En este 2020, los viajes espaciales han vuelto a orbitar en el imaginario como en los tiempos que Yuri Gagarin y Neil Armstrong. Ahí se anclan los relatos con sus propulsiones al límite, la gravedad cero, los paneos estáticos, la metafísica de lo desconocido y el extraño garbo de los trajes espaciales. Lejos (dispuesta en Netflix el último viernes) ingresa en esa constelación a partir de la proeza del Atlas 1: la primera tripulación que llevaría a los humanos a Marte. Sin dejar de lado la espectacularidad visual de su clase, la serie prioriza los dilemas de quienes están allá arriba y de sus familias terrícolas a cientos de miles de kilómetros de distancia.
Ubicada en un futuro cercano, Lejos tiene como protagonista a Emma Green (Hillary Swank), la comandante al frente de la expedición que marcaría un nuevo hito en la historia humana. En la primera escena, Emma observa hechizada la nave que la depositará en el planeta rojo. Eso sí, la astronauta no está en Cabo Cañaveral sino en la Luna (parada obligatoria antes de zarpar al destino marciano). El éxtasis dura un tris. “Houston, tenemos varios problemas”, podría gritar, ya que las desgracias caen como una lluvia de meteoritos. Fallas técnicas, un marido convaleciente y la tropa que desconfía de su capacidad se darán sin pausa. Junto a ella viaja un combo de nacionalidades y razas: una química china, un piloto indio, un botánico inglés, y un ingeniero ruso bastante locuaz y presumido que tiene argumentos para desconfiar de la líder. Aunque la trama contonee con las tensiones de la geopolítica, evade la simplificación de un antagonista a la carta. Es uno de esos programas bienintencionados sobre gente que hace lo correcto con el inusual contexto de un periplo interestelar.
El mayor dilema del relato está en lo que quedó allá abajo y machaca a cabeza de su protagonista. Emma se debate entre cumplir su sueño y las dudas por haberse desprendido de su esposo (Josh Charles) y de su hija adolescente (Talitha Bateman). A su vez, los flashbacks aleccionan sobre el sacrificio de la mujer en cuestión. A años luz del corte realista y avant-garde de Ad Astra (James Gray, 2019) o el divertimento heroico de Misión rescate (Ridley Scott, 2015), Lejos tiene algunas conexiones con la reciente Prometo volver (Alice Winocour, 2020), drama intimista sobre una astronauta y sus tribulaciones como madre. La temática sobre el deber ser de la mujer y las ambiciones personales también forman parte de esta historia.
Lejos, sin embargo, es un melodrama sideral hecho al calor de la vieja usanza televisiva. Jessica Goldberg, su showrunner, señaló que el nudo de esta serie pasa “por una mujer que es madre, tiene una familia, una carrera y articula todo ello de una manera extremadamente compleja…y lejos”. Emula peligrosamente al Challenger con sus diálogos sensibloides (“cuanto más lejos esté, más cerca estaré de volver contigo”) pero se salva por la ductilidad de la actriz al frente del elenco. Recientemente, la intérprete de Million Dollar Baby confesó que su primer sueño, incluso antes de ser actriz, era el de ser astronauta. Misión cumplida para Swank. Lejos, o el sueño húmedo de Elon Musk, consta de diez episodios.