El DNU 690/2020, que declara el carácter de “servicio público en competencia” de las telecomunicaciones, vuelve a traer al frente una discusión que marcó el ritmo de la segunda mitad de los gobiernos kirchneristas: los modos de regular las comunicaciones. El criterio central de ese momento fue la desmonopolización que se plasmaba en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Ahora la impronta que parece tener el gobierno de Alberto Fernández es la de control en los términos de prestación del servicio, es decir su tarifa y calidad. Esta última resulta una gran restitución que ya fue sancionada en la Ley Argentina Conectada que derogó Macri en conjunto con algunos artículos de la Ley de Medios. Si bien, estrictamente, la ley de medios y el actual DNU no apuntan a lo mismo, son comparables en tanto formas de entender la regulación de un sector y además alcanzan a los mismos actores de un escenario cada vez más convergente en materia de Tecnologías de la Información y Comunicación. Como bien afirman algunos especialistas el eje de la accesibilidad, o “brecha digital”, pertenece a una mirada necesaria para hacer notar la carencia de ciertos sectores a estos servicios (esenciales antes e indispensables en contexto de pandemia) pero caduca a la hora de entender por dónde viene el futuro de los grandes jugadores del negocio. Estos grupos, ya sean nacional o internacionales, tienen un grado alto de articulación con las firmas integradoras de tecnología a nivel global (Cisco, Huawei, IMB, Google, Microsoft, Tesla, etc.), que son las que deciden en una mesa hacia donde avanza el desarrollo tecnológico, cuales son los artículos que se van a fabricar o los modelos de servicio que se van a imponer.
Vale la aclaración: la medida del Presidente es un gran avance, restituye una declaración sancionada en la Ley Argentina Conectada y derogada por el gobierno anterior, y tiene por objetivo encaminar un servicio desregulado y abusivo en su relación costo/prestación. Ahora bien, ¿tenemos el diagnóstico adecuado a la hora de pensar normas para el sector? ¿Concebimos a esos actores de la manera en que realmente se desenvuelven para sancionar reglas que anticipen o eviten sus pretensiones expansionistas? Para resolver estas incógnitas no hace falta más que escuchar a los que conducen la empresa de telecomunicaciones más grande del país en su nuevo ciclo de charlas para empresas “Telecom SummIT” . La visión corporativa apunta a ese escenario de convergencia y dinámica mundial: no perder competitividad en el negocio de los “fierros” y al mismo tiempo incorporar nuevas capacidades, como el desarrollo de servicios en red (Cloud). Así aparecen “Mi Negocio Personal”, para salir a competir en el campo de los “marketplace”, y la inminente presentación de su propia billetera virtual. Todo esto en el corto plazo. A mediano plazo el horizonte es el mercado de la interconexión de todos los dispositivos hogareños, “Internet of Things”.
Entonces pasamos del debate sobre la palabra y el sentido en los medios de comunicación a la posesión de los fierros, la red de conectividad, pero debemos comprender que lo que se nos presenta hoy de forma anárquica, un poco fragmentada, va a coagular en un entorno digital que ofrecerá todas las soluciones por dentro: compra, pago y envío de cualquier producto desde donde sea hasta tu casa, contenidos de los más diversos en tus dispositivos, “internet de las cosas”, etc. Esos entornos serán ecosistemas que habrá que regular para que el usuario no sea un preso, un cautivo de la primera elección que luego lo llevó sucesivamente a suscribir a otro servicio y a otro y a otro. Una suerte de burbujas pero no las burbujas de opinión que se forman en las redes sociales sino micro-comunidades imaginadas por quienes diseñan esa ingeniería social de las plataformas y su interdependencia. La prioridad no está en la renovación tecnológica, el 5G, sino en la creación de burbujas digitales propias. Ahí hay que poner la lupa a la hora de pensar nueva legislación, pero no desde una perspectiva de consumidor sino desde los derechos humanos.
* Licenciado en Periodismo UNR