Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central, mencionó como uno de los méritos de su gestión la política de “Metas de Inflación”. 

"Muchos se ríen de esta foto, pero las expectativas de inflación núcleo para 2018 eran de 14%; estuvimos cerca", indicó para sorpresa de propios y extraños. Las “risas” son para no llorar cuando se comparan las metas de inflación planteadas por Sturzenegger al asumir y la realidad que padeció la economía argentina. 

La meta para 2017 era de 12-7 por ciento y la inflación fue del 25 por ciento; para 2018 la meta era de 8-12 por ciento y los precios subieron 48 por ciento; para 2019 la meta era del 5 por ciento y la realidad fue un récord de 54 por ciento. 

Ese rotundo fracaso de su programa para contener la inflación es considerado por Sturzenegger un éxito porque un grupo de consultoras ligadas a bancos que mamaban de las Lebac, que él emitía desde el Central, le mintieron alguna vez diciendo que sus expectativas de inflación núcleo (otro engendro teórico que ya tuvo su mito) estaban alineadas con sus ilusorias metas.

El fiasco de las políticas monetarias durante la gestión Macri, que abarcó desde las Metas de Inflación hasta la “emisión cero” acordado con el FMI, no le hacen perder a Sturzenegger su fanatismo por el monetarismo. 

“Una de las pocas cosas que la teoría económica tiene como verdad indiscutible es que la emisión tarde o temprano genera inflación”, repite un dogmático que niega incluso la existencia de planteos alternativos por corrientes económicas heterodoxas, como el keynesianismo y el estructuralismo. 

Que puedan ser las tasas de inflación las que inducen mecanismos endógenos de generación de dinero; que los niveles de emisión modifiquen los volúmenes de producción; que la velocidad de circulación se adapte a distintos niveles de emisión neutralizando el impacto en precios y actividad en casos de elevada incertidumbre; nada de eso fue estudiado por este economista que se autodefine como un “académico”.

La soberbia del ex funcionario de Domingo Cavallo en tiempos del Megacanje es tal que considera a la conferencia de prensa del 28 de diciembre, cuando el Poder Ejecutivo le empezó a bajar el pulgar a su fracasado programa monetario, como uno de los dos elementos que provocó el estrepitoso fracaso económico de la gestión Macri. 

“El PIB crecía, la inflación bajaba, la pobreza estaba en mínimos de 20 años (sic)… ... una reforma tributaria que bajaba impuestos en un contexto de déficit fiscal y el 28D generaron dudas en el mercado sobre el rumbo del gobierno y precipitó poco después una crisis de financiamiento”, sostiene imperturbable. 

Es decir, para Sturzenegger la crisis de sobreendeudamiento no fue el resultado de tomar deuda muy por encima de la capacidad de pago del país; sino que el mercado dejó de confiar porque el gobierno cambió su meta de inflación cuando ya todos sabían que no se iba a cumplir. Un argumento que se cae solo al considerar que días después del 28 D, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, colocaba bonos por 9000 millones de dólares en los mercados internacionales.

@AndresAsiain