De todos los cinco clubes argentinos que regresará a la disputa de la Copa Libertadores, que a partir del jueves 17, dentro de tan solo diez días, reiniciará la competencia, sin duda alguna Boca ha sido el más golpeado por el coronavirus. De poco le sirvió al xeneize la burbuja sanitaria, porque más allá de los cuidados y protocolos de actuación, el virus logró vulnerarla y contagiar a 26 integrantes del plantel entre jugadores y colaboradores del cuerpo técnico que lidera Miguel Angel Russo. Y en la tarde de ayer, a raíz de que Boca informó que no comunicará los resultados de los nuevos hisopados realizados, crecieron versiones de que habría nuevos infectados en las huestes xeneizes.
Más allá de la confirmación pendiente, el caso paradigmático de Boca debería al menos prender luces de alarma en el resto de los equipos coperos. "Boca trató siempre de hacer las cosas bien, hicimos todo lo que un sanitarista diría que hay que hacer, pero había un falso negativo y terminó contagiando a todo el mundo", explicó hace unos días el presidente xeneize, Jorge Amor Ameal, remarcando justamente la vulnerabilidad de la "burbuja sanitaria" que tanto la Conmebol como la AFA, con la correspondiente autorización de los diferentes gobiernos nacionales, suponen como barrera a los contagios.
Cierto es que ante esta situación, Boca quedó más expuesto que River, Racing, Defensa y Justicia, y Tigre, pero si como dice el dicho: para muestra sobra un botón, el caso de los xeneizes debería mirarse con lupa. Boca volvió a realizar testeos el último viernes, y aquellos que hayan arrojado resultados negativos estáran en condiciones re retomar este lunes las prácticas. Y a ellos se les sumarían los primeros jugadores cuyos testeos arrojaron resultados positivos hace un par de semanas y ya fueron dados de alta, entre ellos Iván Marcone y Agustín Almendra. De todas maneras, el club volverá a realizar testeos el miércoles.
Preocupa al entrenador xeneize a diez días del reinicio de la competencia -Boca debe jugar el jueves 17 a las 21 hs en Asunción frente a Libertad- es que de los 18 jugadores contagiados dentro de la burbujas, la mitad son habituales titulares, algunos asintomáticos y otros no: Esteban Andrada, Julio Buffarini, Lisandro López, Carlos Izquierdoz, Frank Fabra; Guillermo "Pol" Fernández, Eduardo Salvio, Franco Soldano y Ramón "Wanchope" Abila; a ellos se les sumaron luego Agustín Rossi, Javier García, Leonardo Jara, Mauro Zárate, y otro puñado de juveniles.
Otra incógnita es quién estará sentado en el banco de suplentes. El propio Russo -que está dentro de los grupos de riesgos por edad y porque viene de atravesar una enfermedad oncológica-, tiene a su ayudante de campo Leandro Somoza positivo de covid. De todas maneras, en Boca hay optimismo en que los futbolistas contagiados lleguen a tiempo para la competencia.
Más allá de las especulaciones que se harán estos días con respecto situación epidemiológica de Boca con respecto a si llegará o no con su máximo potencial al partido frente a los paraguayos, por la tercera fecha del Grupo H, los xeneizes tienen a favor los resultados de los dos primeros encuentros: Boca debutó el 3 de marzo con un empate 1-1 ante Caracas en Venezuela y una semana más tarde se impuso por 3-0 ante Independiente Medellín en la Bombonera. Libertad es el rival más duro del grupo y vienen parate mediante de dos triunfos (2-1 como visitantes ante los colombianos, y 3-2 de local ante los venezolanos).
Luego de medirse con Libertad, Boca volverá a jugar una semana más tarde como visitante ante Independiente Medellín y, finalmente, cerrará el Grupo H, buscando la clasificación a los octavos de final de la Copa, con dos presentaciones como local, aunque sin público, el martes 29 frente a Libertad y el jueves 22 de octubre frente a Caracas.cas.