El presidente Alberto Fernández presentará este lunes por la tarde los resultados del canje de deuda en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada. El acto está previsto a las 16 horas y también estará el ministro de Economía Martín Guzmán. Si bien en el gobierno evitaron dar detalles, fuentes oficiales aseguraron que altísima adhesión permitirá activar la inmensa mayoría de las Cláusulas de Acción Colectiva para neutralizar de ese modo la aparición de fondos buitre como ocurrió en la renegociación de 2005.
El canje se cerró formalmente el viernes y según fuentes de mercado la adhesión superó el 90 por ciento. El gobierno reestructuró 29 bonos en legislación extranjera por 66.137 millones de dólares y la estimación inicial era que al menos 25 alcanzarían el piso necesario para activar las cláusulas, el cual suele oscilar entre 65 y 85 por ciento según el bono.
La activación de esas cláusulas permite que la oferta se le termine imponiendo a todos los que tengan esos bonos, independientemente de si hayan aceptado o no las condiciones del canje.
El próximo viernes 4 de septiembre quienes hayan ingresado a la operación tendrán en sus cuentas los nuevos bonos, con menores intereses y vencimientos más largos.
El proceso de reestructuración de la deuda bajo legislación extranjera llevó ocho meses desde el momento en el que el Gobierno -el 21 de enero pasado- anunciara la intención formal de hacerlo; aunque el plazo final en sí se reduce a cuatro meses si la fecha en cuestión pasa a ser la del 21 de abril, cuando la Argentina presentó ante la SEC, el órgano de contralor bursátil de Estados Unidos, la propuesta de reestructuración de deuda, enmendada en dos oportunidades hasta la oferta última formulada el pasado 4 de agosto, tras el acuerdo alcanzado con los grupos acreedores más duros.
El canje ya cuenta con el apoyo de los tres grandes grupos de acreedores, que representan a grandes fondos de inversión como Blackrock, Ashmore, Monarch y Fidelity y fueron ellos mismos quienes alentaron a ingresar al canje.
También recibieron el aval de fondos como Fintech, Gramercy y Greylock, que ya participaron de reestructuraciones anteriores con la Argentina y en la región.
A esto se suma que la propuesta argentina tuvo también el apoyo del FMI, quien consideró que la misma cumplía con los requisitos de sustentabilidad, una nueva medida que impuso el canje argentina y que se tomará de referencia para futuras reestructuraciones de deudas en tiempos de pandemia.
En los canjes 2005 y 2010, la Argentina alcanzó una aceptación primero de 75 por ciento y luego de 93 por ciento, pero no pudo evitar a los holdouts, quienes -con menos de 7 por ciento- se quedaron al margen y lograron negociar un acuerdo en 2016; y en la actualidad aún persisten holdouts que litigan contra la Argentina por el default de 2001.