Desde Roma
Setiembre es el mes en el que tradicionalmente comienzan las clases en todas las escuelas italianas. Pero este año, a causa del coronavirus, todo ha cambiado y las escuelas no empezarán las clases el mismo día, habiéndose fijado fechas diferentes para cada región italiana, según la cantidad y difusión de contagios y la reorganización que hayan logrado hacer las escuelas. Las fechas varían entre el 7 y el 24 de setiembre, según las regiones.
El ministerio de Educación, de acuerdo con las autoridades sanitarias, ha impuesto una serie de medidas de protección que comienzan cada mañana en casa, donde los padres deben tomar la temperatura a cada niño o joven. Y si supera 37,5 y el alumno tiene algún tipo de síntomas como tos o diarrea, deberá quedarse en casa, y los padres avisar a la escuela y al médico de familia.
En caso de que los médicos decidan que el paciente tiene que hacer el test del coronavirus y resultara positivo, la escuela deberá tratar de reconstruir toda la red de contactos con otros alumnos que el enfermo haya tenido en días precedentes para tratar de aislarlos. Pero también deberá hacer un saneamiento extraordinario de la escuela. El contagiado, tenga o no síntomas, deberá hacer 14 días de cuarentena. Se confirmará que el alumno se ha curado haciendo dos test de coronavirus a distancia de 24 horas, y ambos deben ser negativos.
El problema en las escuelas, como en la sociedad en general, es que los estudiantes pueden estar contagiados de coronavirus pero ser asintomáticos y contagiar así sin saberlo a varios de sus compañeros. El virólogo Andrea Crisanti de la Universidad de Padua, haciendo un análisis de la población estudiantil de las escuelas italianas calculada en 8 millones de jóvenes, dijo en televisión que “el 2/3 por ciento podría estar infectado”, lo que significaría entre 160.000 y 240.000 estudiantes. Para saber exactamente cuántos son los infectados habría que hacerles el test del coronavirus a todos, pero eso no es materialmente posible porque el Estado no puede afrontarlo. Pero al parecer hasta ahora, los docentes sí serán sometidos al test del covid.
Y para poder mejor controlar esta situación, el Instituto Superior de Sanidad, la máxima autoridad sanitaria de Italia, ha iniciado una serie de cursos gratuitos online para el personal administrativo y docente de las escuelas, que se extenderán hasta el mes de diciembre.
Distancia en las aulas
Dentro de las escuelas se han hecho muchas modificaciones para poder respetar la distancia de al menos un metro entre un chico y otro cuando están en clase. Antes, los bancos estaban muy cerca y en general eran bancos dobles, es decir para dos alumnos sentados uno junto al otro. Ahora esto no es posible por lo cual las escuelas se han visto obligadas a comprar dos millones y medio de bancos individuales que permitirán la reorganización de las aulas.
Algunas salas que dentro de la escuela antes estaban dedicadas a otros usos, como actividades prácticas, gimnasia, incluso el comedor escolar y en algunos casos hasta la sala de la pequeña capilla que estaba dentro del área escolar, han sido ahora destinadas a la colocación de bancos para los estudiantes, porque no es posible tener más de 10 o 15 alumnos por clase dada las distancias obligatorias. Pero aún con las reestructuraciones realizadas hasta ahora, el problema no se habría resuelto completamente y el gobierno se ha visto obligado a destinar unos 70 millones de euros para alquilar locales cercanos a las escuelas y destinarlos a nuevas aulas.
Si las salas disponibles no son suficientes para acoger a todos los estudiantes con las distancias obligatorias, se prevé también la posibilidad de que los chicos vayan algunos días a clase y otros tomen lecciones a distancia, es decir a través de Internet, como se hizo durante todo el período de la cuarentena en la que chicos y adultos fueron obligados a quedarse en casa. El hecho de que ocurra de nuevo esta posibilidad, no ha sido completamente descartado por el sistema educativo y en eso están trabajando técnicos y profesores.
