Cuando trabajaba en los detalles finales para la presentación de su disco Herminia (nominado a los Premios Gardel en la categoría de “Mejor álbum canción de autor”), Silvina Moreno tuvo que darle de baja a causa la pandemia. Al menos hasta nuevo aviso. Porque luego de que habilitaran el protocolo para las actuaciones en streaming en salas, el estreno de su cuarta producción consiguió nueva fecha: lunes 31 de agosto, a las 22. “No tuve otra opción que hacerlo de esta manera”, justifica la artista sanisidrense, quien se hará acompañar por una banda reducida, en formato acústico. “Por más que sea por streaming, la magia del vivo se siente igual por los nervios y los comentarios de la gente. Hice cosas pregrabadas durante la cuarentena, pero no es lo mismo. Voy a tocar todo el disco, a varias cámaras, y en el medio responderé las preguntas del público. También tendré como invitados a Dolores Cobach y a Lucas Engel (cantante del grupo Lucas & The Woods)”.
-Debe ser angustioso para un artista tener que reinventarse en esta época.
-No pienso que esta sea la nueva normalidad, quiero volver a como eran las cosas. Entiendo que se trata de una situación a la que nos tuvimos que adaptar, pero extraño el escenario todos los días. Nací para estar ahí, es lo que más me apasiona de lo que hago. No veo la hora de volver a conectar con la gente de manera presencial.
-¿Aprovechaste la cuarentena para componer?
-Es lo único que se puede hacer. En el mundo del teatro, los actores no tienen más opción que esperar a volver a ser parte de una obra. Yo tengo la suerte de estar en mi casa y de crear música de cero. Eso es magia, es un don y un regalo de la profesión. Estoy componiendo todos los días y lo hice desde cero pensando en un nuevo disco.
-Cuando empezaste a esbozar Herminia (2019), ¿cómo te lo imaginabas?
-Lo primero que quería es que fuera un disco de canciones sin tantos elementos, en el sentido de que pudiera defender mis temas con la guitarra. Pero, al mismo tiempo, me lo imaginé ecléctico, donde diferentes estilos pudieran coquetear entre sí. No pretendía llenarlo de un montón de arreglos, así como había sucedido en el anterior, Sofá (2017). El género cantautor es muy versátil: te permite jugar con el candombe y la murga, tal cual sucedió esta vez en el tema “Esperanza” (cuenta con la colaboración de la murga uruguaya Agarrate Catalina), hacer una balada con sonidos más etéreos, y meter un pop ochentoso como “Si desafino”. Este disco tiene un tinte muy personal porque se lo dediqué a mi abuela materna, Herminia.
-¿En qué se parece este álbum a tu abuela?
-Ella murió cuando yo era adolescente, hace 15 años. Era una mujer muy alegre, luminosa, lúdica y divertida.
-El tema que lo cierra, “En el 87”, parece más bien un manifiesto. ¿Trata sobre vos?
-Totalmente. No pensaba meterla en un disco porque es muy personal, pero en el sello la escucharon y la rescataron, por eso la incluí. Trata sobre la luz interna que todos tenemos. En realidad, me hablo a mí misma. Es totalmente autobiográfico todo lo que escribo. Cada canción habla de historias propias, de relaciones y de personas reales. No es que lo que compuse me pasó en el momento: no compongo siempre acerca de mi presente, no quiero ser esclava de mi realidad.
-En contraste con tu primer trabajo, Mañana (2012), respaldado por un cancionero bilingüe, en este caso te abocaste plenamente al español. ¿Cómo se produjo ese proceso?
-Eso tuvo que ver con que viví en los Estados Unidos durante cinco años (allá estudió en el prestigioso Berklee College of Music) y el inglés fue una parte de mi vida importante para formarme. Luego de volver a la Argentina, decidí poner el foco en América latina.
-Muchos artistas de la música pop afirman que componer en inglés es más fácil que hacerlo en español. ¿Estás de acuerdo?
-Cuando compongo en español, mi vara es más alta porque es mi lengua materna. Al momento de hacerlo en inglés, pareciera que es más fácil porque no tengo prejuicios y porque no es mi idioma. Al no vivirlo como nativa, no tiene el nivel de exigencia de un anglosajón, aunque a nivel de sílabas puede que sea más fácil que el español.
-Si bien en el idioma un artista encuentra también su identidad, tu estilo interpretativo parece más próximo al de artistas como Carole King o The Carpenters.
-De la época de Carole King, yo saco mucho a Joni Mitchell. Ella ha sido una gran influencia, al igual que discípulas suyas como Sara Bareilles y Regina Spektor. Por el lado más latinoamericano, Cerati, Mercedes Sosa y el tango de canción tienen mucho peso en mí.
-A propósito de Cerati, ¿en tus canciones mechás el “vos” con el “tú”?
-Desde que firmé con Sony Music y empecé a frecuentar otros escenarios latinoamericanos, me recomendaron abrirme un poco de lo que suena demasiado argentino. No dejo de sonar argentina al momento de cantar, pero me gusta usar el “tú” si la canción lo pide. Esto lo exploré recién en mi tercer disco.
-Más allá de que en Herminia es notable la influencia de la música popular latinoamericana, uno de sus temas más sobresalientes es “Si desafino”, afín a la propuesta de Bandalos Chinos, 1915 o Lucas & The Woods. ¿A qué se debe ese furor pop de la Zona Norte del Gran Buenos Aires?
-Por una situación socioeconómica, crecimos en un entorno que nos permitió viajar. Varios de los colegios a los que fuimos son bilingües, por lo que constantemente miramos al mundo anglosajón. Esta moda ochentosa y noventosa tiene que ver con lo que está pasando en Estados Unidos y Europa. Cuando volví, ese estilo había llegado acá, aunque unos años más tarde.
-¿Sos una artista pop o una cantautora prestada a la música popular?
-Siempre me gustaron la música pop y las melodías pegadizas, pero no soy tan pop como Lali Esposito ni tan indie como Bandalos. Me siento en un intermedio, que en la Argentina no existe tanto. Vamos encontrando nuestro lugarcito.
-Connie Isla, Chule Von Wernich, Zoe Gotusso, Feli Colina, Malena Villa, Natalie Pérez, Marilina Bertoldi y vos, por supuesto, dan cuenta de un boom de cantautoras jóvenes argentinas. ¿Qué opinión te merece?
-Cuando volví en 2012, no había nombres femeninos dando vueltas. Me gusta que haya de todo porque eso abre el público y también su cabeza. Más que verlas como competencia, celebro que estén. Me encanta lo que está sucediendo.