Sigue la tensión entre Lionel Messi y el Barcelona. El astro argentino no se presentó la mañana del domingo a hacerse las pruebas médicas y el test de coronavirus previo al inicio de la temporada. Así, Messi defiende el argumento que envió la semana pasada en el célebre burofax: que considera que su contrato con el club catalán ha terminado.
Los testeos eran la primera cita del plantel culé en la era del nuevo DT, Ronald Koeman. Desde el entorno de Messi ya habían adelantado que el rosarino no se presentaría a las pruebas. Los jugadores debían acudir a la Ciudad Deportiva Joan Gamper, en Sant Joan Despí, a partir de las 8 de la mañana de España (3 de Argentina). Messi estaba citado a las 10:15 horas (5:15), pero no apareció.
El sábado, por medio de sus abogados, el capitán de la selección argentina reiteró a la dirigencia del Barcelona que “se pone a disposición de la entidad para tratar de solucionar de forma amistosa su salida".
El contrato de Messi establece que hasta el 10 de junio el jugador podía hacer uso de la cláusula que le permite irse libre del club. Sin embargo, los abogados del futbolista entienden que, al haberse extendido la temporada -producto de la postergación de los partidos por la pandemia de coronavirus-, todavía puede activar esa cláusula.
El Barcelona, por su parte, argumenta que esa cláusula de libertad venció el 10 de junio y que Messi tiene un contrato en vigor hasta 2021. En el caso de querer irse, señalaron desde la institución, la cláusula de rescisión es de 700 millones de euros.
A las pruebas médicas sí asistió el delantero uruguayo Luis Suárez, a pesar de que Koeman le comunicó mediante una llamada telefónica que no lo tiene en cuenta para su proyecto. También se presentaron el chileno Arturo Vidal, el croata Ivan Rakitic, y el francés Samuel Umtiti, todos ellos descartados por el DT neerlandés.
Los primeros en aparecer en la Ciudad deportiva fueron Jordi Alba y Martin Braithwaite, mientras que el central Gerard Piqué, al que Koeman garantizó un lugar en el equipo, se presentó puntual, justo después de Suárez.
La llegada de Koeman al club catalán fue luego de la eliminación de la Champions League por 8 a 2 frente al Bayern Munich. El DT neerladés se reunió con Messi para decirle que contaba con él como pilar de su equipo, a lo que el argentino le respondió que se veía más afuera que adentro del club.
Después de la reunión, Koeman comenzó la “limpieza” del plantel y despidió a Suárez, amigo y socio futbolístico de Messi, mediante una llamada telefónica. También hizo pública la lista de jugadores que consideraba prescindibles para su proyecto futbolístico. Pocos días después, el martes 25 de agosto, la directiva del Barcelona recibió el burofax de su máxima estrella en el que afirmaba que hacía uso de la cláusula que le permitía salir unilateralmente al final de la temporada.
A partir de ese momento, no sólo comenzó un tira y afloja entre la dirigencia del club catalán y Messi, sino que también empezaron las teorías sobre cuál será el próximo destino del argentino. Todos los ojos están puestos sobre el Manchester City, el equipo inglés que dirige Pep Guardiola, quien trabajó junto a Messi durante años en Barcelona, y donde juega Sergio “el Kun” Agüero, íntimo amigo del jugador.
El capitán del seleccionado argentino también es pretendido por el PSG (Paris Saint Germain), el Inter de Milán y la Juventus. Todos estos clubes están pendientes de que Messi resuelva su situación con el club catalán, en el que hizo toda su carrera desde que llegó con tan solo 13 años.