El documental Juanas, bravas mujeres, de Sandra Godoy, retrata la vida de Juana Rouco Buela y su lucha por los derechos de las mujeres. A partir de su relato autobiográfico publicado en 1964, el film permite conocer los inicios de la participación de las mujeres en las constantes luchas obreras que se sucedían en la Argentina en las primeras décadas del siglo XX; huelgas como la de los Inquilinos en 1907 y la de los Talleres Vasena en 1919, en las que tuvo activa participación. Juana Buela fue deportada por la Ley de Residencia varias veces. Escapó escondida en un barco y sorteó disfrazada a la policía. En su recorrido también formó parte de protestas obreras en Brasil y Uruguay. Publicó su periódico Nuestra Tribuna, escrito y dirigido por mujeres, convirtiéndose en una de las activistas anarquistas más relevantes del Río de la Plata. Juanas se estrena este martes en Cine.ar TV y a continuación en la plataforma Cine.ar Play.
Sandra Godoy egresó del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda en 1993. Trabajó en televisión para diferentes productoras en estudio y móviles y actualmente como lo hace como editora. Codirigió varios documentales: entre ellos Agua de fuego (2001) –junto con Candela Galantini y Claudio Remedi-, sobre el pueblo y la gente de Cutral Có, Neuquén, luego del cierre de YPF. Fue integrante de la productora independiente Grupo de Boedo Films que, junto a Contraimagen y el colectivo Kino/Nuestra Lucha, produjeron la Trilogía Brukman y 4 Estaciones, cortometrajes que reflejan el proceso de lucha de la fábrica textil durante los años 2002–2004. También colaboró en documentales como NN, ese soy yo (2001), de Gabriela Jaime y en Birrilata, una vuelta en tren (2017), de Lorena Yenni, sobre el patriarca del cine independiente, Fernando Birri. En 2005 comenzó la investigación sobre la privatización de los ferrocarriles argentinos, y junto a Julio Tejeda realizaron Un gigante dormido (2008) sobre los Talleres Ferroviarios de Tafi Viejo-Tucumán.
"Tengo un recorrido con algunos documentales y siempre estuve cerca de historias de mujeres", cuenta Godoy en la entrevista con Página/12. "Eso me hizo acercarme un poco más y saber de dónde provenía toda la fuerza que estaba pasando. Entonces, me fui acercando a este movimiento anarquista que, evidentemente, también me interesaba, y encontré una reseña de varias anarquistas y, entre ellas, estaba Juana Buela. Obviamente leí Historia del ideal de una mujer, su autobiografía. Y eso determinó querer contar esta historia”, agrega la documentalista.
-¿Cómo fue el trabajo de reconstrucción histórica?
-Fue un trabajo lindo y arduo, muy arduo porque no solamente estamos hablando de anarquismo sino de mujeres. Entonces, es una doble búsqueda. Básicamente, fui a lo que ella siempre nombraba, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), un lugar en el que tenía su mayor actividad. Después, recurrí a la Federación Libertaria Argentina (FLA) y también a otros grupos anarquistas que me fueron abriendo un poco más el panorama. En la FLA me dieron el número de teléfono de una de las nietas de Juana, que vivió en Mar del Plata. De esa manera, fui acercándome al núcleo familiar y enterándome de su vida personal. A su vez, fui adquiriendo también materiales que ellas habían guardado, no solamente su hija, que se llamaba Poema, sino sus nietas después.
-¿Las animaciones te permitieron reemplazar la falta de imágenes del personaje?
-Sí, fue una decisión para abrir nuevas líneas: una línea histórica, que era la que me llevaba a Juana con su autobiografía y sus palabras y lo que ella contaba en su libro. Pero faltaba poder redondear, reconstruir una parte o graficar con otro recurso. Y el recurso de animación me pareció lo mejor. Trabajamos muy bien con Adrián Anarella. No solamente utilizamos fotos y material de archivo sino lugares actuales. Por ejemplo, la esquina donde ella vivió en Uruguay, o el lugar donde las mujeres salieron de la huelga de inquilinos que, en su momento, era el gremio de carros y que ahora es un estacionamiento. En Brasil, cuando la detuvieron fue porque ella estaba dando un discurso en el centro cosmopolita de Río de Janeiro y ahora hay un negocio de iluminación, pero el piso es el original.
-En varios pasajes del documental recrea la voz de Juana narrando situaciones. ¿Por qué le pareció importante que fuera en primera persona?
-Porque ella lo hace en primera persona en su libro y quise respetar lo que decidió en ese libro. Me pareció que tenía más fuerza, más potencia y que podía llegar más directamente a todos. Aparte, encontré a Mónica Cabrera, la actriz que lo podía hacer maravillosamente. Así que también fue una búsqueda.
-¿En qué aspectos encuentra que Juana Buela fue una pionera de los derechos de las mujeres?
-En muchos. En principio, por su edad, a los 15 años, animarse a estar entre grupos de hombres en una manifestación junto con sus compañeras -porque no fue la única-, y pelear por los derechos de los trabajadores. De esa misma forma, se dieron cuenta de que estaban siendo doblemente explotadas: no solamente como trabajadoras sino como mujeres. Partiendo de esa base, Juana es un referente porque no se quedó solamente con eso y la participación con los compañeros sino que hizo su propia búsqueda. Tomar la iniciativa de empezar a publicar un periódico y que todo allí era escrito por mujeres me parece que es de adelantada. Y eso siguió porque ella no se quedó solamente con eso. A sus 75 años escribió su autobiografía.
-La película se estrena en un momento en que las mujeres lograron muchas conquistas y siguen peleando por mayores reivindicaciones. ¿Por eso vincula la historia con el presente?
-Sí, la historia de Juana era rica por sí misma, como hecho biográfico e histórico, pero como estábamos siendo interpeladas en el presente no quedaba este presente al margen y descolgado de todo sino que venía de un historial y un recorrido. Me pareció importante resignificar todo ese trabajo que hicieron estas mujeres con el presente, teniendo en cuenta el contexto, obviamente. Pero hay muchos temas que aun seguimos batallando para que se revierta, para poder tener igualdad y libertad. Uno de los temas que más se emparenta tanto con el presente es el tema de respetar el cuerpo y la decisión de qué hacemos con nuestro cuerpo. Las mujeres escribían mucho en el periódico. Sobre todo Juana, que tenía un editorial donde hablaba de la maternidad y de lo que implica ser madre. Ella, en su momento, tenía muy en cuenta la parte económica para no criar mal a su hijo supuestamente, pero si eso nosotros lo resignificamos ahora le agregamos "Nosotras decidimos si queremos o no y qué hacemos con nuestro cuerpo”.
-¿Por esto que estás diciendo el título del documental es Juanas y no Juana?
-Exactamente, porque somos muchas Juanas, Marías, Ingrid. Somos muchas y cada una en su rol, en su espacio, en su lucha dentro de la casa, fuera de la casa, en ambos lugares, en sus trabajos, en la calle. Todas tenemos algo de Juana. Esa fue la idea.