Mientras la pandemia sigue en bucle, se profundiza el cimbronazo a la industria de la música, que a lo largo y ancho continúa padeciendo una baja histórica en su actividad. A punto tal que, desde una de las grandes mecas melómanas, Gran Bretaña, una reciente encuesta alerta que casi un 65 por ciento de artistas en el rubro está contemplando abandonar la profesión ¿El vaso medio lleno? No deponen los instrumentos ¡cantidad! de cantantes y compositoras que, desde el electropunk radical hasta el synth-pop discotequero, desde el country de raíz hasta el indie-rock noventero, invitan a mover los huesitos con sus flamantes singles. En plan rocola, Las12 selecciona unos pocos sencillos, de los muchos lanzados estas últimas semanas; a saber…
Fuego en sus pulmones
Que sí, que sí, que probablemente sea una pullita posdivorcio a su ex, pero el detalle florido es lo menos relevante de Midnight Sky, penúltima reinvención de una Miley Cyrus que apunta maneras con este synth-pop 80s/90’s. Con aires discotequeros y reminiscencias a Edge of Seventeen, de la leyendaria Stevie Nicks, dicho sea de paso. Un bombazo que invita a sacudir el blondo mullet al son de “I was born to run, I don’t belong to anyone / I don’t need to be loved by you”, conforme canta las cuarenta, con un irresistible puntito de aspereza, la indómita chica de 27. Aplicada además como directora del videoclip, donde luce diamantes Swarovsky mientras se pavonea entre carteles de neón y pelotas de cotillón, y le echa los galgos a un puma rosa chicle (de utilería, ¡haya sosiego, PETA!) en plena jungla tecnicolor. Por cierto, no se ha resistido Miley a versionar estos días My Future, de Billie Eilish: sobresaliente corte que ha salido hace apenas un mes, que Eilish ha presentado en la Convención Nacional Demócrata (en apoyo a la fórmula Biden-Harris) y que hace aún más obvio lo evidente: la californiana de 18 pirulos tiene el toque de Midas. “I’m in love with my future”, entona en clave jazz-soul. De su pasado, presente y futuro, prendado el mundo.
Si te gusta Peaches, no te banques la pelusa
Montado sobre un beat frenético, habemus single de la canadiense Peaches, primera canción original en casi cinco años. En Flip This, la electroclash Merrill Nisker no solo carga las sonoras tintas contra la desigualdad sistémica: llama a derribar el establishment de una vez y para siempre. “Scream it out and feel the rumble/ Fuck the system, make it crumble”, propone desde su estudio de Berlín, donde filmó el modesto pero apañado clip con su celu: un aparente plano secuencia que la sigue mientras, entre muecas de hastío, manipula chiches de grabación.
Nostalgia noventera
Con Care, su último sencillo, la zozobra adolescente de Beabadoobee (léase Bea Kristi) ha mudado de sábanas: la filipino-británica parece alejarse del pop de dormitorio lo-fi que la hizo conocida para zambullirse en un sonido un pelín más sucio, más guitarrero, sin resignar angustia melódica. Un viaje sin escalas al indie-rock de los 90s que -de existir máquina del tiempo- calzaría en soundtracks de pelis como Empire Records, de series como Buffy la cazavampiros. Adelanto de Fake It Flowers, LP debut que llegaría en algún momento de este 2020, Care acentúa el nuevo camino elegido por la joven Bea, que dio el batacazo definitivo a principios de año cuando el chico sensación Powfu sampleó su canción Coffee en el oscuro Death Bead y la fusión devino hit tiktokero.
Otra Gran Manzana
La colaboración menos pensada ha decantado en encantadora reinvención de la despojada balada New York, de St. Vincent, originalmente incluida en su aclamado álbum de 2017, Masseducation. Se crece el tema en una novísima versión con arreglos a cargo del músico y productor nipón Yoshiki, celebérrimo en Asia por su banda metalera X Japan, que propone aquí un acercamiento de inspiración clásica, sumando capas y texturas a partir de un delicado trabajo de cuerdas y piano.
De aquí a la eternidad
Ni tan solitario el misterioso llanero Orville Peck: en Legends Never Die, single de su reciente EP Show Pony, invita a Shania Twain, realeza country, para un dúo en lo que -no sin razón- muchos ya tildan de clásico instantáneo. Vuelan las chispas vocales entre el cowboy LGBTQ+ y la inoxidable canadiense; ella, enfundada en animal print de pies a cabezas en un clip que incluye cameos de la famosa drag Jaida Essence Hall y del mítico John Waters (de voz, no así cuerpo, presente). El crooner Peck, como cabe esperar, no abandona su característica máscara con flecos country-glam, a lo Fantasma de la Ópera.
La materia de sus pesadillas
Tras un hiato de dos años, Alice Glass ha vuelto a las andanzas electropunk, sin ahorrar furia ni aullidos: el urgente Nightmares, su nuevo sencillo, abre el último disco recopilatorio del sello neoyorkino Sermon 3. Amén de sintetizadores agresivos, la artista decididamente experimental desafía el trauma vivido (conocida la denuncia por abuso contra su ex compañero en Crystal Castles, Ethan Kath) como lo hiciera en Natural Selection, exorcizando el ayer al determinado grito de “If this was ever a part of me / Then I’ll rip it out”.
Y además…
Suma
de titanes obsequia el etéreo sencillo Cannibal, colaboración entre la escocesa Elizabeth
Fraser (Cocteau Twins) y el islandés Jónsi (Sigur Rós). El atmosférico dream
pop de la ascendente Silly Boy Blue -nom de plume de la francesa Ana
Benabdelkarim- hace volar con el corte Hi, It’s Me Again; en visual consonancia toma altura su muy
lyncheano, muy surrealista videoclip, dirigido por la realizadora Alizée
Andrejka. La noruega Girl in Red se abre en canal con Rue, track in crescendo, emocionalmente cargado que
oficia de homenaje al homónimo personaje de la serie Euphoria, de HBO, con el que dice sentirse identificada. Y un largo
etcétera…