El coronavirus más que nunca se impone como tema central en la provincia, la evolución, para mal, de la situación hace que se repitan casi a diario en los medios el título sobre un nuevo record de casos.
La cifra de contagiados tiende a convertirse en difusa en base a hisopados que se convierten en cada vez más selectivos. Ahora se decidió aplicar una metodología similar a la que se utiliza para el dengue, en la que se privilegia antecedentes y el entorno del enfermo para diagnosticarlo, entonces si está o estuvo en zona de circulación viral o convive con algún contagiado y presenta síntomas compatibles de Covid-19, es coronavirus.
Sería algo así como el famoso test inductivo del pato: si tiene plumas de pato, pico de pato y grazna como un pato: es un pato. Aunque uno espera que en el caso de la nueva metodología de diagnósticos tenga un sustento científico por detrás.
La comunicación oficial tiene un arduo desafío para tratar de imponerse a las versiones que circulan principalmente en las redes sociales, que describen colapsos del sistema sanitario y se viralizan y esparcen con un ritmo tan exponencial, o más, que el del propio virus.
Esto obligó a que el miércoles el gobernador Gustavo Sáenz salga después de mucho tiempo con un mensaje grabado asegurando que por ahora no había colapso en el sistema de salud.
No alcanzó, las mismas imágenes y versiones que hace un par de semanas llegaban desde Tartagal, hoy salen desde Orán. El viernes la muerte de Goyo Martínez, un reconocido referente social, casi enciende una mecha, porque consideraron que fue abandonado a su suerte por los referentes políticos para los que trabajó en la última campaña. Tampoco pasó desapercibido el video de una señora en la puerta del Hospital local llevando un tubo de oxígeno para una pariente internada con Covid.
La falta de camas, de oxígeno y de médicos rankean en punta en las redes sociales con abundantes ejemplos e historias que no siempre son verdaderas, pero que en una situación compleja y de incertidumbre donde está en riesgo la vida, califican cuanto menos de verosímiles.
El gobierno admite solo la necesidad de más profesionales, tras armar un equipo de médicos residentes itinerante (en jerga futbolera sería una especie de: “poné a los pibes”), ahora llegan refuerzos enviados desde la Nación.
En tanto el run run de versiones ya incluye a la capital, en donde se pone en tela de juicio también al sistema de salud privado y las obras sociales, por las deficiencias y trabas a la hora de atender y dar cobertura.
En todos los días de la última semana, la ciudad de Salta fue la que más casos positivos tuvo y con una aceleración constante de la curva, pero el gobierno provincial aún considera que no hay necesidad de apretar el famoso botón rojo que menciona Alberto Fernández como metáfora de un retorno a fase 1.
Como una profecía autocumplida, los positivos se incrementaron justo en el tiempo calculado tras los desprolijos festejos de la Virgen de Urkupiña, del día de las infancias (ex del niño) y la marcha anti todo convocada por la oposición macrista y radical.
Ahora el desafío es la Celebración del Milagro. Hoy comienza la novena y tras el fracaso de la tibia sugerencia que le hicieron a la Curia de cerrar la Catedral, el gobierno despliega más retenes policiales, para evitar que los salteños se agolpen en la plaza 9 de Julio.
El ministro Ricardo Villada esta semana ratificó que la procesión quedaba suspendida, lo que suena a obviedad, pero en las cuestiones de fe que contemplan como posibilidad los milagros de último momento, no lo es tanto.
Además, puso en duda que se la pueda hacer en diciembre, mes pensado como alternativa, porque en proyección parece muy pronto para juntar cientos de miles de personas en poco metros cuadrados. Y tampoco sería posible aplicar medidas de distanciamiento ya que ahí el recorrido de las imágenes para contener a todos los fieles estaría con longitudes más cercanas a una maratón que a una procesión.
La bronca de los hisopados
Justamente un proyecto tratado en la Legislatura para fijar el 14 de septiembre como el Día del Peregrino puso a Diputados en medio de un huracán.
