Un equipo interdisciplinario de la Facultad de Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) comenzó a realizar perforaciones en el lecho de la laguna Setúbal, en la provincia de Santa Fe, para extraer muestras de arenas portadoras de restos fósiles de más de cien mil años de antigüedad. Estas tareas se pueden llevar a cabo a raíz de la histórica bajante en la cuenca del río Paraná.
Las perforaciones empezaron en la primera semana de julio. Una de ellas está ubicada frente al barrio El Pozo y la otra cercana a la defensa del Colastiné Norte, conocida como Paraíso 17. Luego siguieron con nuevas excavaciones con una perforadora autopropulsada, con motor hidráulico y que penetra a inyección, para lograr muestra de 15 metros de profundidad.
“Esta bajante extraordinaria nos brinda la oportunidad de hacer estudios, por primera vez, con una mirada integral que involucra tanto conocimientos básicos como aplicados, que permitirán evaluar cuáles y cuándo fueron los cambios ambientales que ocurrieron en la zona a través de miles de años”, explicó al Suplemento Universidad el geólogo Carlos Ramonell (FICH), que encabeza el grupo de investigadores.
El estudio continuará mientras permanezca la bajante y abarcará el análisis de arenas que contienen restos fósiles de más de cien mil años de antigüedad, pertenecientes a una variada fauna extinta de mamíferos que habitaba la región: caballos y elefantes americanos, ciervos, perezosos gigantes de varios metros de longitud y gliptodontes. El proyecto se completará con un estudio de las características del subsuelo lagunar y su entorno.
“Las arenas de la laguna se encuentran en general a profundidades mayores a los 6 metros y nuestro objetivo es determinar con precisión las edades y la procedencia de estas arenas gruesas y de la fauna fosilífera que contienen”, aseguró Ramonell.
Además, destacó que “estudiar el registro de sedimentos acumulados en tiempos recientes también contribuirá a evaluar en qué medida los fangos lagunares podrían utilizarse para la fabricación de ladrillos o cerámicas de distintas calidades, sustituyendo así la explotación de suelos productivos de la llanura pampeana”.
Por su parte, la bióloga Zuleica Marchetti (FICH) explicó que la laguna “es más que agua y sedimentos, porque tiene formas de vida, como es la vegetación”. “La sedimentación actual de la laguna tienen que ver con presencia de la vegetación en los cauces segundarios de la Setúbal. Es decir, la vegetación genera sedimentación”, puntualizó Marchetti a este suplemento.
Detalló que el equipo interdisciplinario, que incluye a ingenieros ambientales, trabaja para “conocer el proceso de la formación de la laguna. Se trata de un estudio amplio, de conjunto, que incluye vegetación, geología, dinámica actual y antigua, de dónde vino el sedimento, los cambios de tonalidad”.
El grupo de la FICH, encabezado por Ramonell, incluye a Pia Fernández (geóloga), Manuel Gallego (ingeniero en Recursos Hídricos), Lucas Domínguez Rubén (ingeniero civil y doctor en hidráulica) y Pilar Castro (auxiliar voluntaria). En las mediciones sobre la sedimentación del arroyo Leyes en la Setúbal, participan, además de Marchetti, Ricardo Szupiany y Aylen Carrasco (con formación en hidráulica y recursos hídricos), Francisco Latosinsky (ingeniero ambiental) y Ramiro Alberdi (agrimensor).