"Fiscalía, fiscalía, no te lo decimos más, el archivo de las causas, garantiza impunidad". Con ese cántico y vestidos de negro, familiares, amigos y allegados a víctimas de violencia institucional, acompañados por organizaciones sociales, marcharon ayer por calle Montevideo, desde Alvear a Moreno. La consigna de una "marcha negra" tuvo que ver con llevar a la calle el reclamo contra el archivo de las causas de Maximiliano Zamudio y Alejandro Ponce, ambas del fiscal Miguel Moreno. Ahora, piden que el fiscal regional, Jorge Baclini, revise la decisión y revoque los archivos.  

"Yo sabía, yo sabía, que a los pibes los mató la policía", fue el grito que llegó a la Fiscalía Regional, luego de dos semanas en las que se archivaron causas de chicos muertos, con agentes de las fuerzas de seguridad como principales sospechosos. "Hay pruebas para dejar preso al prefecto (Ariel Condori) que mató a mi hijo, pero no lo investigan a él, sino a mí y a la familia". El chico de 16 años fue ultimado hace un año y nueve meses, en Patricias Unidas y Colón. La Fiscalía investigó el caso como un hecho de legítima defensa en un intento de robo por parte de Zamudio al prefecto, que estaba de civil. Sin embargo, la madre tiene otra versión: "Una testigo dijo que el prefecto lo llamó, le preguntó algo. Desde adentro del auto le dio el primer tiro y Maxi cayó la suelo. Después, bajó del auto y le dio dos disparos más en el pecho y en la cabeza. Una vez muerto le dio patadas. Estuvo preso un rato, y lo largaron, desde entonces estoy luchando. El fiscal Moreno no tenía tiempo para atenderme o decirme cómo iba la causa hasta que me la archivó. Hoy pedimos que el fiscal se ponga en nuestro lugar. O ¿hay plata en el medio de esto? Mató a un chico de 16 años, no mató un perro. Yo ya no tengo a mi hijo, no me siento a comer con él. ¿No tienen hijos los fiscales? ¿O esto pasa porque nosotros no tenemos un peso?", se quejó María, la madre de Zamudio.

En el mismo sentido se quejó Mirta, mamá de Ponce, el joven que fue encontrado sin vida en el río Paraná, tras una persecución de policías que lo acusaron de un robo, al igual que a su hermano, pero él terminó ahogado. La familia asegura que la policía "lo dejó morir" y que hasta le tiraron piedras mientras intentaba salir del agua. "Lo mataron como a un perro. Se comprometieron a investigar estos casos, pero Moreno no investiga más que a las familias", protestó la mujer, que lloró durante toda la movilización. "Le rompieron la cabeza y lo ahogaron. Le decían 'morite, hijo de puta'", lamentó. Otras voces de dolor fueron las de María Elena Herrera, mamá de Jonatan; Laura, madre de Brandon Cardozo, y Luciana Escobar, hermana de Pichón.

Guillermo Campana, abogado querellante y de la Multisectorial contra la violencia institucional señaló que "hay una grave deficiencia en las investigaciones, para que fracasen: No se producen pruebas en tiempo y forma, no responden al pedido de medidas de las querellas, no atienden a los familiares", aseguró.