Los fiscales de Nueva York, Nueva Jersey y Hawai presentaron una demanda contra el presidente estadounidense Donald Trump, acusándolo de sabotear el servicio postal de cara a las elecciones del próximo tres de noviembre. La denuncia, a la que se sumaron las ciudades de Nueva York y San Francisco, también señala al director del servicio postal, Louis DeJoy. En concreto, los demandantes exigen dejar sin efecto los cambios puestos en marcha en la agencia "porque son ilegales" y generarán una preocupante demora en el servicio. La semana pasada, un grupo de políticos y votantes que no podrán acudir en persona a las urnas habían presentado una demanda similar. A raíz de la pandemia de coronavirus, por la cual ya son 5.750.470 los casos confirmados y 177.773 las víctimas fatales en el país, se espera un masivo voto postal. Trump, superado en los sondeos por su rival demócrata, Joe Biden, asegura sin pruebas que el voto por correo fomentará el fraude electoral, y amenaza con bloquear fondos adicionales para el servicio postal.
Los recientes cambios que afectaron la rapidez y eficacia del correo son "una táctica de supresión de votos" y ya afectaron la entrega de medicamentos a personas enfermas y el pago de jubilaciones, dijo la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, en conferencia de prensa. "Estas acciones autoritarias no solo ponen en peligro nuestra democracia y derecho fundamental a votar, sino la salud inmediata y el bienestar financiero de los estadounidenses a través del país", afirmó James.
En paralelo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, aseguró que el gobierno de Trump "no va a silenciar la voz de los neoyorquinos tratando de sabotear" al servicio postal. "Nuestra ciudad no va a aceptar juegos políticos partidistas que priven a los votantes de su derecho y pongan en riesgo la salud y seguridad de neoyorquinos que dependen del servicio postal para tener comida, medicinas y alojamiento", sostuvo de Blasio a través de un comunicado.
Desde que asumió su cargo en mayo, el director del servicio postal, Louis DeJoy, ordenó la eliminación de buzones y de equipos de procesamiento de cartas. Ferviente partidario de Trump, también recortó el pago de horas extra a los carteros, una medida que ralentizó los tiempos de entrega de correspondencia en todo el país. DeJoy había dicho el viernes en una audiencia en el Congreso que algunos cambios serían suspendidos, pero no dio mayores precisiones ni dijo si los ya adoptados serán revertidos.
El sábado, la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, aprobó un proyecto de ley para reforzar con 25 mil millones de dólares el servicio postal y frenar los cambios anunciados. Pero se espera que el proyecto muera en el Senado, controlado por los republicanos, aliados del mandatario.