En la medianoche habitantes de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán realizaron un cacerolazo y una caravana para protestar por mejor atención para los enfermos de Covid-19.
La protesta fue el cierre de una jornada convulsionada en la que se acrecentaron los posteos en redes sociales dando cuenta de un supuesto colapso en el Hospital San Vicente de Paul, así como de familiares de enfermos pidiendo donantes de plasma.
La eclosión del enojo tuvo causas múltiples. La muerte, en medio de reclamos por una supuesta mala atención, del referente social y del colectivo LGTIQ Gregorio "Goyo" o "Wanda" Martínez, muy querido en todo el norte; la espera de horas en la guardia del Hospital para ser atendidos; la escasez de referentes que brinden información en una ciudad donde el intendente está aislado por covid, igual que los secretarios municipales de Gobierno y Salud. Y el cierre de la escuela Osvaldo Pos, en cuya Sala Covid se había anunciado que iba a funcionar un equipo de compresión de oxígeno para 38 camas.
El mismo viernes, en una visita en la que el gobernador Gustavo Sáenz entregó ambulancias de alta complejidad en Aguas Blancas y San Ramón de la Nueva Orán, el gobierno destacó que "el hospital cabecera de Orán tiene el 80% de las camas dotadas con equipos de oxígeno".
Sin embargo, medios locales transmitieron en directo informes de familiares de pacientes internados que llevaban tubos de oxígeno y afirmaban que tuvieron que comprarlos debido a que en el Hospital no había suficientes.
Ante la consulta de Salta/12, desde el Hospital se negó la falta de este insumo y se aseguró que la gente está llevando oxígeno como consecuencia de la desinformación reinante por publicaciones erróneas en las redes sociales. "Eso es porque hay una idea de que si vas al hospital tenés que llevar tu tubo de oxígeno", se indicó.
Desde el establecimiento se puso énfasis en las noticias falsas, al punto, se dijo, que están luchando contra la pandemia y con "lo que la gente, a su entender, cree que se debe hacer en cada situación". En el mismo sentido se llamó la atención sobre la falta de cumplimiento de las medidas de bioseguridad que se dictaron para tratar de prevenir la propagación del virus.
Una planta insuficiente
Desde el mismo Hospital se reconoció ayer que tienen "una planta de personal que es insuficiente para el momento que estamos viviendo", aunque se destacó que "todos están trabajando a destajo para dar una solución" y tratar de responder a la demanda de la gente.
"Hay mucha gente en la guardia esperando para ser internada. No hay camas", ratificó por su parte la concejala Verónica Hilario (FdT), quien relató el caso de un referente político que es paciente oncológico y a quien el test rápido le dio positivo y está ahora a la espera del resultado de la prueba de PCR. "Estuvo todo el día esperando, no había camas, se volvió a su casa, recién hoy (por ayer) lo pudieron internar", relató.
Hilario también resaltó el caso de la escuela Osvaldo Pos, dijo que se cerró porque las camas no habían sido habilitadas para conectar el oxígeno. "Está el aparato pero no se puede usar, así que eso generó también mucha molestia acá en la comunidad porque realmente hay mucha gente que necesita ser internada porque vienen de otras localidades, de Embarcación, de Pichanal, de Colonia (Santa Rosa), de todos lados, y no da abasto el Hospital".
"Muchos enfermeros y personal de salud también están con carpetas médica". Además en este caso medios oranenses difundieron fotografías de las puertas cerradas de la escuela.
Anoche el Hospital informó en un comunicado la llegada de "un contingente con autoridades y profesionales" encabezados por el subsecretario de Estrategias Sanitarias de la Nación, Alejandro Salvador Costa.
El Hospital detalló que la Nación envió epidemiólgos, enfermeros, médicos generalistas, técnicos sanitarios y estudiantes de medicina para que trabajen en ese servicio de salud durante dos semanas. "Se establecerán políticas y estrategias de trabajo que serán anunciadas en lo inmediato. A través de todas las vías oficiales para que sean publicadas por los distintos medios de comunicación", se anunció por el momento por toda información.
El equipo fue recibido a su llegada por los legisladores del FdT del departamento y de la ciudad de Orán. Está previsto que hoy comience el recorrido empezando por Colonia Santa Rosa.
Goyo Martínez
El caso de Goyo Martínez, un referente y militante social y miembro del Pueblo Ava Guaraní, que falleció en la noche del viernes, quizás fue uno de los casos que más conmocionó a los habitantes oranenses.
Ese día integrantes del colectivo LGBTIQ realizaron una manifestación para exigir que se lo tratara con plasma y denunciaron que hay diferencia de trato para las personas enfermas. Destacaron en ese sentido que ciertos pacientes son trasladados a la ciudad de Salta para ser tratados y, en cambio, a otros, como a Goyo, se les niega esa posibilidad.
Goyo fue velado ayer, y se generó otro momento de riesgo, porque varios de los muchos asistentes obviaron el uso del tapabocas, y muchos menos se respetó el distanciamiento.
La hermana de Goyo, Roxana Martínez, denunció públicamente que hubo una atención deficiente para su hermano, y para ella misma. Dijo que le retacearon información sobre la salud de su hermano, que hubo desprolijidad en el trato, como ejemplo contó que primero le dijeron que le hicieron un hisopado y luego le dijeron que no. Que el día de su muerte un médico la tranquilizó diciéndole que le iban a aplicar plasma, que se fuera a su casa a descansar y rato después la llamaron para informarle que había fallecido, y una enfermera amiga le contó que nunca fue tratado con plasma.
Roxana está convencida de que su hermano no contrajo la covid, aunque su certificado de defunción dice "posible" covid y tenía síntomas de la enfermedad. La mujer contó a Salta/12 que su hermano padeció un resfrío "hace más de un mes", que sanó y tiempo después empezó a sentir dolor en el pecho, fue al hospital pero "le decían que estaba gordo, que vuelva a la casa. Le daban paracetamol y lo mandaban a la casa".
Con la ayuda de otras personas fue a una consulta con un otorrinolaringólogo, quien le señaló que la dificultad para respirar era provocada por un tumor en una de las fosas nasales y le recomendó operar. El lunes último, 31 de agosto, Goyo "no aguantaba más", pero aún así no lo internaban "porque no tenía fiebre ni tos", aunque le costaba mucho respirar.
Roxana dijo que otra vez fueron al Hospital y otra vez lo iban a mandar a la casa, por lo que se le ocurrió mentir que su hermano había estado en contacto estrecho con enfermos de covid. Entonces, efectivamente, lo internaron, "de ahí no lo volví a ver a mi hermano".
Goyo fue conectado a un respirador, y pedía ser trasladado a la ciudad de Salta, convencido de que no tenía coronavirus y de que aquí podía ser tratado con éxito. Mantuvo siempre lucidez y conciencia del avance de su enfermedad, al punto que la mañana del viernes envió un mensaje de despedida a sus seres queridos. "Mi vida ya se acaba", avisó antes de pedirles que se mantuvieran unidos.
A los 41 años, Goyo/Wanda era muy conocido, y "muy querido". Realizaba acciones sociales, sobre todo tratando de ayudar a niños de barrios humildes, y fue candidato a concejal. Y fue uno de los personajes centrales del docuficción "Tacones altos en el barro".