El negacionismo de los delitos de lesa humanidad no pasa solo por el hecho de cuestionar la existencia de 30.000 detenidos desaparecidos, como intentó imponer el gobierno de Mauricio Macri. Hay otras maneras, como la que el pasado domingo se expresó a través de un supuesto inocente tuit que publicó el Ejército Argentino. En su cuenta oficial de Twitter reivindicó a militares muertos durante el Operativo Independencia, nada más y nada menos que el plan de aniquilamiento que se implementó en Tucumán a partir de febrero de 1975 y que a la postre resultó ser la prueba piloto del plan de exterminio y represión que se desplegaría con el nombre de Doctrina de la Seguridad Nacional en todo el país a partir del 24 de marzo de 1976. Hay dos datos que el Ejército omite, acaso deliberadamente. El primero es que el genocida Antonio Bussi fue uno de los jefes (tan sanguinario como Acdel Vilas que lo precedió) de ese operativo. El otro es que ya hubo un juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en ese tramo de la historia argentina y que resultó en diez condenas, al menos por ahora.
Voceros del Ejército sostienen que no se está haciendo una proclama "pro dictadura y ni pro represión" pero no es necesario ser explícito para abonar una teoría como la de los dos demonios que, de alguna manera, acá se intenta revivir. El Operativo Independencia, vale recordarle a esta nueva generación de militares, fue utilizado como una de las razones del golpe del 24 de marzo de 1976 porque, en teoría, combatían a las organizaciones guerrilleras que, supuestamente, ponían en peligro la continuidad democrática. La Fuerzas Armadas más que luchar contra estas organizaciones, que para ese entonces ya estaban prácticamente diezmadas, lo que hicieron fue tomar el poder para implementar un modelo económico que destruyó el aparato productivo, buscó terminar con las resistencias sociales, políticas y sindicales y sentó las bases del modelo neoliberal cuyas consecuencias negativas todavía hoy se sufren.
Las muertes recordadas por el Ejército ocurrieron durante la conducción del Operativo Independencia por Vilas y, como detalló el periodista Marcos Taire, existen fuertes evidencias de que murieron bajo "fuego amigo" fruto de lo cerrado que es el monte tucumanos, pero trascendió la versión heroica que utilizaron mediáticamente para justificar la represión.
Hay otro dato que tal vez pueda resultar útil para la actual conducción del Ejército y es que de los 107 cuerpos identificados en el Pozo de Vargas, la fosa común ilegal más grande del norte argentino, hay 17 que pertenecen a personas desaparecidas por el Ejército en 1975 y que eran trabajadores ferroviarios, de la zafra, militantes políticos y sociales, estudiantes y docentes a los que olvidan.