Desde el día que se estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio, Marian Farías Gómez salió solo siete veces de su casa. Siempre fue por consultas médicas. Es asmática, lleva un largo caminar por la vida con el ajetreo que ello implica, y sobre todo es bien consciente de que cuidándose cuida a los demás. “Estoy cumpliendo con los cuidados como la mayoría de las personas de nuestro país, menos los idiotas que salen a protestar”, dispara ella, como para que quede bien clara su posición. Eso por un lado. Por otro, lejos está, felizmente, de aquel impulso que casi la lleva a abandonar la música como profesión, porque sintió que se le daba la espalda. Su amor por el arte de las musas pudo más y entonces, a la grabación de Tango en 2016, le sucedió un rebrote de presentaciones, primero en vivo y ahora vía virtual. Fue en tal formato que grabó videos para colaborar con los hospitales Ramos Mejía, Fernández y Garrahan. Y también con varias escuelas. “Me costó mucho acostumbrarme al mundo virtual al que nos empujó esta maldita pandemia. Pero por suerte soy muy curiosa, me puse a investigar, logré descubrirlo, y en eso estoy”, destaca la cantora y bombista del clan Farías Gómez.
También está por salir por octava vez de su casa, pero no para ir al médico sino para ofrecer su primer show oficial vía streaming, el sábado 12 a las 22. La tentaron varias cosas. En especial, que el recital –sin público, claro- será en el escenario del Centro Cultural Mugica. “No pensaba hacer un show por streaming, pero cambié de idea por el afecto que me une a Gabriel Mariotto y por el hecho de que sea en un Centro Cultural. Básicamente, porque tal ámbito me permite implementar el hilo conductor que siempre trato de dar a mis recitales, que es el de contar historias con palabras y canciones”, cuenta Farías Gómez, que hará lo suyo acompañada por Paula Suárez en piano. “El repertorio estará basado en todo lo que canto, canté y -por qué no- cantaré: folklore, tango, bolero, Spinetta, Páez, María Elena Walsh, y por ahí, alguna cosa que se me ocurra en escena. Es verdad que suelo hacer esto cuando hay público pero, bueno, vamos a ver qué sale ahora”.
-En el "pero, bueno…" se te nota cierto dejo de resignación...
-Es que me falta ese ida y vuelta del vivo, ese calor en las miradas, ese calor humano compartido, ese hablar frente a frente. Pero bueno, repito, no queda otra.
El debut de Marian Farías Gómez en la virtualidad se podrá ver por el canal de YouTube del otro espacio organizador, el centro cultural Los Chisperos, y la encuentra en un momento clave de su vida. A punto de cumplir 76 años -soplará velitas dos días después del show-, tiene la idea fija de grabar dos discos: uno con tangos y boleros; y otro folklórico, cuya esencia omite revelar. “No quiero que me roben la idea”, se ríe. Sí se sabe que ambos ocuparán el octavo y noveno lugar en un trayecto solista que comenzó en 1967 -luego de grabar dos discos con los Huanca Huá- a través del disco debut epónimo al que seguramente volverá para recrear alguna pieza. Tal vez “Volveré siempre a San Juan”, de Armando Tejada Gómez. Tal vez “Padre del carnaval”, cuya música pertenece a César Isella. Tejada e Isella, sí, tándem que entonces fue parte de aquel grupo integrado por la misma Marian, más el Indio Apachaca, y Los Nocheros de Anta que armó la peña “Folklore 67” para presentar el espectáculo “Resurrección y canto de la copla”.
La historia, claro, merece ser contada, y ahí va la cantora: “En ese momento nos estábamos muriendo de hambre porque habíamos sido prohibidos por Onganía y no podíamos laburar en ningún lado… Qué decir: ¡lo de la peña fue tan hermoso! Recuerdo que alquilamos un localcito en Talcahuano al 300 e hicimos todo juntos, hasta la telita que había en la tarima donde Armando decía los textos y Los Nocheros cantaban. Recuerdo que fuimos de los primeros en plantear una resistencia desde un café concert durante ese año cruel si lo hubo”.
-¿Qué grado de nostalgia tenés por aquellos momentos? Por tu entusiasmo en lo que decís parece elevado…
-¡Por supuesto(risas)! Extraño muchísimo la lucha política que dábamos desde lo cultural. Unos desde el peronismo, como es mi caso; otros desde el comunismo, como Armando o Hamlet… Fue una época increíble. Parte del repertorio del recital va a estar precisamente poblado por piezas de aquellos compositores, porque cada una de sus canciones perdurará en el tiempo. Sirvieron en aquella época, sirvieron cuando recuperamos la democracia y sirven ahora. La verdad es que no sé si hay demasiadas canciones actuales que sirvan de la misma manera que las de aquellas décadas. Volviendo al nivel de nostalgia, también extraño mucho las largas charlas con Armando, con Hamlet, con Ariel (Petrocelli), en las que abordábamos cosas fundamentales para enriquecer la cultura nuestra y la de nuestro pueblo. Para mirar qué era lo que más nos podía ayudar a entender cuál era la problemática social de nuestro pueblo.
-A propósito, ¿qué te pasa a vos, a quien un día del '76 te dieron 72 horas para irte del país, cuando oís volver a hablar de un potencial golpe de Estado en la Argentina?
-No creo que los militares tengan ganas de dar un golpe, porque se han dado cuenta que la tarea de ellos es proteger al pueblo argentino y no traicionarlo. Creo que comprendieron que no sirvieron los golpes, porque lo único que lograron fue entregarle el país a las grandes potencias. Sí me preocupa que estén queriendo instalar la idea. Me molesta muchísimo por lo que nos costó recuperar la democracia. Esto es como repetir la historia. No pueden soportar, como antes con Evita, que sea otra mujer como Cristina la que abraza al pueblo. Me dan mucha bronca esos imbéciles que quieren un golpe o que marchan no sé por qué, en plena pandemia. Son personas necias que detestan al pueblo y no tienen la menor idea de qué es lo que proponen. Todas esas movilizaciones me parecen una estupidez.