Hace un tiempo que lo grabó, y es difícil superarlo. ¿Qué? Un disco que se llama Las cantoras de tango, nutrido piezas de (o por) las grandes del género. ¿Quién? Patricia Noval, una cantante del palo cuyo registro le permite respetar (no imitar) al de todas ellas. ¿Al de quiénes? Pues a los de Rosita Quiroga, Azucena Maizani, Ada Falcón, Mercedes Simone, Nelly Omar y Tita Merello, nada menos. “Ojo, cero ponerme en personaje, ¿eh? Porque no me parezco a ninguna de ellas, cantando. Soy siempre yo y las versiones son totalmente libres. No buscan sonar como sonaban las originales”, arranca la cantora, que dará su último concierto en Buenos Aires (hoy a las 21 en el Celta Bar, Sarmiento 1702) antes de la sustantiva gira que esparcirá su voz de arrabal por España, Francia, Suiza, Italia y Grecia. “En realidad, es para andar el show, para probarlo, y para abrir puertas, generar espacios no relacionados con la cuestión económica. Pienso hacer un conjunto de tangos que tienen que ver con este disco, con otros anteriores, y con material nuevo”, informa Noval.

El material nuevo está directamente vinculado al nombre con que denominó al espectáculo: Criollos. “Lo criollo es tan abarcativo que no se acota solo a lo argentino. No sé, de repente podés meter una canción venezolana o de cualquier otro país del continente, y la verdad es que a mí me representa profundamente como ‘lo` americano’”, sostiene Noval, que expondrá sus lindos caprichos secundada por Jazmina Raies en piano, Cindy Harcha en bandoneón y Roy Valenzuela en contrabajo. “De hecho –prosigue ella–, incluyo un bolero cubano como ‘Dos gardenias’, de Isolina Carrillo, y también Atahualpa Yupanqui, que jamás falta en un recital mío. Podrían ser también Falú o el Cuchi Leguizamón, pero Yupanqui se parece más a lo que puedo interpretar sintiéndome genuina. A ver, me encantan las letras del Cuchi, pero no sé si me saldrían bien; en cambio, siento que Yupanqui me calza. Esa milonga campera, del sur, me sale mejor que una zamba del Cuchi”.

La pieza de don Ata que Noval –gran intérprete de poesías musicales y también admiradora de las voces “antiguas” de Lidia Borda y Victoria Morán– incluye hoy en su repertorio es “El árbol que tú olvidaste”, tema que, por supuesto, no obtura miradas hacia el pasado cercano. “Es cierto que en Las cantoras de tango puse todo. Esto no quiere decir que en el anterior (Adiós muñeca) no lo haya hecho, pero en este me parece que encontré un concepto. Ahora, ¿cómo lo supero? Creo que con otro concepto real, que se me tendrá que ocurrir”, manifiesta Noval, muy consciente de lo difícil que será la patriada. ¿Por qué? Porque es impresionante y conmovedor como se hace carne en Rosita Quiroga para revivir en su voz la enorme “Apología tanguera”, o en Azucena Maizani, para reactivar “Pero yo sé”, esa vieja perla cantada y compuesta por aquella en 1928. “Es un desafío, pero no me apura. Antes tenía más ansiedad por grabar, pero ahora es cuando las cosas aparecen y caen por su propio peso. Es muy probable que el próximo disco sea más diverso, menos ajustado al territorio tanguero”, prevé la cantora, cuyo primer concierto europeo será el 26 de abril, en el Teatro Real de Madrid, para luego presentarse (el 28) en La Maison de L’Amérique Latine, de París. “Estoy pensando en algo menos conceptual y más ecléctico, aunque también pienso que una, cumpliendo años y viviendo, macera su estilo... es cada vez más una misma. Creo que va a ser un disco caracterizado por un yo más pronunciado, un ‘más yo’ cantando”, fantasea.

Noval inició su trayecto en el dos por cuatro durante la última década del siglo pasado. Su debilidad fue siempre la raíz del tango, donde anida su fraseo arrabalero, pero también porta inclinaciones eclécticas que la llevaron a orbitar muy cerca de la murga Falta y Resto; del litoraleño Raúl Barboza, del ex Almendra Emilio Del Guercio, o del inclasificable Lito Vitale, entre otros. “Por eso prefiero decir que no me personifico ni en Ada Falcón, ni en Rosita Quiroga, ni en Azucena. Simplemente digo que versiono tangos que ellas hicieron conocidos. Está fenómeno que otras lo hagan, pero yo no, mi sonido es muy actual”, refiere la cantora, que a la fecha lleva cuatro discos publicados (Contramarca y Tangos brujos, además de los nombrados) y que, entre sus versionadas preferidas tiene a Rosita Quiroga, “porque era increíblemente genuina”, resalta. “No sé si la mejor cantante, creo que no. Pero un artista es muchas cosas, no solo cantar afinado, y la tipa me arrasó la cabeza con su personalidad. Hablaba y cantaba como era, posta. Siempre me pareció encantadora”.