En realidad el problema no fueron las iniciativas que se trataron, sino los temas pendientes que la Cámara Baja ni siquiera habilita a discusión. De esta manera el “parler” (hablar) inherente a un parlamento se convierte en un simulacro de justificaciones, autofelicitaciones y debates menos profundo que una palangana.
Quizás no midió el oficialismo la reacción negativa que generaría en la población el rechazo al tratamiento del proyecto pidiendo hisopados masivos y periódicos para el personal de la salud.
La débil excusa de evitar por inaplicable el artículo 2 de esa iniciativa porque solicitaba el pase a planta de médicos, enfermeros y agentes sanitarios contratados o precarizados, se caía ante el peso de la amplia mayoría que ostenta el saencismo que le hubiese permitido modificar a gusto y piaccere el texto final.
En realidad habilitar el tratamiento hubiese convertido al recinto en una tribuna para la oposición, especialmente los diputados del norte, para describir detalladamente la preocupante realidad de sus departamentos. Al no suceder eso, se la tienen que rebuscar para filtrar esos reclamos hasta en el segmento para los homenajes que se reserva durante la sesión.
Proyectos del tenor del día del peregrino o de declarar área protegida al ovnipuerto de Cachi son iniciativas que se aprobaron, se aprueban y se aprobarán en la Legislatura, y que son aplaudidas y solicitadas por una gran cantidad de salteños.
De hecho el día del peregrino surgió de un pedido de los propios fieles y el ovnipuerto no deja de ser un atractivo que ayuda a potenciar el turismo en Cachi, más allá de las bajas probabilidades de cumplir con el objetivo para el que lo construyó el suizo Werner Jaisli, aunque en este 2020 loco, que aterrice un ovni en pleno Valle Calchaquí no suena tan disparatado.
El inconveniente se da en que sean los únicos proyectos de ley incluidos en el acta del día de sesión, porque es como pretender ganar una mano de truco con un cuatro de copas, otro de oro y un 7 de bastos. Se puede, pero para eso el oficialismo necesita un jugador con picardía (dícese diputado hábil en la rosca) que le permita cantar un falta envido con solo orejear las cartas, y que por ahora no tiene.
La ola de repudio y enojos que se manifestó en las redes sociales, tuvo dos consecuencias inmediatas, la primera fue que el Senado salga como los bomberos a aprobar un proyecto solicitando los hisopados. La otra fue que Sáenz equipare los deprimidos sueldos de los contratados de salud con los de planta permanente.
El que calla no otorga
Desde comienzos de año que la Cámara de Diputados, a pesar de su título de vidriera y caja de resonancia de la política salteña que se supo ganar sobre la base de intensos y varados debates, se define ahora más por las ausencias y los silencios.
La necesidad en febrero de decretar una emergencia sociosanitaria ante el cuadro de muertes por desnutrición en el norte nunca pasó por ese cuerpo legislativo a pesar del reclamo de los propios diputados. Por el contrario, se convocó a sesiones extraordinarias para elevar el número de jueces de la Corte.
El DNU 255, uno de los pilares en los que se apoya la violencia institucional ejercida por la policía, tampoco fue incumbencia de los legisladores, al extremo de convertirse en ley tras cumplirse el plazo máximo para su tratamiento.
No tiene chances de debatirse por ahora la intervención de Aguaray y menos aún la sanción de la emergencia pedida por el sector de la cultura, a la que el oficialismo califica de inviable económicamente, pero tampoco presenta una alternativa.
En breve encontrará a los legisladores debatiendo la autorización de un crédito con el FONPLATA por 20 millones de dólares para ampliar el hospital San Bernardo. La obra se inaugurará en tres años pero se pagará en los próximos 15. Será interesante escuchar a aquellos diputados del oficialismo que hace un mes tildaron de inmoral esa metodología de dejar deuda como herencia.
Capaz que en esta oportunidad además del préstamo también se aprueba un proyecto para declarar el día provincial del "Que pague el que sigue", filosofía de gestión convertida en una firme política de Estado de los últimos 26 años.