La canción entendida como un barco que atraviesa fronteras y navega por diferentes lugares, historias y personas. De ese modo imagina la cantante, instrumentista y compositora Georgina Hassan el concierto por streaming que brindará este sábado en función doble –a las 17 y a las 21- a través de la plataforma Cruza, con aporte voluntario. Con cuatro discos en su mochila, Hassan recorrió en estos años con su música países de América latina y Europa, en busca de sus raíces. “De alguna manera siento que cada viaje me fue mostrando mi fortaleza. Me animé, al ser anónima, a dar saltos que tal vez nunca hubiera conseguido dar en mi lugar”, dice la artista que tituló, justamente, En viaje a este concierto en formato trío junto Pablo Fraguela en piano, acordeón y dirección musical y Rafael Delgado en violonchelo.

“Cambian los códigos, no podemos sentir los aplausos pero tampoco el peso del silencio, ése que se instala durante ciertas canciones y que roza lo sagrado. Pero hay otras cosas que aparecen en ese ‘no lugar’, como la posibilidad de pensar que el viaje puede comenzar en cualquier parte y que cualquiera, desde cualquier lugar del mundo, puede subirse a nuestro barco”, resalta la cantora. “Hay pueblos en el interior de nuestro país donde nunca he podido cantar. Ahora podrán escucharnos desde allí, porque además decidimos que el concierto fuera abierto a todo el público”, dice. Por eso, aprovechará las bondades de la modalidad virtual e invitará a músicos y músicas amigas: la colombiana Marta Gómez –“una hermana de la voz”--, el alemán Erik Manouz y el chileno Daniel Cantillana, del emblemático grupo Inti Illimani, que colabora en la canción "Corteza". “Es un regalo de la vida que hoy pueda compartir parte de mi camino con ellos”, dice.

-¿Qué sentido adopta el canto y la canción latinoamericana en este contexto extraordinario que está viviendo el mundo?

-El sentido de la canción para mí es acompañar nuestra vida, los dolores y las alegrías. Una canción puede ser un viaje, puede ser el horizonte que no vemos desde el confinamiento. La pandemia puso en relieve las grandes desigualdades, no solo en Latinoamérica sino en el mundo entero. Nuestro planeta está en default pero más allá de esa deuda económica hay una deuda con la naturaleza, con las minorías, con la infancia, con la vejez. Dejar de ser turistas en nuestro planeta y convertirnos en viajeros. Dejar que el azul sea la pregunta.