Tanto propietarios como empleados de las playas de estacionamiento expresaron su preocupación ante las medidas del Centro Operativo de Emergencia de Salta que restringen la normal circulación de vehículos en el macrocentro salteño. Aseguraron que si estas medidas continúan una vez finalizada la festividad del Señor y la Virgen del Milagro pondrán en peligro la continuidad de la actividad

El viernes pasado habían emitido un comunicado mostrando su disconformidad ante la colocación de retenes dispuestos para tratar de desalentar la asistencia de feligreses al rezo de la novena desde el domingo 6 hasta el martes 15. Sin embargo, ayer el Gobierno de Salta comunicó una nueva serie de restricciones que van desde el 9 hasta el 15. Entre ellas, el cierre de la actividad comercial, lo que limitaría aún más la circulación de las personas, y por ende, los vehículos. 

Matías Saravia, dueño de dos playas de estacionamiento ubicadas en el centro de Salta, aseguró que la colocación de los retenes de por sí dificulta el trabajo de los más de 40 espacios destinados al estacionamiento de vehículos particulares. Si bien las playas se abrieron durante la pandemia, “lo cierto es que estamos trabajando entre un 40% o 50%”, explicó.

De acuerdo a lo que se comunicó la semana pasada los retenes iban a limitar el circuito desde las calles Vicente López, Pellegrini y 25 de Mayo, y las avenidas San Martín y Belgrano. No obstante, Saravia informó que las vallas no estuvieron ayer y consideró que la decisión fue por las nuevas medidas anunciadas desde el gobierno provincial.

Entre las disposiciones está el cierre de la actividad comercial desde mañana. Para Saravia, esto resulta aún peor porque las personas ya no circularán por la zona. Cualquiera de las dos acciones, cierre de comercios o colocación de retenes, lleva a que la recaudación sea menor y la consecuencia es que se limita el pago correspondiente a gastos de servicios, alquileres y salarios de empleados, señaló el estacionero.

“Apenas cubrimos a los empleados y por el momento, los dueños de los locales nos entienden y le pagamos lo que podemos”, detalló. Explicó que cada uno de los espacios de estacionamiento tiene alrededor de tres empleados, en general serían más de 120 los trabajadores en el rubro.

La principal preocupación de los trabajadores es que la medida se extienda después de finalizada la festividad del Milagro. Una gran parte de los dueños “piensan que si (solo) es por el Milagro, pueden seguir, pero si es por más tiempo habrá que ver qué pasa con los empleados porque no da para más”, lamentó Saravia. 

“Mis empleados tienen familias, pero no sabemos cuánto podemos aguantar así porque en mi caso ya no puedo cubrir alquiler y sueldos”, agregó. También contó que sólo un pequeño porcentaje de propietarios pudo acceder al Programa de Asistencia, Trabajo y Producción (ATP) y que fue cobrado únicamente en el primer mes de su implementación. “Después ya no lo recibieron porque no éramos una de las provincia que seguía en Fase 1”, recordó.

En tanto, Daniel Barrios, empleado de una de las playas, dijo a Salta/12 que la situación “es angustiante”. Recordó que cuando los habilitaron a trabajar, abrieron las playas "pero no trabajábamos nada porque la gente no circulaba”. “Luego se mejoró un poco, pero no se trabaja lo que era antes”, acentuó.

Sostuvo que a pesar de que reciben los sueldos en tiempo y forma, la permanente colocación de las vallas produce un trabajo intermitente. “Con estas medidas sólo hacen que se cierren fuentes de trabajos”, manifestó.

Además, dijo que impedir el ingreso de vehículos al centro resulta improductivo ante la circulación comunitaria en la ciudad. “Las personas que vienen a la playa como mucho son dos en el auto. Están muy poco tiempo porque vienen hacer trámites y se van”, contó. También afirmó que hay gente mayor a la que se la "obliga" a dejar el vehículo a más de cinco cuadras para llegar al centro. “No se piensa en esas personas”, acentuó.

Para los trabajadores, los retenes “no tienen lógica”. “Creemos que es mucho más seguro que la gente vaya en sus autos porque los únicos lugares donde suele haber fila es en los bancos o casas de créditos”, sostuvo Saravia. Sostuvo que la aglomeración en esos lugares se debe a la falta de personal y que “si no atienden con más gente, siempre va a ser un problema el centro”.

Entre idas y vueltas

En el comunicado del viernes señalaron que desde marzo este fue uno de los sectores “más afectados laboral y económicamente” por el cierre de más de 60 días . "Durante 6 meses estuvimos permanentemente presentando notas, haciendo llamados para buscarle una solución, pero nunca fuimos escuchados ni atendidos por nadie”, afirmaron.

Cuando los representantes del sector quisieron hablar con autoridades municipales o provinciales por la nueva colocación de los retenes y plantear su situación, se produjo un ida y vuelta en el que los trabajadores finalmente no obtuvieron una respuesta clara. “Desde el viernes que intentamos hablar con la Municipalidad de Salta, pero ahí nos dicen que la medida corresponde al Ministerio de Seguridad y desde Seguridad que corresponde a la muni”, cuestionó Saravia. 

Según contó, el secretario de Seguridad de la provincia, Benjamín Cruz, les comunicó que la disposición “venía de la Municipalidad”. “Parece que se pasan la pelota”, criticó. Salta/12 se contactó con el funcionario y éste afirmó que la situación que comprende a los trabajadores de las playas de estacionamiento corresponde a la Municipalidad de Salta a cargo de Bettina Romero.

En tanto, Barrios dijo que le "gustaría que entiendan que las playas no son un factor de riesgo para incrementar la transmisión, entiendo que hay que cuidar la población, pero también hay que cuidar la economía”.