La "dictadura sanitaria"
Otro tema candente es la mascarilla. Ha habido muchas críticas y contra críticas al uso de la mascarilla de parte de los niños y jóvenes, sobre todo de parte de los llamados “negacionistas”, una serie de grupos de derecha y personajes conocidos en Italia, que niegan la existencia de la pandemia y hablan de una “dictadura sanitaria”, y que el sábado harán una manifestación de protesta en Roma. Pero autoridades sanitarias y escuelas han convenido en que la mascarilla es necesaria, sobre todo cuando los chicos se mueven de un lugar a otro, y cuando además tienen que tomar transportes públicos para ir a la escuela. Si están en clase y distanciados, pueden sacarla, dicen las normas. Pero el tapaboca no es obligatorio para los pequeños que van a una guardería o al jardín de infantes ni para los minusválidos si no pueden soportarla.
Para los estudiantes de la primaria y del secundario, si se mantienen las distancias, podrán sacarla en clase pero no cuando se mueven, y se pide a los padres que les enseñen como sacarla y que les den una bolsita o una cajita para ponerla mientras no la usan. Las autoridades sanitarias se han comprometido a proporcionar unos 11 millones de tapabocas a las escuelas.
El comedor escolar, que en Italia es bastante común, seguirá ofreciendo sus servicios, previendo diferentes turnos para cada clase y según los casos, los chicos podrán comer en las mismas aulas donde toman lecciones.
Con toda esta reorganización y sobre todo con la separación de las aulas, se necesitará más personal escolar.
Se teme una fuga masiva de docentes por miedo a la covid-19. El ministerio de Educación ha ya recibido numerosos certificados médicos en este sentido. Dada la situación, el ministerio ha prometido asumir nuevos porteros y docentes -algunos medios hablan de que harían falta unos 50.000 nuevos docentes- que al parecer serían dejados cesantes en caso de que se tuviera que comenzar nuevamente con la cuarentena en la ciudad o región donde trabajan.
Pese a que las lecciones comenzarán entre el 7 y el 24 de setiembre, en varias regiones los docentes comenzaron ya sus reuniones de preparación y planificación del trabajo. En algunos casos incluso, comenzaron también cursos de recuperación para estudiantes que por alguna razón u otra perdieron parte de sus clases el año pasado o tienen que rendir materias.
Transporte: subte o colectivo
En cuanto a los medios de transporte, que muchos estudiantes deberán tomar para ir a la escuela, las autoridades han decidido que los colectivos y el subte puede aceptar pasajeros hasta el 80% de su capacidad. Habrá separadores plásticos entre los asientos y un gel para manos disponible al lado de las puertas de ingreso, para que cada pasajero se desinfecte las manos. Hay reglas también para la subida y bajada de las personas de los transportes y la obligación de un eficaz recambio de aire al interior. En caso de que los chicos tengan que trasladarse a otras salas lejos de la escuelas, el transporte será gratis para ellos.
Pese a todas estas medidas, los sindicatos ligados a la escuela harán una marcha el 26 de setiembre en Roma para “reafirmar el rol central y prioritario de la escuela” y denunciar “los retrasos y la incertidumbre que acompaña el inicio del año escolar”.
“Estamos por escribir juntos un capítulo nuevo y determinante de la historia de nuestra escuela”, comentó por su parte la ministra de Educación Lucia Azzolina en una carta a los directores y docentes de las escuelas italianas. “El Estado nunca antes había intervenido tan masivamente en materia de muebles para las escuelas”, recordó además la ministra que mencionó también los millones de mascarillas que serán proporcionadas a las escuelas y los litros de gel desinfectante para las manos. Azzolina indicó además que fondos del llamado Recovery Fund -varios miles de millones de euros que la Unión Europea destinó a cada país para la recuperación económica de la crisis provocada por el covid 19- serán destinados a reformar las escuelas para ponerlas “al nivel de las exigencias de los tiempos que corren” (...) “Tendremos que convivir con reglas de seguridad que hay que respetar y con una mayor atención a los aspectos sanitarios. Nunca había sucedido antes. Sé que hay preocupación y lo comprendo. Nos ayudará el gran trabajo realizado”, concluyó la ministra.