Marcos Bruno está a sólo seis materias de convertirse en ingeniero en Mecatrónica en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). Pero antes de colgarse esa medalla ya obtuvo varios reconocimientos: hizo un robot que fue seleccionado y probado por la Mars Society; formó parte de la primera misión latinoamericana de simulación espacial financiada por la NASA y ahora es uno de los integrantes del equipo de universitarios que en las últimas semanas ganó la primera competencia “Open Space”.
"'To Infinity and Beyond' (Al infinito y más allá) se llamó el equipo que integré y la propuesta presentada 'Universitwin'. Surgió a partir de tres problemáticas que consideramos principales en el desarrollo de una misión espacial: los grandes costos, los riesgos y la complejidad de la misma”, detalló el mendocino de 24 años.
A Bruno siempre le interesó la tecnología: armaba y desarmaba cosas todo el tiempo para ver cómo era el funcionamiento: “Algunas las podía arreglar y otras quedaban inutilizables. Pero así aprendí. Además, de chico también quería ser astronauta y ese es un sueño que nunca se olvida”, rememoró.
Ir al espacio, financieramente es un presupuesto muy grande. Es por eso que el objetivo principal del proyecto pensado para “Open Space” fue “democratizar esa oportunidad”. ¿Cómo? creando un “Digital Twin”, un gemelo digital de un satélite que pueda obtener y mostrar los datos necesarios para una misión.
Mientras mira su guitarra y batería, el joven afirma que “hasta el 60 por ciento de los costos de las misiones espaciales se deben a las simulaciones que se tienen que hacer con anterioridad”. Es por eso que este satélite digital replica exactamente el funcionamiento de uno real. “Brinda muchas variables como niveles de temperatura, gps, entre otras cosas”, puntualizó.
“Queremos que las personas tengan acceso a una plataforma virtual. Como si entraran a un Excel, donde allí encontrarán todos los datos. Funciona como una imagen virtual de un sistema del mundo real”, explicó.
La idea fue creada con 12 universitarios más de Buenos Aires y Córdoba. Además, se le sumó la propuesta de otro de los equipos finalistas. Así, “Universitwin” se integró con lo propuesto por “Space Shielding”, el otro proyecto ganador, que se basó en un escudo que permitiría reducir de forma drástica el costo de proteger componentes electrónicos de la radiación.
“Open Space” fue el desafío en el cual participaron. Es un programa espacial de jóvenes impulsado por dos empresas privadas: Academia Exponencial y Satellogic. Estas organizaciones están vinculadas a la tecnología y ciencia espacial. Buscan estimular a las personas y generar interés en esta temática. En el futuro ingeniero, sucedió.
El fanático de “Volver al futuro” y de libros con temática de ciencia ficción, además de brindarle el 100 por ciento a su carrera, da cursos y talleres para incentivar a otros a que conozcan la tecnología del espacio: a que no tengan miedo; a indagar sobre el tema, a que comiencen su propio viaje en el camino del conocimiento.