Desde Roma.En Italia los llaman “negacionistas” porque niegan la existencia del coronavirus. Y por esta razón condenan a todas las fuerzas progresistas y al gobierno de centro izquierda (del Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Democrático), acusándolos de haber creado una “dictadura sanitaria” con el pretexto de la covid 19. Por supuesto sin reconocer los más de 26 millones de casos que se han constatado hasta ahora en el mundo, de los cuales más de 276.000 se han verificado en Italia, según datos oficiales.
Los negacionistas son un conjunto de organizaciones conservadoras, ultra católicas, neofascistas (entre ellos Forza Nuova), “No Vacs” es decir las familias que rechazan las vacunas porque las consideran sólo un negocio y no hacen vacunar a sus hijos, “No Mask”, los que se oponen al uso de las mascarillas, y “Chalecos naranja”, un partido conservador guiado por un ex general de carabineros, Antonio Pappalardo, que acusa de ilegal al actual gobierno.
Este sábado, poco más de 1.000 negacionistas se reunieron en la plaza de la Boca de la Verdad de Roma para protestar. Y no faltaron quienes levantaron cartelones contra el Papa Francisco y a favor del papa emérito Benedicto XVI, que decían: “El papa Benedicto XVI es un prisionero del cardenal Bergoglio y su falsa Iglesia”. Y alguno hasta incendió una foto de Francisco y otra del líder del Movimiento Cinco Estrellas, el cómico Pepe Grillo.
Al parecer Forza Nuova fue uno de los principales organizadores del evento. Forza Nuova es un partido neofascista nacido en 1997 y que con los años se ha ido haciendo más visible. Asociado en muchas ocasiones con el partido neofascista Alternativa Social de Alessandra Mussolini, nieta del duce dictador Benito Mussolini, ha presentado sus propios candidatos en varias elecciones italianas y europeas, sin conseguir que alguno fuera elegido, excepto una vez en 2004.
Los negacionistas -como han hecho en otros países de Europa incluidos Alemania, Inglaterra, España y Francia- decidieron salir a la calle para protestar porque, dicen, ellos son “el pueblo”. En principio la protesta se iba a hacer en Plaza del Popolo, una gigantesca plaza de Roma por la que no pasan autos y que se presta para actos masivos en general. Pero después, no se sabe por qué, cambiaron de lugar y decidieron concentrarse en la Boca de la Verdad, otro lugar histórico de la Roma medieval que se ha hecho famoso entre los turistas de todo el mundo. La Boca de la Verdad es una placa de mármol redonda que representa una cara, tal vez de algún dios del politeísmo. Los ojos y boca están perforados. Se encuentra en el ingreso de la iglesia de Santa María en Cosmedín (a poco más de cien metros del Circo Máximo, otro lugar emblemático de la Antigua Roma) desde 1632, aunque sería originaria del siglo XV. Muchas leyendas están asociadas a la Boca de la Verdad pero la más difundida es que la boca abierta servía para colocar la mano de alguna persona acusada de decir una mentira, y si la mano se cortaba estando dentro, era culpable. Lo usaban, entre otros, algunos maridos que acusaban a sus esposas de ser infieles.
"Somos el pueblo contra la dictadura sanitaria, financiera y judicial. Por una Italia Libre. Por nuestros hijos. Por el futuro”, decía un cartel por ellos pegados en varios muros de la ciudad. Y hoy gritaban “¡Somos el pueblo! ¡Somos el pueblo! No a las máscaras. No a la distancia social. No toquen a nuestros hijos”. La zona, que está a un paso del río Tiber, estaba rodeada de autos de la policía y de policías que controlaban. Había gente sobre todo de edad media, cuarentones. Muchas familias con niños pequeños y por supuesto ninguno respetaba la distancia ni usaba el tapaboca.
Según publicó la prensa italiana días pasados, personajes muy conocidos en el país habrían sido invitados a la marcha, pero nada se supo de su verdadera participación. Entre ellos el arzobispo italiano Carlo Maria Vigano, un personaje que fue nuncio (embajador) vaticano en Estados Unidos (2011-2016), nombrado por el papa Benedicto XVI, gran admirador del presidente estadounidense Donald Trump y agresivo crítico del Papa Francisco. También Vittorio Sgarbi, un crítico de arte, varias veces parlamentario y actual alcalde de un pequeño pueblito, Sutri, a unos 30 kilómetros de Roma, donde recientemnte prohibió el uso de las mascarillas. Otro personaje invitado fue Diego Fusaro, representante italiano del partido español de derecha Vox.
Pero fue la intervención de Giuliano Castellino, líder romano de Forza Nuova, la que se llevó gran parte de la atención. “Estoy aquí en la plaza porque soy un hombre libre. No quiero llevar el bozal. Quiero abrazar a mis queridos”. Y luego agregó: “Esta es una plaza libre y pronta para luchar. Los enemigos del hombre se llaman Soros, Bill Gates, Obama y Clinton. Mientras los amigos del pueblo hoy se llaman Trump y Putin”, dijo.
De la manifestación no participaron partidos de centro derecha como Forza Italia ni de derecha como Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia, FDI). Pero la líder de FDI, Giorgia Meloni, salió al encuentro de sus colegas. “Las acusaciones de negacionistas no las acepto de nadie, en especial de la izquierda. Porque recuerdo que cuando nosotros pedíamos poner en cuarentena a quien venía de la China, Zingaretti (Nicola, actual secretario del Partido Democrático) decía que el único virus era el racismo”.
Zingaretti, que es además presidente de la Región Lacio a la que pertenece Roma, se declaró completamente contrario a la manifestación pero no comentó las palabras de Meloni. “La manifestación es un error. Hay que respetar a las víctimas, a las familias, a los profesionales de la salud, los sacrificios de los italianos. La covid no se niega, se combate”, dijo. Por su parte el ministro de la Salud Roberto Speranza agregó: “Ver una plaza llena de negacionistas sinceramente me hace sentir escalofríos. Las reglas fundamentales, las mascarillas, la distancia social, deben ser respetadas por todos. El país debe estar unido para enfrentar este desafío”.