En la jornada de ayer se registraron 223 nuevos casos de covid-19 en la ciudad de Rosario, y 406 en el territorio provincial. La curva ascendente justifica desde el punto de vista epidemiológico la restricción de la circulación anunciadas el viernes por la noche por el gobernador Omar Perotti. Al tiempo que se daba a conocer el informe diario confirmando la tendencia de contagios, un grupo de personas se concentró en una de las esquinas de Pichincha a manifestar su disconformidad sobre las medidas dispuestas. También a esa hora, y desde el Cemar, el Secretario de Salud Publica Municipal, Leonardo Caruana analizaba la situación. "Tomando las variables sanitarias y viendo el aumento de la contagiosidad y sus características, en empresas e instituciones, y atentos a que no se trata de algunas actividades y otras no, a lo que se agrega circulación viral en todos los distritos, y en particular en el centro, con más de 3500 personas en aislamiento preventivo y con una curva en ascenso de más de 200 casos por día, el tiempo de duplicación de casos pasa de 20 a 11 días, se aumenta al doble la ocupación de camas críticas, debemos hacer que nuestro sistema pueda continuar elaborando la cadena de contagios, estudiando casos probables, y eso empieza a tener limitaciones sino disminuimos la circulación de gente en la ciudad”, dijo el servidor público a Rosario/12.

Las disposiciones que rigen desde ayer en el conglomerado Rosario generaron --a partir de una importante actividad en redes sociales-- una respuesta de sectores que se ven afectados directamente por las restricciones. Apenas un par de horas después de los anuncios del Gobernador comenzaron a circular por la redes cuestionamientos y una convocatoria encabezada por la leyenda “Marcha por la libertad” que propiciaba la desobediencia al decreto 922 que establece el horario tope de las 19.30 para las actividades que supongan circulación en la vía publica. A partir de eso, y desafiando el horario límite, se convocó a movilizar hacia la esquina de bulevard Oroño y Jujuy.

“Nosotros vemos que en Buenos Aires y en muchas provincias no se podían hacer muchas cosas que aquí se habilitaron, lo que tenemos que hacer ahora es ver cómo mitigamos el impacto económico de las limitaciones mientras cuidamos el sistema de salud que nos permitió toda esa actividad. Vimos en estos últimos días que había como dos ciudades, una la del sector sanitario y el esfuerzo no solo de los trabajadores de la salud sino de todos quienes asumen el cuidado del escenario que tenemos, y un sector se comporta como si esto ya hubiera pasado y la preocupación con las que miraban las imágenes de Europa del comienzo las ubican ahora en el escenario de la fantasía. Y si bien no tenemos por delante esa perspectiva en lo inmediato, los crecimientos exagerados de contagios pueden poner en crisis los servicios de salud, independientemente de si alguien tiene o no obra social. Porque hay que salir de la fantasía que hace pensar que hay un sector que tiene más posibilidades de acceso, por eso es necesario en estas medidas de 'ir y volver', el 'vamos y venimos' y atender a las condiciones sanitarias. Este es el momento de volver a un mayor aislamiento, y no solo a partir de las 19.30, sino todo lo que hagamos durante todo el día: uso de barbijo, higiene, distanciamiento”, dijo Caruana.

Desde el punto de vista institucional, el sindicato que agrupa a los gastronómicos fue la única entidad que a través de un comunicado fijó posición alentando la desobediencia. Desde la Cámara Hotelero Gastronómica --cuyo dirigentes mantienen diálogo fluido con la Municipalidad-- se cuestionó la medida, a la que calificaron de “inconsulta” pero fueron más prudentes a la hora de manifestar qué actitud asumirán. Lo cierto es que apenas el primer día de la aplicación de esta nueva modalidad --que no restringe ni cierra actividades sino que regula sus horarios-- un grupo de personas decidió congregarse contrariando preceptos básicos del distanciamiento a manifestar su disconformidad.

“En el caso de Pichincha hay propietarios de bares y locales que básicamente son anticuarentena, más allá de la legítima defensa de su trabajo. Eso hace más difícil encontrar el equilibrio, creen que el cuidado de la salud es únicamente una cosa personal, cuando lo que esta en juego aquí es la salud y la vida de todos”, dijo a Rosario/12 otro alto funcionario municipal que intenta apaciguar los ánimos.

Los nuevos horarios también son aplicados en los conglomerados de Venado Tuerto y Firmat, donde también se ha incrementado la circulación comunitaria, siendo la provincia de Santa Fe, después del AMBA, la región con mayor difusión del virus, constatándose en el último informe epidemiológico que son 44 las localidades que registraron casos positivos.

En relación a la evolución de la pandemia, el Secretario de Salud de Rosario dijo que “los indicadores son más complicados, pero no se puede predecir ni desestimar que sea este el pico, se están presentando situaciones que no teníamos hasta ahora, como tener que desalojar un geriátrico por ejemplo. Por eso creemos que lo que hagamos para disminuir la circulación es importante, e ir viendo día a día y paso a paso. No sabemos como ni cuando será el final de esta historia hasta que tengamos una vacuna.”

En relación a la concentración de ayer, el funcionario sostuvo que “la pandemia desafía no solo al sistema de salud sino a la sociedad, a cómo nos relacionamos, a lo colectivo. Cuando va pasando el tiempo, en relación a la saturación, a las dificultades, a seguir sosteniendo la medidas, al relajamiento de determinados sectores, todo forma parte de un sistema complejo en el que el diálogo es fundamental, porque se pone en tensión lo que desde algún sector de la sociedad reclaman y priorizan como 'libertad individual' por sobre la 'salud pública' y el bien común. Para nosotros el derecho a la vida está por encima de todo, y por eso decimos que retroceder no es un fracaso como avanzar no es un éxito. Haber construido lo que tuvimos hasta aquí es producto de esa concepción, y analizar estos 14 días, en esta transición, implicar cuidar el sistema de salud y evitar mayores restricciones. Tener la certeza que va a haber una cama crítica para quien la necesite, sin importar su condición social”, concluyó el funcionario.