El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, presentó este miércoles por la tarde una denuncia ante la Fiscalía de Tigre, en Rincón de Milberg, por las “460 amenazas” intimidatorias contra él y su familia, luego que se difundiera el número de su celular en las redes sociales --tras la decisión del oficialismo de no ceder ante la intransigencia de Juntos por el Cambio de condicionar el temario para sesionar en forma virtual-- cuando pasada la medianoche del martes la Cámara baja discutía los proyectos de subsidios al turismo y de imposición de multas a la pesca ilegal.
Massa, que concurrió a la justicia acompañado por su esposa, la titular de Aysa Malena Galmarini, le informó al fiscal que realizará una ampliación de su denuncia con material tecnológico adicional en el que está trabajando su equipo, para tratar de determinar quien dejó trascender su número telefónico y desde donde surgieron las amenazas.
“A Malena: Estimada, le paso un mensaje para que le lea a su marido antes de dormir o en el desayuno”, decía uno de los mensajes recibidos en el celular de Massa y acompañado con varias fotografías: la de los terroríficos Falcon verdes de la dictadura con la leyenda “subí que te llevo”, la del fallecido dictador Jorge Rafael Videla con el epígrafe “vos querés pasear en el Falcon no?”, y el propio dictador guiñando el ojo con con al leyenda “a Videla le gusta”.
Varias otras amenazas seguían la misma línea de los tiempos del terrorismo de Estado, con fotografías de militares arrastrando a un civil y la leyenda “te atrapé”, la del baúl de un Falcon verde abierto y de Videla pateando la puerta de una casa y disparando con un revolver. También con la metodología de “marcar” a su entorno más íntimo con la difusión de una fotografía familiar, incluidos sus hijos, uno de ellos menor de edad.
“Además de paciencia, voy a tener que cambiar mi celular, porque se ve que lo repartieron algunos de los que se fueron del recinto y están mandando mensajes", aseguró Massa al hablar por primera vez del tema, en plena madrugada y mientras se desarrollaba la sesión, luego de que la diputada mendocina Marina Uceda le agradeciera por "su paciencia".
Los diputados de JxC ya habían abandonado el recinto luego de reclamar efusivamente que la sesión se realizara en forma presencial y de protestar durante varias horas contra la decisión del oficialismo y el resto de las bancadas opositoras por prorrogar el protocolo para la continuidad de sesiones remotas por otros 30 días. En ese marco, Massa fue el blanco de muchas de las críticas que surgieron desde el interbloque macrista. En su retirada, los diputados del principal bloque opositor mostraron que su protesta no era improvisada ni espontánea.
"La verdad, qué nivel bajo de algunos dirigentes", agregó disgustado el titular de la Cámara baja, que minutos después retomó el tema y precisó: "me llegaron más de 460 mensajes de remitentes desconocidos; no me voy a victimizar, pero voy a hacer la denuncia para que la Justicia investigue".
Fue entonces que la vicepresidenta del bloque del Frente de Todos, Cecilia Moreau, y la secretaria parlamentaria, Cristina Alvarez Rodríguez, impulsaron la aprobación de una declaración para repudiar los actos intimidatorios contra Massa. Moreau describió los destrozos realizados por los manifestantes en la puerta del Palacio legislativo y agregó: “Tampoco van a estar en los diarios los mensajes de Twitter que están circulando en este mismo momento en las redes sociales, donde no solo se distribuye el teléfono del presidente de la Cámara, sino además se distribuye una foto donde están sus hijos, uno de ellos menor de edad. Es un gesto antidemocrático, un gesto patoteril”.
A las cinco de la madruga, el titular del cuerpo volvió sobre el tema para anunciar que su equipo de trabajo ya había cambiado el número de su celular, con la promesa de pasárselo a los diputados.