En el contexto de “Mido Milano 2017”, una tradicional feria italiana dedicada al diseño de anteojos de sol y a la óptica que a fines de febrero reunió a 1200 expositores en diversos pabellones de la Fiera Milano, cautivó el Club Lab, un espacio dedicado al diseño emergente y a sus apuestas experimentales. Un paneo por los estilos y las extravagancias predicadas en semejante club de gafas admite tanto las gafas esculpidas en madera de Siberia por la firma Brevno del modelo Polet a Klassika pasando por Lisa, cuyo artífice, Smirnov Fedor, invita a la cronista con una copa de aguardiente y canapés con carne de búfalo dispuestos sobre una tablita de madera del mismo material que enmarca a los occhiali. Continúa con los modelos con marcos de cuero trenzado en tonos rojo, azul, verde y negro –como si se tratase de un catálogo de carteras– y por la firma Gazusa, hace lugar a las gafas en punta de Susy Glam, los marcos con estampas de geometrías multicolores cual chupetines de la marca alemana Wissing. 

Quienes arriban al diseño de gafas provienen tanto del diseño de indumentaria como del diseño de autos –es posible dar con un ex diseñador de la firma Ferrari o con expertos en diseño gráfico– porque como los perfumes, los anteojos son los accesorios más taquilleros como emblema de  firmas del lujo. 

Los estilos imperantes son variopintos, de variaciones sobre las gafas icónicos de John Lennon y de Harry Potter a anteojos con deliberadas y celebradas corazas añadidas a sus marcos. Del lado de la vanguardia destaco a la firma Pawaka, que alude tanto al fuego en sánscrito como al nombre de guerra que durante la Segunda Guerra Mundial, eligió como apodo el abuelo de la diseñadora Faharani Empel. Modelo y activista ambiental, Faharani lleva un corte mohicano, ostenta tatuajes con líneas que aluden a los cinco elementos en su cuello y otro en la mejilla. La colección se hace eco de las tribus de Borneo y cada modelo se rige por  códigos numéricos; su colección 2017 admite tanto  gafas hexagonales y brutalistas con marcos de acetato italiano de la factoría Mazzucheli que simulan carey, a anteojos con deconstrucciones del armazón tradicional y que en ocasiones superponen las patillas cual si se tratase de drapeados. Del lado del mainstream se impusieron  los showroms de Luxotica, Safilo (son las firmas que crean los armazones y los cristales para a Prada, Gucci y Armani, entre muchos otros). En una escala de producción menor pero sin sacrificar elegancia, cautivan las creaciones de una joven diseñadora italiana, Anna Affede para la firma Eclipse y otras marcas de la tradicional casa Beccarini agrupadas en la empresa Class Glasses.

Con su vestido  de cuero negro con recortes 3D, Anna invita a probar algunos de los catorce modelos de gafas para sol y los seis para leer o ver mejor desde lejos de su nueva colección. Con experiencia en diseño de gafas para la firma Marni, sus armazones viran al rosa, al amarillo, al verde, en ocasiones fusiona varios colores con extrema elegancia y  cuenta con  estuches para guardarlos que emulan carteras de noche.

Desde un stand con lounge que recrea un par de gafas en tamaño gigante se exhiben las gafas negras apodadas Juventus, redondeadas en crudo y negro e infinitos modelos de la firma Italia Independent: todas tienen en común que su espacio ensaya un homenaje al Fiat 500, recreado cual cabina de un dj devoto de las gafas.