Desde Córdoba
El paisaje rojo y desolador de los fuegos y columnas de humo del atardecer y la noche de las sierras cordobesas se ve desde la capital provincial. Las cenizas de los incendios que ya llevan once días arrasando con el bosque autóctono, los animales y el sueño de los lugareños afectados, llegan con el viento del norte que parece un soplete que sólo se apaga por las noches. Ayer las llamas se mantenían activas pese a los trabajos de los bomberos.
Ya van más de 14 mil hectáreas quemadas y, según el brigadista y director de Defensa Civil Diego Concha, “no habrá final a menos que llueva y mucho. Ni siquiera la nieve del otro día en Altas Cumbres pudo apagar todos los fuegos. Necesitamos más humedad”.
A la tristeza por las sierras y los poblados amenazados por el fuego, se sumó la denuncia que realizó el fotógrafo y naturalista especializado en aves Guillermo Galliano, en un programa de Radio Nacional Córdoba. Galliano es presidente de la Fundación Mil Aves: “No es como nos quiere vender el gobierno de Córdoba, que es un señor endemoniado con una caja de fósforos prendiendo incendios porque es un piromaníaco desquiciado. No es así. Quiero desterrar esa idea que nos quiere vender el gobierno provincial. No es un señor que fue al rally y dejó el fuego prendido. No es la señora que barrió hojas y de repente se le fue el fuego. ¿Eso sucede? Sí, sucede. Pero no en la mayoría de los casos, eso es un muy bajo porcentaje. Los incendios son intencionales y lo digo con todas las letras. Son incendios intencionales, incendios provocados en su gran mayoría”.
Según Galliano, que en Córdoba es reconocido por su activismo y sus libros publicados y su columna de difusión científica en Radio Universidad, "si hacemos un análisis exhaustivo y una indagación seria, un trabajo periodístico a los jefes de los bomberos provinciales y se saca información de dónde fue cada incendio, en el 2004 acá, en el 2005... y se va haciendo un mapa de esos incendios --digo de un caso concreto: camino a Falda del Carmen, Falda del Cañete, ahí había bosque nativo, con toda la biodiversidad que ahí habita--, veamos qué hay ahora: todos countries, barrios cerrados. Y hagamos un análisis posterior: ¿cuántos incendios consecutivos hubo en ese lugar antes? Iban semana de por medio los bomberos ahí y me lo contaron los mismos bomberos. Y ahora son todos barrios cerrados”.
Enfático y conocedor de las sierras como pocos, ya que en su tarea se dedica al avistaje de aves y militancia por la preservación del bosque autóctono, Galliano afirmó que “(lo de los incendios) es una de las tantas artimañas alternativas que tiene el gobierno (provincial) y sus socios desarrollistas... Porque es al revés, no son los desarrollistas y sus socios del gobierno. Es al revés acá: es el gobierno y sus socios desarrollistas, para eliminar lo que tanto pregonamos que es nuestro bosque nativo”.
Siempre según Galliano, “(lo de los barrios cerrados en sitios donde hubo incendios reiterados) me lo han dicho los jefes de los bomberos a mí. Y ellos tienen todas las planillas con todos los datos técnicos. Es irrefutable lo que digo".
--Pero eso es susceptible de acciones penales, le replicaron en el programa. A lo que el naturalista respondió con otra pregunta: ¿Y de quiénes son los countries?
Desde hace dos décadas, las sierras cordobesas arden desde agosto hasta que llegan las lluvias. El viento zonda que llega desde el norte seco, más los pastizales, son la causa natural. Pero el “efecto lupa” que pueda darse en algunos casos, no justifica la inmensa cantidad de hectáreas calcinadas durante todos estos años. La pregunta del millón es cuándo y quiénes en la justicia se harán cargo de investigar de oficio este ecocidio que se retroalimenta año tras año.
Guillermo Galliano siguió: “Estamos haciendo un documental sobre el río Suquía con la Fundación Mil Aves. Ayer en vez de filmar el río, filmamos incendios. Estuve en La Calera. Se puede escapar un fuego... Pero eran un montón de focos distintos en distintos lugares de La Calera".
"Y se han visto desde el aire, en Traslasierra, eso está comprobado, un cuatriciclo con dos sujetos arriba con bidones de qué atrás y van prendiendo fuego --denunció--. Y hay un enorme impuesto al fuego, como un negociado enorme detrás de cada fuego, de cada acción. Y otra cosa, saquemos a los bomberos del medio ¿no?, como lo dice Germán Jaacks, que es guardaparque (de La Quebrada del Condorito): nuestros bomberos son como los soldados de Malvinas, los mandamos al fuego con muy poca cosa. Hacen un trabajo titánico. Ellos tienen equipamiento para salvar un edificio, una casa. Pero no para un fuego de montaña, eso son brigadistas. Lo que se necesita en montaña son brigadistas”.
Antes de terminar, Galliano dijo que lo que más le preocupa es “el banco de semillas”. Explicó que en “el vivero lo vende como mantillo, es una capa muy superficial, dos centímetros, diez centímetros. Ahí se alberga la semilla de todo ese bosque que se ve. Es un banco de semillas”. Si el fuego no se termina de apagar, si la llamada guardia de cenizas no es suficiente, lo que queda “es la desertificación”.