El presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, lanzó este jueves un desafío directo al corazón de Lionel Messi en un intento por retenerlo, al mostrarse dispuesto a dar un paso al costado si el capitán argentino se lo pide públicamente como condición para no abandonar el club de toda su vida.
En un nuevo giro del que probablemente será uno de los capítulos más recordados de la historia del fútbol mundial, Messi ha sido interpelado por el máximo directivo de la entidad azulgrana, señalado tanto por los hinchas culé como la prensa local como el culpable de su partida, para que se pronuncie sobre los motivos de su decisión.
Con su movimiento, Bartomeu intenta poner toda la presión sobre el astro argentino, aunque ejecutó su jugada a medias, ya que no lo hizo a través de un micrófono sino que sus intenciones llegaron de forma indirecta por medio de la prensa catalana.
Según adelantó la cadena TV3, Bartomeu aceptaría dar un paso al costado y dejar que su junta directiva finalice el mandato, sin convocar a elecciones anticipadas, si Messi afirmara públicamente que el problema es el presidente del "Barça".
Las intenciones del Presidente culé tuvieron un eco inmediato en los medios locales, pero por el momento no provocaron una réplica de Messi, quien se mantiene en silencio desde el que martes último envió un burofax (carta documento vía fax) al club catalán anunciando que quería irse ejecutando la cláusula que le permitía salir libre al final de la temporada.
Bajo la conmoción provocada por la decisión de Messi, la primera reacción del Barcelona fue afirmar que querían que continuara en el club y terminara allí su carrera; además de entender que la cláusula había caducado y dejar claro que no estaban dispuestos a venderlo.
Sin embargo, de poco sirvió, ya que rápidamente Messi dejó entender que su decisión era irreversible y que se iría del club al avanzar sus contactos con el Manchester City del entrenador catalán Pep Guardiola.
Con el peor desenlace posible en el horizonte, tras dos jornadas de protestas de los hinchas, en las rejas que protegen las oficinas de los directivos del Camp Nou apareció esta mañana una nueva pancarta que rezaba: "Bartomeu, te estás cargando al mejor club del mundo".
Hay quienes confían en que la renuncia o la destitución de Bartomeu puede hacer que la máxima estrella y leyenda azulgrana dé marcha atrás a su decisión, aunque otros consideran que su salida es irreversible.
"Messi no quiere irse del Barça, de eso estamos seguros, pero se lo están poniendo cada vez mucho más difícil. Messi se siente muy a gusto aquí pero no quiere trabajar con esta directiva", dijo hoy en radio Marca Jordi Farré, el precandidato a la presidencia del Barcelona que presentó un moción de censura ayer contra Bartomeu.
Pero no es sencillo que la iniciativa prospere, puesto que necesita contar con el 15% del apoyo de los socios del Barça -unas 16.000 firmas-, lo que permitiría activar un referendo para remover a Bartomeu y su equipo, sin garantías de que esto sirva para algo.
El problema añadido es que los grupos opositores a la actual directiva están divididos, a pesar de que se habían comprometido a colaborar para lograr ese objetivo.
Pese a los esfuerzos de socios y futuros candidatos por retener al astro argentino, todas las informaciones apuntan a que Messi no volverá a vestir la camiseta azulgrana en la próxima temporada.
Bartomeu tenía intenciones de reunirse con Messi pero el argentino le dio la espalda, y ahora difícilmente le responda públicamente ya que lleva tiempo intentar alejarse de la imagen que se forjó en el Barcelona, donde algunos le otorgan un poder que va más allá de la figura del capitán, con capacidad de decidir el futuro de entrenadores, la política de contrataciones y, llegado a este extremo, hasta quién se encuentra al frente de la entidad azulgrana.
Por otro lado, su decisión de dejar el club de toda su vida no es un arrebato por la traumática eliminación del Barcelona de la fase final de la Liga de Campeones por el humillante 8-2 frente al Bayern Múnich, sino que es un cúmulo de situaciones que llevaron a su desencuentro con la actual directiva y confirmaron la decadencia del equipo que él lideraba.
Tras reflexionar sobre su situación, fue Messi el que contactó con Pep Guardiola para ponderar la posibilidad de marcharse el Manchester City, según pudo saber Télam de fuentes cercanas al DT catalán.
Las negociaciones con el City habrían empezado al punto de que Jorge Messi mantendrá una reunión con el club inglés la próxima semana en Barcelona, de acuerdo con el diario catalán Mundo Deportivo.
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