Las dos CTA junto a un grupo de sindicatos de la CGT colmaron con 150 mil personas la Plaza de Mayo por quinta vez en el mes de marzo para exigir un freno al ajuste económico, paritarias sin techo, un aumento de emergencia a los jubilados y el fin de la oleada importadora, y convocaron a realizar un paro contundente el 6 de abril para “terminar la luna de miel con un Gobierno que usó el diálogo social para poner de rodillas a los trabajadores”. Desde el palco, el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli; el de la CTA de los Argentinos, Hugo Yasky; y el dirigente de la UOM, Francisco “Barba” Gutiérrez, reivindicaron la defensa de la democracia y descartaron las acusaciones de “desestabilización” esgrimidas por el Gobierno nacional, pero convocaron a un plan de acción para movilizarse “hasta que se caiga este plan económico”.
Las columnas llegaron desde varios puntos del país, bajo las banderas de los sindicatos enrolados en las dos CTA, algunos sindicatos de la CGT y las organizaciones sociales, entre ellas las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que acompañaron la convocatoria. La multitud que copó la Plaza de Mayo otra vez con la Casa Rosada a sus espaldas —donde “deben estar en un invernadero los brotes verdes de la economía”, bromeó Yasky— hizo que los últimos escucharon los discursos desde la 9 de Julio.
Desde el palco, Micheli solicitó una masiva adhesión al paro convocado por la CGT — que “no vuele ni un pluma”—, mientras que Yasky adelantó un plan de lucha que continuará con una movilización el 1 de mayo y una nueva Marcha Federal. El llamado de unidad con los sectores dialoguistas de la CGT fue otro de los ejes comunes.
El acto comenzó con el reclamo por la libertad a la dirigente social Milagro Sala y una carta de la referente de la Tupac Amaru desde el penal de mujeres de Alto Comedero: “No es casualidad que hoy nos volvamos a encontrar nuevamente resistiendo las políticas de saqueo de nuestra patria y de hambre a nuestro pueblo. Parecería que nuestro destino es resistir y reconstruir nuestra patria después que los ricos y los poderosos la saquean y la destruyen”, escribió Sala. Las referencias y homenajes se multiplicaron, y con ellas el recuerdo de la marcha de la CGT de 1982 contra la dictadura militar y “su plan económico liberal”, recordó Gutiérrez al compararlo con el plan neoliberal de Cambiemos.
Micheli también rindió un homenaje al integrante de la CGT arrollado hoy por el conductor de un camión en San Lorenzo, Santa Fe, durante uno de los cortes que acompañó la movilización, responsabilizó a la Policía y sostuvo que fue la respuesta a “la incitación a la violencia” que impulsa el Gobierno cuando se refiere a las movilizaciones y marchas como parte de una “desestabilización”. “Los muertos siempre los ponen los trabajadores”, resaltó Micheli, quien anticipó que denunciarán la “incitación a la violencia” ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Vamos a defender la democracia con la convicción que nunca tuvieron ellos, que nunca salieron a la calle a defenderla”, insistió Yasky a su turno y advirtió: “Vamos a exigir que el mandato presidencial se cumpla hasta el último día, pero no significa un cheque en blanco para que destruyan la escuela pública, permitir que sigan despidiendo trabajadores”.
Yasky hizo hincapié en el conflicto docente el sostener que “Macri los eligió para mostrarles a los inversiones extranjeron que puede partirle el espinazo a los trabajadores, para demostrar cómo puede poner de rodillas a los que pelean por sus derechos. Nosotros, que sabemos que en la unidad está la fuerza, no los vamos a dejar solos”. Y desafío al presidente, quien hoy salió a pedir “diálogo”, “queremos diálogo de verdad no tener que ir a agachar la cabeza”. “Marzo pasó a la historia porque fue la expresión de que el pueblo argentino está de pie”, aseguró.