que la versión Flow asciende a 2645 pesos. En cuanto a internet, 50 megas cuestan 1921 pesos, y uno de 100 megas, 2.340 pesos. Por lo que el total podría ascender hasta 10 mil pesos. Por supuesto que llevar adelante un “combo” reduce los precios, y también hay fuertes descuentos para los primeros meses en los que se contrata el servicio.

El peso del gasto en comunicación sobre el presupuesto de las familias argentinas se duplicó en los últimos 20 años. Según la encuesta nacional de Gastos de los Hogares, pasó del 2,6 por ciento en 1996-1997 a 5,2 por ciento en 2017-2018, según el Indec.

Monje, en conjunto con otros investigadores, presentaron un proyecto de ley para que exista información pública sobre costos, precios, servicios y prestadores en cada punto del país. “Enacom no venía relevando, ordenaba la información que le enviaban los licenciatarios, sin cotejarla”, afirmó. En países como México, donde internet es un servicio público, existe un comparador simultáneo de precios online.