Cine Arte Lumière presenta como parte de su programación virtual Una segunda madre, film de Anna Muylaert que narra la historia de Val (Regina Casé), una asistenta interna que sirve a un adinerado matrimonio de San Pablo y cuida a su hijo adolescente, con quien tiene una relación muy especial desde la infancia. El orden de este hogar parece inquebrantable hasta que llega desde su ciudad de origen Jessica, la inteligente y ambiciosa hija de Val que había quedado a cargo de unos familiares. La presencia de la joven pone en peligro el balance de poder en la casa. Puede verse gratis en la plataforma virtual de la sala (https://cineartelumiere.com.ar ).

Una segunda madre es el cuarto largometraje de la cineasta brasileña, después de realizaciones como Durval Discos (2002), É prohibido fumar (2009) y Chamarada a cobrar (2012). En esta película, la directora explora uno de los grandes fenómenos de clase de su país: los hijos de las elites muchas veces son criados por sus niñeras y, simultáneamente, los hijos de estas trabajadoras deben separarse de sus madres y ser puestos al cuidado de otras personas para poder obtener una buena educación. El film obtuvo numerosos reconocimientos, tales como el Premio Ariel a Mejor Película Iberoamericana y el Premio del Público en la Sección Panorama del Festival de Berlín.

Muylaert es conocida por producciones que estudian el lugar de la mujer en la sociedad, y en una entrevista reciente denunció las desigualdades que existen en el cine: “Las mujeres dirigen alrededor del 17 % de las producciones. Ahora, si vamos a evaluar el presupuesto para las películas de hombres y mujeres, tal vez el número sea aún más bajo. Como el mercado es básicamente masculino, los que eligen los proyectos son los hombres”. Sus films tienen una gran capacidad de interpelación porque están vinculados a problemáticas sociales de su país. La ex presidenta Dilma Rousseff sostuvo a propósito de Una segunda madre: “El personaje de Jessica muestra lo que queremos en todas las jóvenes: una postura frente a la vida con autoestima, mostrando fuerza y capacidad para salir adelante con éxito”. La hija de esta empleada doméstica representa sin duda a las jóvenes brasileñas tradicionalmente rezagadas que pudieron acceder a una educación pública de calidad y a trabajos mejor remunerados gracias a las políticas de inclusión de los gobiernos que precedieron a los de Temer y Bolsonaro.