Más de cien mil personas volvieron a copar ayer las calles del centro porteño para reclamar, de frente a la Casa Rosada, un cambio en las políticas económicas del gobierno nacional. Las dos CTA y los gremios combativos de la CGT protagonizaron esta vez la masiva movilización que funcionó a un mismo tiempo como cierre de un mes signado por las protestas contra la administración del presidente Mauricio Macri y como prólogo del paro nacional convocado para la semana que viene. En el acto de cierre, sobre una Plaza de Mayo desbordada, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, pidió “la unidad de los trabajadores” contra el ajuste y aseguró que la huelga general del 6 de abril tiene que ser “un plebiscito” sobre el rumbo de la economía” y que luego “no va a venir el remanso” sino que habrá “un plan de acción más aguerrido y más fuerte para demostrar que cuando hasta que el ajuste no se vaya, la lucha sigue”.
Por sexta vez en marzo, las inmediaciones de la avenida de Mayo volvieron a vivir la rutina de las manifestaciones populares, desde el temprano armado de los carritos de hamburguesas y choripanes hasta el cenit con las calles desbordadas de columnas y participantes sueltos, coincidiendo en cantos y consignas mientras los parlantes repetían las palabras que se leían sobre el escenario.
La lluvia fue más una amenaza que una molestia y no melló en la convocatoria, a la altura de las protestas que se sucedieron durante los últimos treinta días, todas multitudinarias, pacíficas y organizadas. Algunas caras estaban repetidas: las organizaciones que organizaban ayer habían convocado, participado o adherido a las marchas de docentes que tuvieron lugar el 6 y el 22 de este mes, la movilización de la CGT el 7 y la del día de la Memoria, el viernes pasado.
Arriba del escenario, los lugares centrales estaban reservados para Yasky, el titular de la CTA de los Argentinos Pablo Micheli, el dirigente de la UOM Francisco “Barba” Gutiérrez y otros referentes gremiales entre los que destacaba Roberto Baradel, protagonista del conflicto docente en la provincia de Buenos Aires.
Los gremios de maestros aportaron algunas de las columnas más numerosas que marcharon por avenida de Mayo y las calles aledañas. Los organismos de Derechos Humanos, los movimientos sociales y sectores políticos cercanos al peronismo y otros a la izauierda completaron la convocatoria que llenó la Plaza, copó la Avenida de Mayo y se derramó sobre las diagonales, la 9 de Julio y las calles aledañas.
“Vamos a defender la democracia con la convicción que nunca tuvieron ellos, que nunca salieron a la calle a defenderla”, dijo Yasky en el cierre del acto. “Vamos a exigir que el mandato presidencial se cumpla hasta el último día, pero eso no significa un cheque en blanco para que destruyan la escuela pública, permitir que sigan despidiendo trabajadores”, agregó.
Además, el orador central de la tarde aseguró que las manifestaciones de marzo “pasaron a la historia porque fueron la expresión de que el pueblo argentino está de pie” y que en abril habrá un “plan de acción” que desembocará en una nueva marcha federal a Plaza de Mayo el día del Trabajador.
Este cronograma lo están discutiendo las CTA junto a sectores de la CGT que buscan acelerar algo los tiempos que hasta ahora maneja el triunvirato que conduce la principal central de trabajadores. A esa situación se refirió Yasky cuando dijo que el paro del 6 debería “fortalecer” a quienes hacen fuerza para “que se termine la luna de miel con un gobierno que usó el diálogo social para poner de rodillas a los trabajadores”. En ese sentido, el sindicalista docente completó: “El paro va a ser el punto máximo del rechazo a las políticas del gobierno de Macri. Un paro que va a ser un plebiscito, que va a ser inapelable, que va a demostrar, de una punta a otra del país, el rechazo a la política del hambre, a la política de la opresión, al encarcelamiento de Milagro Sala, a la flexibilización laboral, a la entrega de nuestras conquistas y al hambre de los jubilados”.
La ceremonia había comenzado casi una hora antes con un nuevo reclamo por el fin de la prisión política que pesa sobre Sala y la lectura de una carta que la líder de la organización Tupac Amaru escribió desde la cárcel de Alto Comedero, en Jujuy, donde sigue detenida ilegalmente por el gobierno radical de Gerardo Morales. “No es casualidad que hoy nos volvamos a encontrar nuevamente resistiendo las políticas de saqueo de nuestra patria y de hambre a nuestro pueblo. Parecería que nuestro destino es resistir y reconstruir nuestra patria después que los ricos y los poderosos la saquean y la destruyen”, escribió Sala, que recibió la solidaridad de los presentes cuando reclamaron por su libertad.
El Barba Gutiérrez, secretario de Interior de la CGT y referente del recién creado Movimiento de Trabajadores Saúl Ubaldini, dijo después que las marchas no son “para desestabilizar” sino para decir que “millones de trabajadores están pidiendo un cambio hacia adelante” porque las políticas económicas del gobierno que encabeza Macri están “generando recesión” y “zozobra en las familias argentinas”.
A su turno, Micheli redobló la apuesta: “Hasta que caiga este modelo económico no nos van a sacar de la calle”, dijo. Micheli también aclaró que no tiene “la intención de desestabilizar a nadie” sino que busca torcer el brazo del gobierno en lo que respecta a las decisiones económicas que causan empobrecimientos, desocupación y recesión. También solicitó que el jueves durante el paro “no vuele ni una pluma” para demostrar ese repudio.
Mientras en la plaza se cantaba “unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode”, el titular de la CTA Autónoma responsabilizó al Gobierno por “incitar a la violencia” que terminó con una víctima fatal cuando un camionero atropelló un corte de rutas en Santa Fe. “Después nos dicen violentos a los sindicatos porque no dejamos caminar libremente. Violencia es matar y los muertos siempre los ponemos los trabajadores y el pueblo”, arengó.
La marcha de ayer, a 35 años de la histórica protesta contra la dictadura, significó el bautismo del espacio que nuclea a las dos CTA y a los gremios que conformaron el Movimiento de Trabajadores Saúl Ubaldini que buscan la unidad gremial para enfrentar al Gobierno. Con ese fin, después del paro de la semana que viene emitirán, como presentación ante la sociedad, un documento en el que buscarán hacer énfasis en los puntos débiles de la política económica del gobierno y proponer un plan de lucha para intentar modificar el rumbo que marcan para el país desde la Casa Rosada.