Mientras 350 inmigrantes se encuentran a bordo del barco de la ONG alemana Sea Watch esperando un puerto desde hace siete días, el alcalde de la isla de Lampedusa, Totó Martello, decretó una huelga general a partir del lunes para protestar contra las últimas llegadas a la costa. 

En la pequeña isla, puerta a Europa para los inmigrantes que zarpan de las costas de Libia y Túnez, ya había cerca de 1.000 personas en el centro de acogida y durante la noche un pesquero con 450 fue rescatado mientras se encontraba en peligro de zozobrar por el fuerte viento y fue escoltado hacia la Lampedusa, haciendo aun más dura la situación.

El Ministerio italiano del Interior informó de que hasta este viernes desembarcaron 17.985 inmigrantes, de estos 7.067 en julio y 3.968 en lo que va de mes.

Italia había llegado a un acuerdo durante una cumbre en Malta para la reubicación en diferentes países europeos de los extranjeros que llegasen a las costas del país, pero la emergencia por la pandemia y la falta de voluntad permitió que sólo se relocalizara a cerca 800 a principios de año.

"Mañana por la mañana llamaré a los representantes de las asociaciones gremiales de la isla, declararemos un paro general: bajemos las persianas, el Gobierno nacional sigue guardando un silencio aterrador. ¿Alguien puede recordarle a Giuseppe Conte (primer ministro) que Lampedusa es italiana?", anunció el alcalde Martello en una nota.

"Declaramos el paro en la isla, esta situación no tiene precedentes. Hay que ayudar a las personas en peligro, pero la recepción humanitaria necesita reglas, porque aquí ahora los que estamos en peligro somos nosotros", agregó.