A nueve meses de la condena a 16 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante contra un niño y una niña, que tenían 3 años en 2015, el caso del ex sacerdote Néstor Monzón llega esta semana a la Cámara Penal de Reconquista. La familia de las víctimas espera que se confirme el veredicto del juicio que permitió que esté preso; mientras que la defensa insiste con la absolución. "Con todas las pruebas que hay, creemos que tiene que quedar firme la sentencia", dijo Andrea, madre de una de las víctimas, quien al mismo tiempo lamentó que la semana pasada un párroco de la ciudad del norte santafesino saludara desde una radio regional a Monzón por su cumpleaños. "Rezamos para que se aclaren las cosas", dijo el religioso, pese al fallo unánime que sentenció a Monzón en diciembre pasado.
Este jueves, en una audiencia por sistema virtual --ante la pandemia por coronavirus--, Monzón volverá a intentar desligarse de la causa que lo tiene como único acusado, como lo hizo con diferentes recursos a lo largo del proceso judicial que lleva casi cinco años. "Termina siendo revictimizante, desgastante, un sistema perverso para las víctimas", lamentó la abogada querellante Luciana González sobre la seguidilla de pedidos de beneficios para el acusado.
Luego de llegar al juicio en estado de libertad, en diciembre pasado Monzón fue condenado a 16 años de prisión, tal como lo solicitaron las querellas por las familias de las víctimas. Semanas después, en el expediente canónico se resolvió su "dimisión del estado clerical". Andrea aseguró a este diario que el proceso es duro: "Mi hija todavía me pregunta por qué le hizo tanto daño".
Para la apelación, el tribunal estará a cargo de José Mántaras, Eduardo Bernacchia y Jorge Andrés. "Esperamos con ansias el momento de esta nueva decisión. No creemos que hagan lugar a lo que está pidiendo el abogado de Monzón, con todas las pruebas y los elementos que hay. Necesitamos cerrar capítulos y empezar a sanar", dijo Andrea.
Lo que analizará la Cámara Penal de Reconquista es la resolución que tomaron, tras varias jornadas de juicio oral, los jueces Claudia Bressán, Santiago Banegas y Martín Gauna Chapero, cuando condenaron al ex párroco como autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por su condición de ser un ministro de un culto religioso reconocido. En ese contexto, la abogada González recordó que hubo cinco audiencias con pedidos "sistemáticos" de libertad del acusado, desde que lo detuvieron tras la condena. "Con la causa de Monzón no pudimos estar tranquilos en todos estos meses; las familias de las víctimas no tuvieron paz", aseguró. Además, recordó que en medio de la pandemia por coronavirus hubo un pedido de audiencia por temas de salud "con certificados de dudosa procedencia: fue muy perversa la situación", aseguró. "Creemos que las pruebas son claras con respecto a lo que fue rendido en juicio, y que llevó a que en primera instancia se dicte una sentencia unánime".
En el juicio, el fiscal Alejandro Rodríguez había solicitado la pena de 12 años de prisión; y los querellantes, 16. Las pruebas llevaron a que el tribunal resolviera la sanción penal que pidieron las propias víctimas, a través de sus representantes legales.
Monzón, de 51 años, fue denunciado en diciembre de 2015 por la madre de la niña, luego de lo que le contó su propia hija. Meses después, se sumó una segunda denuncia, por parte de la familia del niño. En abril de 2016 el ex sacerdote fue detenido e imputado, pero tiempo después fue beneficiado con una domiciliaria y luego la libertad, estado en el que llegó al debate oral y público, casi cuatro años después. Según la presentación que dio inicio a la causa, los abusos fueron cometidos a fines de noviembre de 2015, en una vivienda emplazada en el predio de la parroquia María Madre de Dios, donde Monzón era sacerdote.