El gobierno comenzó formalmente las negociaciones con el FMI para alcanzar un nuevo acuerdo de financiamiento que le permita al país hacer frente a la pesada mochila de vencimientos heredada de la administración anterior. “Le estamos escribiendo para requerirle formalmente la iniciación de las consultas para acordar un nuevo Programa con el FMI que suceda al cancelado y descarrilado acuerdo ‘Stand By de 2018’”, dice la carta firmada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, dirigida a la titular del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva.
La novedad se conoce en medio de una semana de turbulencia con el dólar y sobre el cierre de las negociaciones del acuerdo de reestructuración de títulos de deuda en manos de acreedores privados. Así, el gobierno busca emitir una señal que permita desarmar la incertidumbre acerca de la sostenibilidad de la situación cambiaria.
“Para lograr certezas hay que poner en orden las cuentas. Las cuentas con los organismos internacionales las pondremos en orden. Lo haremos con una lógica común, la de no postergar a la Argentina y no hacer sufrir a los que mucho han sufrido”, sostuvo el presidente, Alberto Fernández, quien este miércoles por la mañana mantuvo junto a Guzmán una conversación con Georgieva. La titular del Fondo indicó que "hablamos de los importantes desafíos que enfrenta Argentina, incluso debido a la pandemia, y las prioridades del gobierno argentino de cara al futuro, en particular la necesidad de revitalizar la economía y seguir protegiendo a los más vulnerables".
Se supone que un nuevo programa con el Fondo contemple la inyección de dinero y reestructuración de plazos. Pero tampoco descartan que sólo se modifiquen fuertemente los plazos en favor del país. El gobierno logró muy buena sintonía con el Fondo en pos del objetivo de reestructurar la deuda con los privados, lo cual era un interés en común entre Fernández y Georgieva. Si bien ahora ambas partes van a querer alcanzar un acuerdo, los caminos para hacerlo se bifurcan.
El gobierno buscará llegar al alivio financiero manteniendo soberanía en las decisiones de política económica. Es probable que a cambio del acuerdo, el organismo apele a su set de reformas, que suele incluir la cuestión previsional y laboral. De entrada, el gobierno advirtió que “esperamos que el nuevo Programa no repita los defectuosos presupuestos del Programa de 2018”.
La deuda
Argentina le debe al FMI 45.095 millones de dólares, producto de los desembolsos de una parte del crédito otorgado por el organismo al país durante la administración de Mauricio Macri. El préstamo original era de casi 57 mil millones, pero la debacle de la economía y el inminente recambio presidencial obligó al organismo a frenar desembolsos previstos. El acuerdo se cayó y el presidente Fernández no mostró voluntad inmediata de volver a pedir plata.
Aquel convenio contempló que la devolución del capital se realice a partir de 2021, con la mayor parte concentrada en 2022 y 2023. Para poner en perspectiva la magnitud de ese número, cabe recordar que las reservas internacionales con las que cuenta el Banco Central están en el orden de los 43 mil millones de dólares, de los cuales las reservas netas (descontando encajes y el swap con China) no llegan a los 10 mil millones de dólares. Es decir, el nuevo acuerdo con el FMI es una condición ineludible para un gobierno que pretende mantener al país en determinado estándar de integración en la economía global.
“En este contexto, requerimos formalmente asistencia financiera bajo un Programa con el Fondo Monetario Internacional e invitamos al staff a una misión para comenzar las conversaciones”, indica la misiva firmada por Guzmán y Pesce. Ya en 2018, el volumen de vencimientos con el FMI hacía casi imposible que el país no requiera este año una renegociación del acuerdo. Esa necesidad quedó del todo en evidencia poco después de cerrado el acuerdo y a medida que crisis económica se volvió imparable.
La negociación
En su carta formal a Georgieva, el gobierno realiza un racconto de la caída del déficit fiscal y del desequilibrio de la cuenta corriente entre 2017 y 2019, a la par de un furioso proceso de salida de capitales, fuerte caída de la actividad económica y disparada inflacionaria. También menciona las directrices del nuevo gobierno vinculadas a la renegociación de la deuda y la reducción de las tasas de interés. Además, hace referencia al impacto económico de la pandemia y de las medidas adoptadas para mitigar el cimbronazo.
A través de su cuenta de Twitter, el ministro Guzmán fue más explícito sobre el daño que produjo el acuerdo con el Fondo. “La crisis que hoy afecta a nuestro país fue profundizada por un acuerdo rápido con el FMI en el año 2018, insostenible y realizado de espaldas a la sociedad. De un modo distinto, el camino para llegar a un programa que ayude a Argentina lo recorreremos de frente a la sociedad”, indicó Guzmán. “Un nuevo acuerdo que incluya una reprogramación de los vencimientos de deuda con el FMI es un paso necesario para resolver la crisis económica a la que se condujo al país en los últimos años y así poder poner y mantener a la Argentina de pie”, agregó.
Georgieva señaló que “esperamos profundizar nuestro diálogo sobre cómo podemos apoyar los esfuerzos del gobierno para enfrentar la pandemia, impulsar el crecimiento y la creación de empleo, y reducir la pobreza y el desempleo al mismo tiempo que fortalecemos la estabilidad macroeconómica en beneficio de todos los argentinos".
El pedido -formalizado a través de una nota oficial enviada a Georgieva- fue dado a conocer esta tarde por Guzmán a través de su cuenta de Twitter.