El fiscal general Julio César Castro (foto), que fue director de la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra la Integridad Sexual de Niñas y Niños (Ufisex) en 2007, será investigado, precisamente, por el delito de acoso sexual y laboral contra una empleada suya de la Fiscalía porteña N°15. Así lo dispuso la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, al ordenar una etapa instructora –previo paso a un jury de enjuiciamiento– a cargo de la fiscal Laura Mazzaferri, quien deberá elaborar, en un plazo de 60 días, un informe para comprobar su culpabilidad. Diez años atrás, entrevistado por Páginai12, el ahora acusado había dicho que “es un mito que estas causas (por abuso sexual) sean inventadas. Las denuncias falsas no prosperan”.
El martes pasado, luego de la aprobación para iniciar un sumario administrativo por parte del Consejo Evaluador compuesto por tres fiscales federales, Gils Carbó dispuso iniciar la “etapa instructora” contra Castro, último paso antes de un posible jury. El ahora investigado, fue designado en 2007 por Esteban Righi –procurador general en aquel entonces– en la unidad especializada para investigar y realizar un mapa de los delitos contra la integridad sexual y la trata de personas.
La titular de la Fiscalía Federal N°1 de Mar del Plata, Laura Mazzaferri, investigará, de acuerdo a la resolución 672/17 de la Procuración General de la Nación, “todos los hechos que se relacionan con la denuncia” de una ex asistente de Castro. En 2015, la mujer se presentó en otra dependencia judicial para contar su experiencia y allí contó que “desde la primera entrevista laboral, Castro me hizo sentir muy incómoda porque me estaba insinuando cosas, que por supuesto estaban fuera de lugar”, según indica el expediente judicial.
La denunciante aseguró que el fiscal la invitó varias veces a tomar algo y también se ofrecía a llevarla a su casa, a la vez agregó que el maltrato laboral, en la Fiscalía N° 15, era padecido por otros compañeros suyos (incluso mencionó otro caso de acoso sexual). Por último, indicó que tras comentarle a Castro su embarazo, desde la fiscalía comenzaron a quitarle tareas y desplazarla, al punto de contratar a otra persona para su mismo cargo.
Una fuente de la Procuración General Nacional indicó a este diario que la fiscal Mazzaferri “no deberá evaluar sólo la denuncia de la ex empleada de Fiscalía General N°15, sino también a una supuesta conducta de acoso de Castro en Twitter”. En 2016, Castro intentó convertirse en Juez de Cámara y su pliego fue tratado en la Comisión de Acuerdo del Senado de la Nación. Pero aquella sospecha de hostigamiento sexual en la red social fue determinante para impugnar su postulación. De acuerdo con la resolución de Gils Carbó, “la senadora Elías de Pérez afirmó que ciertos mensajes del fiscal Castro en las redes sociales habrían incurrido en falta de decoro”. Una semana atrás, este mismo fiscal protagonizó una situación escandalosa e hiriente en el juicio por el crimen de Agustín Marrero, un chico de cinco años asesinado en 2015 tras recibir una paliza en su casa. Castro le preguntó a la madre –imputada junto al padrastro– “y Agustín con quien vive actualmente”, provocando la reacción de la madre, la suspensión del juicio, y un pedido de licencia.
El 20 de mayo del 2007, en una entrevista otorgada a Páginai12, Castro –en su flamante asunción como titular de la Ufisex– denunció las deficiencias en las investigaciones judiciales en los delitos de acoso sexual. “Sólo 10 por ciento termina con una sentencia condenatoria. Nueve de cada diez denuncias por violación y abuso sexual terminan en la impunidad”, expresó en aquel momento.
Informe: Jeremías Batagelj.