¡No me hubiera imaginado que eras vos! ¡Juraba que eras un tipo!: una a una, las personas que hacían la fila en la Feria del Libro para que Magdalena Uncal les firmara el volumen que compila sus mejores viñetas, Vomit Rosy, le marcaban que no se imaginaban que detrás de esos personajes hubiera una chica. “Desde que empecé a publicar mis dibujos y estos empezaron a tener más visibilidad, digamos el año 2015, nunca me pareció necesario figurar. ¿Viste cuando ves dibujitos animados y después te muestran al que hace la voz y te desilusiona un poco? Me parecía que se cortaba la magia si yo aparecía aclarando que las hacía yo. Pero ese día en la Feria era tal el cuestionamiento de ‘Pensé que eras un hombre’ que decidí empezar a firmar mis dibujos. Mucha gente, incluso joven, diciéndome que le parecía raro que una chica dibujara esas viñetas tan groseras, tan bizarras”.

¿Por qué Vomit Rosy? Magdalena dice que dibuja como si vomitara, a los tres personajes que se cruzan poco entre ellos y no siguen ninguna línea cronológica. Un conejo que es todo lo contrario de la ternura, una pelirroja prototipo de vedette siempre en llamas (pero algo más) y un corazón con anteojos de sol que habla como si viviera en el diván. “No es un corazón que refleja necesariamente la idea de amor romántico. Pero sí es un personaje del que me río un poco. Quiere ser profundo. Posa como si dijera grandes cosas pero son ridículas”.

A veces lo que les pasa a los personajes de Vomit Rosy es gracioso, otras veces es más bien existencialista, pero la mayoría de las veces es muy sexual…

No hay entre estos personajes una historia que contar, salvo por lo que pasa entre la chica y el conejo, que sí es una situación, si querés, de pareja. Pero es a su vez una relación de un presente permanente. Me gusta verlos sólo como personajes que dan cuenta de estados. Mi pregunta con ellos siempre fue cómo representar lo que quiero decir sin que importe si lo está diciendo un hombre o una mujer, que es algo que parece que a la gente le preocupa porque es algo que siempre comentan en los posteos. Quería desdibujar los géneros. El corazón me sirve para eso: lo está diciendo alguien independientemente de su género. Yo no los pienso necesariamente como personajes separados sino que creo que son voces que pueden convivir dentro de una misma persona.

Además del público, que como contás se desilusiona cuando te ve… ¡están los que te comentan ante una viñeta oscura que levantes el ánimo, como si no pudieran separar a la autora de sus personajes!

Lo que comentan es muy gracioso sí. Hubo un periodo en que mucha gente al ver los dibujos me escribía por privado para preguntarme si estaba bien, si me pasaba algo. Creían que las cosas que dibujaba eran cosas que vivía. Pero no se preocupen: ¡Estoy bien! Vomit Rosy nunca fue ni será un diario.

Una de las primeras asociaciones que aparecen con Vomit Rosy es sin duda la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit? ¿Dirías que hay un homenaje?

No, no. Para nada. A pesar de que todo el mundo me suele remarcar la similitud por el complemento de los personajes (“conejo más mujer exuberante”), la verdad es que nunca empaticé mucho con el conejo Roger.

Pero tu pelirroja se parece realmente mucho a Jessica, de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?…

El personaje de Jessica me llamaba la atención, pero más a nivel de representación de dibujo, no como personaje en sí. De la misma época recuerdo Cool world, que era otra película que también mezclaba personajes dibujados con actores reales, y tenía un personaje principal femenino, voluptuoso y con un carácter muy sensual que me atraía un montón. Con la pelirroja lo que me pasa es que me genera mucho placer dibujar esa silueta femenina. Ahora que lo pienso, si tengo que hablar de la influencia de “pelirrojas voluptuosas”, puede que me haya influenciado más un animé que miraba de chica que se llamaba Mikami, la cazafantasmas. Era una empresaria que resolvía misterios vestida con un vestidito sin mangas y una cabellera tupida rojiza. Y tenía una trama con la que conectaba mucho más a esa edad. Y también recuerdo jugar de chica al Tomb Rider, videojuego donde el personaje de Lara Croft tenía esa cuota de seguridad mezclada con voluptuosidad y pelo largo que siempre estaba en los personajes que me llamaban la atención.

¿Y el resto de tus personajes, de dónde vienen?

Me acuerdo de muy chica ir a la librería y mirar las caricaturas de Condorito y a escondidas mirar Sex humor, que eran unas revistas con caricaturas eróticas que se vendían en esa época. Ya más grande me empecé a topar con ilustradores que me gustaba cómo comunicaban emociones conjugando texto y dibujo, como por ejemplo el argentino Pablo Holmberg, que firmaba bajo el seudónimo de Kiosquerman. También me acuerdo que en mis teen, mi mamá me regaló un libro muy bueno de Esther Drill, Heather Mcdonald y Rebecca Odes. Se llamaba ¡Descubrete! Una nueva visión del cuerpo, la mente y la vida de las chicas, un libro de fines de los 90. Estaba dirigido a las adolescentes y mezclaba información, con comentarios de chicas reales y dibujos, muchos dibujos. Las autoras de este libro habían tenido con anterioridad una página web con un foro donde de forma anónima muchas chicas opinaban sobre diferentes temas y contaban sus experiencias personales. Este libro, recopilaba esos relatos y en forma de capítulos hacía un recorrido a través de muchos de los temas con los que alguien en la adolescencia se podía empezar a topar, tocando hasta los temas más tabú de la época de una forma muy cruda y real; y mezclaba toda esa información con dibujos e ilustraciones hiper coloridos y con mucho diseño que te bombardeaban la cabeza de una forma hermosa. Todo eso siento que fue armando una ensalada de frutas interesante para empezar a comunicar cosas a través del dibujo y la escritura.

@vomitrosy