Un grupo de mujeres que trabaja en el comedor "Jesús te ama", ubicado en el barrio Atocha III de Salta Capital, realiza huertas en las casas particulares a cambio de alimentos no perecederos. Si bien el programa denominado Huerta en casa nació en 2018, las mujeres ampliaron públicamente la propuesta debido a la pandemia y al crecimiento de personas que asisten diariamente al lugar. El comedor, que tiene desde 2016 su propia huerta comunitaria, actualmente busca sostener la ración de más de 500 personas.
La directora, Inés Sofía García, más conocida como Keka, conversó con Salta/12 y relató que el comedor está en actividad desde el 5 de octubre de 2012. Actualmente recibe a 103 familias que representan 500 personas de la zona oeste de la ciudad de Salta.
La propuesta agroecológica se forjó en 2016. Keka conoció al ingeniero agrónomo Martín Aciar y decidieron cultivar una huerta propia para el comedor. “La empezamos a hacer y las mamás se fueron sumando sabiendo que era para que comamos sano y saludable”, manifestó García.
Por su parte, Aciar contó que el vínculo se generó porque publicó en redes sociales que quería donar chapas. Keka lo contactó y emprendieron desde ese entonces el trabajo conjunto que hoy se convirtió en una gran amistad.
“Keka vino a mi casa y nos pusimos a conversar. Le pregunté qué tipo de trabajo hacían y entre eso, me dijo que querían hacer una huerta comunitaria, le pregunté si ya sabían cómo comenzar y ella me dijo que no. Le dije que era ingeniero agrónomo y que podía colaborar y ahí empezamos”, recordó Aciar con entusiasmo.
El comedor no recibe ningún tipo de ayuda estatal y su funcionamiento se da sobre la base de dos grupos. El primero reúne a las 12 mujeres que cocinan el almuerzo y la merienda de lunes a viernes. El segundo congrega a las huerteras, quienes se encargan del cuidado de la huerta comunitaria y de armarlas en las casas de quienes lo solicitan. Son 15 mujeres que están bajo la acompañamiento de las “capataces”, Francisca Aquino, Natalia López y Delia Rodríguez.
Para el trabajo las huerteras están organizadas en grupos de cinco con su respectiva capataz. “Quienes nos llaman, nos deben llevar al lugar y nosotras ponemos las herramientas, la gente y las semillas”, dijo Keka. Una vez armada la huerta, una vez al mes el grupo hace un mantenimiento del espacio. Todo la labor tiene como condición el intercambio de alimentos no perecederos; de ropa, calzados y materiales de construcción.
Las semillas provienen del Programa Pro Huerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). La técnica Daniela Moneta es quien acompaña desde el organismo nacional.
Las mujeres fueron capacitadas y acompañadas por Aciar durante todos estos años. Eso provocó que cada una de ellas decidiera también tener el espacio agroecológico en su propia casa. Esto resultó otro incentivo para que desde 2018 el grupo emprendiera el trabajo por voluntad propia. “Ya habíamos aprendido mucho y sabíamos que lo podíamos hacer solas”, narró Keka.
Según estimaron, ya realizaron más de 800 huertas en distintos puntos de la provincia de Salta. Quienes deseen solicitar el trabajo de las mujeres pueden hablar al 387 4762304.
Aciar destacó que todo empezó a crecer y se dio “con mayor intensidad” el proyecto Huerta en casa. “En un principio yo las acompañaba, después hice un paso al costado porque simplemente ellas estaban capacitadas y ya sabían las cuestiones técnicas”, describió.
La “capataz” Aquino dijo a Salta/12 que el recorrido que tienen es "sumamente lindo”. “Tengo en mi casa una huerta desde hace tres años. Y ahora salimos a hacer huertas en casas”. “Empezamos a salir solas y se fue sumando más gente”, contó. Dijo que es importante incentivar la creación del espacio porque “es verdura sana y sin químicos. Es importante porque tenés cosas tuyas y propias”, destacó.
Una de las particularidades del proceso es que las familias empezaron a tener excedentes en su producción. Eso llevó a que donen una parte al propio comedor y también les permitiera abastecerse económicamente.
Las mujeres empezaron a llevar su cosecha a una feria que funciona los domingos en el barrio Atocha y a ofrecerla entre los vecinos. Las ventas se hacen rápidamente porque los consumidores saben del proceso de elaboración que hay detrás.
Fomentar nuevos valores
La presencia de las personas que asisten hoy al comedor creció un 20% desde que se inició la pandemia. García sabe que la situación “es difícil”, pero reconoció que a través de los distintos proyectos que lleva adelante se permite a las personas adquirir conocimientos que luego se pueden convertir en propuestas laborales.
En ese sentido indicó que el programa Huerta en casa también busca desmitificar que “en los comedores se fomentan vagos que sólo vienen y ponen un tapper”. “Trabajamos mucho desde aquí y eso también permitió que podamos desarrollar procesos de alfabetización, gastronomía, tejidos, peluquería y muchos más”, subrayó.
Aún así, el proyecto más grande y sostenido que tiene el comedor es la preparación de huertas. Tras su difusión, la propuesta se empezó a extender en todo el barrio y de esa manera también se originó el surgimiento de “Los huerteritos”, niños que "empezaron a hacer la huerta porque eran quienes acompañaban a sus mamás”, contó Aciar, que enfatizó que a raíz de esto “hubo una unión entre ellas y los niños”, quienes no solo colaboran con el sostenimiento de la huerta en la propia casa, sino que ayudan a armar las que se hacen a cambio de mercadería.
Aciar también destacó que ya no sólo hay interés en la cosecha de los alimentos sino que es de destacar el nivel de capacitación que adquieren las personas que se volcaron a la actividad. “Ahora se trata de gente capacitada que trabaja, está motivada para hacerlo y piensa de otra manera” en relación al consumo de una alimentación saludable y al vínculo comunitario que se consolidó a través del intercambio, sostuvo.
“Hay otros valores mucho más importantes” porque "ya no van a consumir cualquier comida porque a partir de su propio autoconsumo saben el valor nutricional de cada alimento”, destacó el ingeniero agrónomo.
Esto permitió que las comidas que se elaboran en el comedor puedan ser reforzadas porque entre los platos que más se elaboran se encuentran los guisos, que tienen un alto valor energético. Y con la suma de distintas verduras, ya se aportan valores en vitaminas y proteínas. Hoy la huerta del comedor tiene “una gran diversidad” y de acuerdo a las estaciones. “Tenemos 12 variantes en cada sector”, especificó Aciar.