Los espías siguen sin abrir la boca. Jorge Sáez, el gran reclutador de policías de la Ciudad de Buenos Aires para la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista, pidió tiempo hasta que se terminen los peritajes para volver a declarar ante el juez federal de Lomas Juan Pablo Augé y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide. Es el tercero de los exagentes que busca excusas para no responder a las preguntas de los investigadores de Lomas, pero, en el caso de Sáez, prometió hablar en extenso cuando los análisis hayan concluido.
Lo que marcó la presentación de Sáez fue la brevedad. En cinco minutos ya había terminado. Saéz le dijo al juez Augé que iba a declarar pero que no iba a aceptar preguntas. “Una vez que estén terminadas todas las pericias correspondientes, yo me pongo a disposición de ustedes, ya sea del juzgado o de fiscalía”, anunció Sáez en la audiencia virtual. “Tengo mucho para declarar y tengo para contestar todas las preguntas que sean necesarias”, agregó.
Sáez dijo que quería colaborar con la justicia y no le faltó una frase grandilocuente para reafirmarlo. “Soy una persona que hace más de 40 años que estoy ayudando a la justicia en mi trabajo como policía. Así me voy a morir colaborando con la justicia”, sentenció y le pidió paciencia al juez de Lomas. Antes de dar por finalizada la audiencia, Sáez dijo que ratificaba todo lo dicho en su indagatoria del 2 de julio, cuando la causa todavía estaba en manos del juez Federico Villena.
En esa oportunidad, Sáez había reconocido su amistad con Susana Martinengo, la coordinadora de Documentación Presidencial de Mauricio Macri, y confirmó seguimientos a los periodistas de La Nación Carlos Pagni y Hugo Alconada Mon, aunque descargó las culpas en Alan Ruiz, otro de los imputados y por entonces su superior en la AFI. También se refirió a sus vínculos con el ex director de Análisis de la Información del Servicio Penitenciario Federal (SPF) Cristian Suriano, otro de los imputados en la causa.
Como en su primera indagatoria, Sáez volvió a pedir tiempo. La situación es distinta ahora. No llega a la declaración detenido y tuvo tiempo de sobra para leer la causa. Sin embargo, para los investigadores, se trata de una nueva maniobra dilatoria, que se suma a los ataques contra el inicio de la causa que lanzaron los otros dos exespías que declararon antes, Facundo Melo y Leandro Araque, y a los tironeos de los exjefes de la AFI para llevar la investigación a Comodoro Py.
Sáez es el engranaje entre el grupo operativo que se dedicaba al espionaje político y la cúpula de la AFI macrista. Durante su escueta declaración, Sáez se presentó como policía, pero, en realidad, sirvió muchos más años como agente de inteligencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que como integrante de la Policía Metropolitana y después de la Ciudad. Fue Diego Dalmau Pereyra, el exdirector operacional de Contrainteligencia, quien lo reclutó para la AFI en cuanto asumió Macri y fue el propio Sáez quien empezó a llevar policías de la Ciudad en comisión a la exSIDE. De esa camada son Araque y Mercedes Funes Silva. Sáez también vinculó al abogado Melo con los servicios de inteligencia y le consiguió un trabajo a Emiliano Matta, que deberá presentarse hoy a indagatoria. Entre 2016 y 2019, Sáez funcionó como el alma pater de los espías que operaban en un departamento del barrio de Mataderos, por fuera de las sedes estables de la AFI, y al que llamaban "la cueva".
Los fiscales Incardona y Eyherabide acusan a Sáez por 18 casos de espionaje que tuvieron como víctimas a Cristina Fernández de Kirchner, Diego Santilli, el camarista Martín Irurzun, los líderes sindicales Hugo y Pablo Moyano y los diputados del entonces oficialismo Emilio Monzó y Nicolás Massot, entre otros. En la última imputación, se agregaron las vigilancias y seguimientos contra la hermana del entonces presidente Macri, Florencia, y su pareja, Salvatore Pica, así como el caso del exfuncionario de Defensa José Luis Vila y el del periodista de Noticias Rodis Recalt.
La ronda de indagatorias continuará con Emiliano Matta, que hizo un relato pormenorizado del funcionamiento de esta banda de la AFI durante su primera indagatoria. En ese momento, Matta contó que Ruiz había llevado gráficos con datos de CFK al departamento de Mataderos después de anunciarles que iban a dedicarse al "trabajo político". El abogado de Matta dijo a Página/12 que su defendido va a ratificar lo dicho, pero que difícilmente responda preguntas. El hermano de Matta, Guillermo, también integró la AFI, pero los fiscales le pidieron a Augé que le dicte la falta de mérito porque no hay evidencia de su vinculación con el espionaje.