En diciembre de 2012, Kodak dejó de producir celuloide, lo que significó el fin de una era y el comienzo de otra para el cine, con la tecnología digital instalándose a nivel industrial en todo el mundo. Esta nueva realidad también tuvo un efecto fulminante en el realizador Ernesto Baca, uno de los pilares del cine experimental en Argentina. El documental Réquiem para un film olvidado, comienza justamente con ese golpe emocional, con el director en primera persona.
Esta propuesta audiovisual intercala elementos biográficos (su vida en Florencio Varela, la relación con su madre, sus maestros, la influencia de Claudio Caldini) con otros de ficción, en la que el propio Baca aparece como un científico en su laboratorio, activando dispositivos con el objeto de llevar adelante Proyecto Argenta, la primera película virgen de industria nacional que le permita –a él y también a su grupo de amigos del Club de Super 8– seguir filmando a contracorriente del avance digital.
"Baca filma una declaración de amor a formatos como el Super 8 y el 16mm, considerados obsoletos por la industria, pero sobre los cuáles él sigue basando su obra. Hecho que convierte a la película en un acto de resistencia y, por lo tanto, en una declaración política", aseguró Juan Pablo Cinelli en Página/12.
El crítico también destaca que "la narrativa de Baca es arborescente, deambulante al punto de muchas veces parecer inconexa, pero en ese dejar fluir su propio relato el director va acumulando ideas y preguntas".
Réquiem para un film olvidado, de Ernesto Baca, se emite hoy a las 18 por el Canal Cine.ar TV