Artista consagrada de la música popular, Elena Roger subió a todo tipo de escenarios y disfruta de una carrera que la llevó a triunfar en las grandes cunas del teatro mundial, como Londres y Broadway. Pero nunca imaginó la posibilidad de cantar y actuar desde su casa, una experiencia motorizada por la pandemia, pero que la entusiasma. “Estoy buscando la manera de poder seguir generando trabajo. Tuvimos nuestros meses de parate y, cuando se comenzó a hacer streaming, empezamos a ver que había una salida y nos amigamos con esta nueva modalidad que no nos asusta. Por el contrario, nos parece algo de ciencia ficción”, dice Roger a través del teléfono, y en un descanso de los ensayos de cara al concierto que brindará hoy viernes 28 a las 21, en compañía del guitarrista Javier López del Carril, y en vivo a través de www.nubecultural.com.

“Es genial poder llegar a distintas partes del mundo. Se abre un mundo increíble y súper amplio. No vamos a dejar de ir al teatro ni de disfrutar de sentarnos y ver al artista en vivo, cara a cara. Eso va a seguir siendo un privilegio. Pero creo que el streaming llegó para quedarse”, asegura la actriz y cantante que tuvo que suspender, entre otras actividades, la presentación oficial prevista para junio del disco doble que grabó en homenaje a María Elena Walsh, a 90 años de su nacimiento, un proyecto que la vuelve a unir al grupo Escalandrum.

Algo de ese material, precisamente, hará sonar a través de la pantalla y se sumará a una amplia lista de temas donde se destacará parte de sus trabajos discográficos Recorriendo el rock nacional, Vientos del sur y Tiempo mariposa, además de los clásicos de Piaf, Mina y del musical Evita, infaltables en su cancionero. “Va a ser un concierto bastante teatral y ameno. Tratamos de sacarle jugo a esta situación para que sea algo enriquecedor y variado en repertorio. Este es un momento bisagra de la sociedad, del mundo y de nuestras vidas, entonces tomamos eso. Nos vamos a subir a un viaje artístico que para mí va a ser muy hermoso”, anticipa al mismo tiempo que aconseja conectarse media hora antes del show para disfrutar de la música de Silvina Moreno, Belén Pasqualini y Marie Perticari, quienes acompañarán la espera.

-¿Extrañás el escenario?

-Me entusiasma mucho esta nueva modalidad, que de alguna manera es un escenario, y un lugar desde donde expresarme y seguir haciendo mi arte, entonces no me pasa de extrañar. Pero lo que sí extrañaba mucho, hasta ahora, era poder juntarme con mis músicos y cantar. Extrañaba tener un proyecto.

-¿Cómo imaginás el reencuentro con el público a través de una pantalla?

-Es imposible saberlo antes. Cuando uno hace algo en vivo en el teatro, se termina una canción y el público aplaude, a veces más, a veces menos, o se ríe de tus chistes. Pero en este caso va a ser más un juego entre Javier y yo, como si estuviéramos en un ensayo. Me lo imagino así, porque no va a haber un feedback instantáneo. Y si bien va a haber un chat donde la gente puede escribir, no voy a estar viéndolo permanentemente. Por otro lado, el concierto queda 48 horas disponible, para quien no lo pueda ver en ese momento, y esto con el concierto en vivo tampoco sucedía.

-Venís de grabar un disco doble en homenaje a María Elena Walsh con Escalandrum. ¿Cómo se armó ese proyecto?

-Con Escalandrum venimos tocando y girando con 3001 Proyecto Piazzolla. Y hubo un año en el que los chicos estuvieron muy abocados a su nuevo disco de jazz, que grabaron en Abbey Road, y sentimos que había llegado el momento de hacer algo juntos otra vez. Entonces el año pasado se le ocurrió a Horacio Sarria, el manager de Escalandrum, emprender este trabajo. Y así grabamos dos discos, uno para chicos (El reino del revés) y otro para grandes (Como la cigarra), que ya están disponibles en todas las plataformas. Para este tiempo en el que los chicos están en cuarentena, el primer disco es para poner un sábado a la mañana, mientras se prepara el almuerzo. Es súper alegre. Y el de grandes es más para un vinito (risas). Los dos son fantásticos. Y yo me quito todo mérito, porque son los intérpretes musicales los que hacen realmente la diferencia al momento de escuchar estas versiones. El plus lo pone Escalandrum. Ellos son muy particulares. Tienen un sonido muy aceitado y yo me subo a eso.

-En estos meses de encierro, la imposibilidad de subir a un escenario y de interactuar con el público obligó a muchos artistas a reinventarse. ¿Qué cosas nuevas hiciste y descubriste durante este tiempo?

-Todas las cosas que hice estaban en el tintero y tenía que hacerlas. El espacio en el que vamos a hacer el concierto es el lugar donde vivíamos antes, y siempre fue pensado para que fuera un pequeño teatro y una sala muy alternativa para hacer presentaciones. Y llegó el momento. También tenía la idea de hacer una huerta y eso pude hacerlo ahora. Y otra cosa que ahora puedo hacer más es estar con mis hijos. Alucino con poder dormirlos todos los días, contarles un cuento y charlar con mi hija, que está cada vez más grande. Todo eso no estaba previsto y está buenísimo. Trato de poner en la balanza lo positivo. Y por eso pienso, en relación a la naturaleza, el respiro que logramos darles a los animales con respecto a la polución. Siempre me preguntaba: “¿Se limpiaría un poco la Tierra si todo el mundo parara todo durante un mes?”. Y nunca se me ocurrió que eso en algún momento iba a ocurrir.

-A propósito, desde tu lugar de militancia por el cuidado del medio ambiente, ¿qué reflexión hacés acerca de esta emergencia sanitaria que hoy atraviesa el mundo?

-No soy experta en este tema. Hay quienes dicen que este es un virus que largaron los laboratorios y que se trata de una gran conspiración. En un momento recibí muchos videos sobre esto y con uno especialmente, que mostraba algo que podía ser muy real, me amargué tanto que estuve tres días con una energía súper baja. Ahí me dije que no iba a hacer de la covid el centro de mi vida. Tengo los cuidados y tengo el respeto. Me apenan muchísimo las muertes y he tenido gente cercana que se contagió. Estoy preocupada, pero no quiero perder mi objetivo ni bajar la vibración. Quiero seguir activando, porque si yo no canto, quienes venden las entradas y hacen la prensa, o la persona que toca conmigo, tampoco tienen la posibilidad de trabajar. Y tenemos que ir para adelante todos.

-En estos meses se viene debatiendo acerca de si el arte es o no esencial. ¿Cuál es tu mirada?

-Pensando en términos de lo espiritual, que también sirve para mantenernos sanos, el arte es esencial. Sin el alma no se puede vivir. Y el arte sostiene muchísimo en ese aspecto. No todos pueden transmitir desde los escenarios porque no es algo barato, y además tenés que tener una cantidad de seguidores que te compren entradas. Por eso también lo esencial en este tiempo es que todos podamos trabajar y cobrar por eso. Agradezco a la gente que compra sus tickets y apuesta a esta nueva modalidad. Porque así los artistas y quienes crean las plataformas nos sentimos apoyados. Que nos den una mano en este momento de experimentación es algo para agradecer con toda el alma.