Podrán volar, saltar de un edificio a otro por sus propios medios, tener un arsenal de armas sofisticadísimas, achicarse hasta el tamaño de una hormiga o revolear martillos y escudos mágicos, pero ni el más valioso de los poderes es útil cuando del otro lado está el peor de los enemigos, el único al que nadie nunca ha logrado vencer: la muerte. Como el traje de su personaje más famoso, Hollywood se tiñó de negro al conocerse la noticia de la muerte de Chadwick Boseman a causa de un cáncer de colon. Apenas 43 años tenía este actor cuya carrera empezaba a despegar luego de haber interpretado en cuatro películas del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) a Pantera Negra. Entre ellas la que lleva el título del personaje, que en 2018 encabezó la taquilla estadounidense al recaudar 700 millones de dólares y meses más tarde se convertiría en la primera producción de este tipo en conseguir una nominación en la categoría Mejor Película de los Premios Oscar.
El actor falleció en su casa, rodeado de su esposa y el resto de su familia, según afirman los posteos publicados durante esta madrugada en las cuentas oficiales de Instagram y Twitter. Allí se lee que el cáncer fue diagnosticado en 2016 y que por su grado de avance requirió innumerables cirugías y sesiones de quimioterapia que, sin embargo, sirvieron de poco para detenerlo: la enfermedad rápidamente pasó de su fase 3 a la 4, de la cual ya no había retorno posible. Pero el actor, lejos de recluirse, llevó adelante todo este proceso sin abandonar los sets, filmando cuando los dolores de su cuerpo se lo permitían. Se sabe que la muerte magnifica la vida de quien acaba de perderla, pero en este caso hay que darle la razón al comunicado cuando cataloga a Boseman como un “verdadero luchador incansable”.
Hijo de una enfermera y el dueño de una tapicería, Boseman había nacido en noviembre de 1976 en una pequeña ciudad de Carolina del Sur. Allí las oportunidades vinculadas al mundo del espectáculo eran nulas, por lo que hizo las valijas para llevarlas a la Universidad de Howard, en Washington, donde con apenas 24 años se graduó como director cinematográfico, y luego a la reputada British American Drama Academy en Oxford, de donde regresó a Estados Unidos con un segundo título bajo el brazo. Mientras al comienzo del milenio hacia sus primeras apariciones en series como La Ley y el Orden y CSI: Nueva York, fue instructor actoral de un programa de becarios de un centro de investigación de la cultura negra en Harlem. La cuestión racial siempre fue un tópico presente tanto en sus trabajos –su primer gran rol fue Jackie Robinson, el primer jugador negro en llegar a las ligas mayores de béisbol– como en su ámbito personal. No por nada se manifestó varias veces a favor del movimiento Black Lives Matter durante los últimos meses.
El papel de Jackie Robinson en 42 (2013), que como casi todas las películas deportivas funcionó muy bien en la taquilla estadounidense pero no se estrenó en la Argentina, le dio una visibilidad que le abriría las puertas a proyectos de mayor trascendencia, como la biopic Get On Up, en la que se puso en la piel de ni más ni menos que James Brown, y Dioses de Egipto, de Alex Proyas. Mientras rodaba ésta última surgió la posibilidad de sumarse al mundo Marvel, órbita bajo la cual interpretó al personaje de T'Challa (el mismo que con el devenir de la saga se convertiría en Pantera Negra) en cuatro películas: Capitán América: Civil War, Avengers: Infinity War, Avengers: Endgame y la ya mencionada Black Panther. Allí su personaje, ya convertido en rey de Wakanda, saludaba a los suyos cerrando los brazos en su pecho y diciendo “Wakanda Forever”, una frase que en estas horas es usada por los fans para despedirlo.
Su último trabajo fue 5 sangres, de Spike Lee, estrenada en Netflix el 12 de junio y centrada en un grupo de veteranos afroamericanos de la guerra de Vietnam que regresan al país asiático en busca de los restos de su comandante caído, así como del tesoro que enterraron mientras servían allí. Un par de meses antes había subido un video a Instagram en el que celebró una donación de 4,2 millones de dólares en materiales de protección personal para los hospitales que atienden a la comunidad afroamericana, la más golpeada por la pandemia. Su rostro extremadamente delgado provocó discusiones en redes sociales sobre su estado de salud e incluso llevó a varios a especular que se trataba de una pérdida vinculada con un futuro papel. Nadie podía saber en ese momento que aquellas imágenes preludiaban un desenlace que ni todos los poderes del mundo podrían torcer.
La despedida de Los Avengers
Apenas se conoció la noticia de la muerte de Boseman las redes sociales se llenaron de mensajes en su memoria. “Nuestros corazones están destrozados y nuestros pensamientos están con su familia. Tu legado vivirá para siempre. Descansa en paz”, publicó la cuenta oficial de Twitter de Marvel.
En esa misma línea se expresó Mark Ruffalo, quien interpretó a Bruce Banner/Hulk en la saga: “Lo único que tengo que decir es que las tragedias acumuladas este año solo se han hecho más profundas con la pérdida de Chadwick. Qué hombre, qué inmenso talento. Hermano, fuiste uno de los grandes de todos los tiempos y tu grandeza solo estaba comenzando. Descansa en paz, Rey”.
Otro Vengador que lo despidió fue Chris “Capitán América” Evans, que acompañó su posteo con dos fotos sacadas durante uno de los rodajes: “Estoy absolutamente devastado. Esto me rompe el corazón. Chadwick era especial, un artista curioso que estaba profundamente comprometido. Tenía muchísimos grandes trabajos por delante para crear. Me siento infinitivamente agradecido por nuestra amistad”.